Sentía el sabor deshaciéndose en mi boca, salado e intenso.
-Esto está tan bueno que me dan ganas de llorar.- dije mientras alcanzaba otra cortadita de jamón serrano del plato. Le miré fijamente a los ojos, levemente humedecidos.
- Creo que a ti te sucede lo mismo..- dije.
- No.- aclaró ella- Me acabo de morder la lengua.
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