La chica del piercing cobraba a los clientes con velocidad en la caja de la librería. Tomaba un libro con suavidad, lo deslizaba hacia el lector de códigos, que emitía un sonido electrónico que se repetía rítmicamente cada pocos segundos. Tras ese ruido, el de la caja registradora al abrirse, el de las monedas al caer, el de la caja nuevamente al cerrarse.
- Disculpe, señorita.- interrupía un hombre de traje oscuro en cuya camisa azul aparecían bordadas las iniciales "JC".
La chica levantó levemente la ceja de la que colgaba su piercing.
- ¿Tiene el libro del presidente?
La chica suspiró.
- No sé de qué libro me habla.
- El de el Sr. Aznar, nuestro presidente.
- Ah, ¿el del EX- presidente? -señaló con el dedo a un montón de libros en el fondo de la librería- Ése está por allí.
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