miércoles, junio 28, 2006

¿Vivir para trabajar o trabajar para vivir? ¿Ahorrar durante diez años o gastárselo todo esperando a fin de mes? ¿Traje o vaqueros? ¿Tiempo libre o sueldo abultado?
¿Nombre en las tarjetas o tener que leer el nombre en las tarjetas de los demás?

¿Vivir como hasta ahora o cobrar el doble en una oficina seria?

Hagan juego, señores.

domingo, junio 25, 2006

Mi amigo Jose fue a una entrevista de trabajo a una multinacional recientemente. Todo marchaba sobre ruedas, las respuestas correctas para las preguntas, la sonrisa en los momentos precisos, seguridad en cada gesto... Entonces, el entrevistador interrumpió de golpe la conversación:
- Bien, a partir de ahora continuaremos hablando en turco.
Mi amigo Jose trató de sujetar su mandíbula para que no golpease el suelo.
- De acuerdo, señor, pero tenga un pequeño detalle en cuenta. Si no contesto, no es por mala educación, ni porque no esté de acuerdo en sus argumentos. Se tratará simplemente de que no hablo ni una sola palabra de turco.

sábado, junio 24, 2006

Coincido con la chica del post-it en que los no besos pertenecen al universo del "antes". A los momentos del hormigueo en el estómago, de contar las paradas de metro de tu casa a la suya, de analizar exhaustivamente cada una de las palabras dichas en todos los sentidos posibles hasta hacer la historia encajar en una realidad más o menos ficticia.
Coincido con la chica del post-it en que los no besos, como los abrazos en los que se encaja, una se funde, una vuelve al hogar, son mucho más peligrosos que los besos. Que una noche de sexo salvaje.
A mí siempre me enganchó más la sugerencia que los hechos.

Brindemos entonces por aquellos besos que jamás fueron.

domingo, junio 11, 2006

Un simple abrazo y volver a hundirme entre tu pelo, y volver a olerte de nuevo, y volver a sentir la familiaridad de tu piel. Un abrazo tan cercano y tan lejano al mismo tiempo. Porque ya no somos lo que éramos, pero tampoco sabemos en quiénes nos hemos convertido, en esta relación que muta en cada encuentro.
Un simple abrazo que destroza en un sólo instante la entereza trabajada durante estos dos meses. Que me demuestra, de nuevo, que no es tan sencillo como me esperaba.
Pero me levantaré.