Ella. Me inmoviliza con su mirada. Me acaricia. Me araña la espalda. Me sujeta la cara para que no pueda observarla. Me susurra al oído que esté quieta. Atenaza mis manos contra la pared y domina la respiración de mi cuello.
Ella. Me besa despacio, sonríen sus ojos, hablamos el mismo idioma a ratos, es canciones, es coleccionista de palabras, es mil argumentos, es rápido pero despacio, es muchas horas seguidas de intensidad que no acaba.
Ella. Es frágil pero dura. Siempre forzando límites, negociando respuestas, enseñando nuevos lugares, nuevos discursos, nuevas posibilidades.
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