sábado, julio 16, 2005

Hay muchas maneras de decir "te quiero". Con la voz. Con los ojos, una sonrisa, gesto pícaro. En un susurro, al oído. Haciendo el amor. Remendando los pantalones rotos. Gruñendo por lo bajo por tal o cual tontería cotidiana que se arreglará con un abrazo.
Hay una anécdota que circula entre los técnicos de televisión, no sé si será cierta o no, pero me reí mucho al conocerla.
Un ayudante de producción, agobiado por las prisas , llamó al músico de su serie de televisión:
- Necesitamos la sintonía de cabecera en versión disco, para el mes que viene. Una canción de amor, el mensajero te lleva las imágenes. Y, un favor especial para el director. .. Van a hacer algo clásico mañana, ¿nos podrías componer una sinfonía para el ensayo de mañana?
Desde que comencé a trabajar se van espaciando más los posts, en mi gymkana de todos los días no tengo ni tiempo para pasar a visitar a los amigos.

viernes, julio 01, 2005

La música no es medible ni alcanzable. Se escapa entre los dedos, como las antiguas monedillas de peseta, como la arena en la playa en el cubo y la pala. Uno puede articular notas y tiempos y tempo e intensidad en el pentagrama. Atrapar el sentimiento entre cinco líneas. Que jamás logrará expresar todo lo que contiene con la claridad necesaria. Contaremos qué es piano, pero nunca daremos a entender la dulzura del blues en unos momentos, el desgarro del blues en muchos otros.
Por eso es tan difícil hablar de lo mismo cuando uno intenta explicar una canción. También por esto mismo existen tantas versiones como directores, como meses, como días de una misma composición. Mozart perpetrado por Luis Cobos (como para olvidarlo).
Pues bien. Hay dos tipos que entendieron muy bien el sentimiento escondido en algunas de mis canciones. Yo también pude entender sus letras, sus acordes y sus arreglos.
Y no paro de escuchar una y otra vez el resultado en el reproductor de mi CD.