Parece ayer cuando leí la carta, escrita en su vieja máquina de escribir en la que pergeñaba novelas por las noches.
Me explicaba con palabras de veinteañero que era normal que me sintiese mal, que comprendía el dolor que estaba viviendo y que podía contar con él. Palabras cariñosas que se dicen siempre a los amigos.
Lo que no se dice siempre es aquello que con lo que él continuaba la carta:
"El amor vive en ti. No es de nadie a quien hayas amado o que ames. Ese sentimiento tan hermoso lo estás fabricando y construyendo tú y lo compartes con otra persona cuando lo sientes. Ahora tienes miedo porque es la primera vez que lo has sentido acompañada y piensas que no va a volver porque crees que depende de que R esté a tu lado. Pero no es verdad. Volverá exactamente como es ahora. Porque es tuyo".
Sabias palabras. Hoy, reescuchando la canción de Sigur Ros me doy cuenta de que tenía razón.
qué gran amigo.
ResponderEliminar