Volviendo a la superficie...
Regresando al mundo real.
El domingo, en el viaje de regreso a Madrid desde el pueblecito navarro en el que se ofició el funeral, recibimos una llamada de la madre de ELLA. El padre de ELLA estaba en urgencias. Así que llegamos a Madrid directamente al hospital, para escuchar un diagnóstico muy duro.
Al día siguiente el padre de ELLA protagonizó una recuperación milagrosa que los médicos aún no se explican. Está vivo y no le quedarán secuelas.
Todavía me cuesta ver las cosas de Iñaki y hacerme a la idea de que ya no volveré a verle jamás. En el funeral me lo imaginé en una esquinita, consolando a su madre, llorando él también y riendo. Aún recuerdo el momento en el que el cura leyó una carta de la prima de Iñaki, la voz quebrada, la cara sorprendida de los presentes ante la frase: "cuando Iñaki se vestía de drag queen". Un pequeño gran logro en la casa del Señor de la Iglesia que nunca quiso aceptarle.
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