Siempre que vuelvo al Burger King de la calle Arenal recuerdo mi primera experiencia tocando en el Retiro.
Aquella mañana de domingo de julio en la que saqué la guitarra, olvidé la resaca y me planté en uno de los bancos a cantar. Un hombre con su niño se pasearon varias veces por delante hasta que el tipo, manager, me dejó su tarjeta. También conocí a un músico que me contó la gira que hizo nada más acabar la guerra civil. Recuerdo que una gitana escuchó un buen rato de concierto y al finalizar me regaló una ramita de romero que aún conservo en algún lugar de la casa.
Con el dinero que saqué esa mañana pagué mi hamburguesa. Y me supo a gloria.
domingo, octubre 24, 2004
lunes, octubre 18, 2004
lunes, octubre 11, 2004
Ayer hizo frío, calor, frío, calor, viento, bochorno.
Por eso en un recuento en el vagón del metro localicé a dos tipos con jersey, una con minifalda, dos amigos con chanclas y pantalones cortos, tres niñas con abrigo...
Se suponía que en Madrid no existen ni la primavera ni el otoño. Pero ayer fueron todas las estaciones juntas.
Por eso en un recuento en el vagón del metro localicé a dos tipos con jersey, una con minifalda, dos amigos con chanclas y pantalones cortos, tres niñas con abrigo...
Se suponía que en Madrid no existen ni la primavera ni el otoño. Pero ayer fueron todas las estaciones juntas.
sábado, octubre 09, 2004
jueves, octubre 07, 2004
Existen determinadas experiencias que forjan el carácter: hacer la mili, la primera borrachera, el primer trabajo...
Solicitar el paro es una de ellas. Me viene a la memoria "Las doce pruebas de Astérix"
1. Entrar y hacerte un hueco entre la multitud para encontrar la máquina de los turnos.
2. Pulsar todos los botones. Aunque no sepas si vas a necesitar todos los papeles, es mejor tirarlos que esperar otras tres horas. Aviso: Siempre hay una máquina escondida de nuevas colas que no imaginabas.
3. Esperar. En esta acción, la más dilatada de todas, encontramos habitualmente a varios sujetos:
a. El gilipollas al que se le pasa el turno.
b. El que no sabe nada y no para de preguntarte como si tú supieras.
c. El que no para de protestar.
d. El que no soporta al que protesta. Frecuentemente acaba en pelea.
e. El listillo que te manga tu papel de turno.
4. Suena un timbrecito y, al fin, ves tu número. Si estás esperando a la vez en varias colas, suele suceder que te llamen a la vez en al menos dos de ellas.
5. Obtienes la información necesaria. Normas:
a. El funcionario te indica que te falta algún papel para el que seguro hay que esperar más colas.
b. Sí llevas toda la documentación, pero te falta rellenar impresos nuevos que requieren de sellos para los que hay que esperar más colas.
c. Si vas a sellar esos documentos necesitarás de nuevos impresos en otras oficinas.
d. Puede que cuando tengas todo lo necesario hayas esperado en la cola equivocada.
e. Para conseguir entregar tu expediente hay que esperar una cola para que te den el número de espera de otra cola. Esto es verídico, lo juro.
Lo peor de todo es que justo cuando sales de la oficina obtienes la clave.
- Disculpe, señor.- mujer con niño pregunta a segurata.
- Dígame.
- ¿Cómo hago para solicitar el paro?
- Primero le da al botón de la espera para B. Mientras aguarda, hace la cola para que le den el ticket para esperar a A. Después saca el vale de C.
En B le dan los papeles. En A se inscribe. Va corriendo al banco para que le sellen un papel que le ha dado B. Y después lo entrega todo en C. Pero yo que usted vendría mañana a primera hora que hoy ya no le va a dar tiempo.
Como en los videojuegos, la solución siempre se encuentra donde menos la esperamos.
Solicitar el paro es una de ellas. Me viene a la memoria "Las doce pruebas de Astérix"
1. Entrar y hacerte un hueco entre la multitud para encontrar la máquina de los turnos.
2. Pulsar todos los botones. Aunque no sepas si vas a necesitar todos los papeles, es mejor tirarlos que esperar otras tres horas. Aviso: Siempre hay una máquina escondida de nuevas colas que no imaginabas.
3. Esperar. En esta acción, la más dilatada de todas, encontramos habitualmente a varios sujetos:
a. El gilipollas al que se le pasa el turno.
b. El que no sabe nada y no para de preguntarte como si tú supieras.
c. El que no para de protestar.
d. El que no soporta al que protesta. Frecuentemente acaba en pelea.
e. El listillo que te manga tu papel de turno.
4. Suena un timbrecito y, al fin, ves tu número. Si estás esperando a la vez en varias colas, suele suceder que te llamen a la vez en al menos dos de ellas.
5. Obtienes la información necesaria. Normas:
a. El funcionario te indica que te falta algún papel para el que seguro hay que esperar más colas.
b. Sí llevas toda la documentación, pero te falta rellenar impresos nuevos que requieren de sellos para los que hay que esperar más colas.
c. Si vas a sellar esos documentos necesitarás de nuevos impresos en otras oficinas.
d. Puede que cuando tengas todo lo necesario hayas esperado en la cola equivocada.
e. Para conseguir entregar tu expediente hay que esperar una cola para que te den el número de espera de otra cola. Esto es verídico, lo juro.
Lo peor de todo es que justo cuando sales de la oficina obtienes la clave.
- Disculpe, señor.- mujer con niño pregunta a segurata.
- Dígame.
- ¿Cómo hago para solicitar el paro?
- Primero le da al botón de la espera para B. Mientras aguarda, hace la cola para que le den el ticket para esperar a A. Después saca el vale de C.
En B le dan los papeles. En A se inscribe. Va corriendo al banco para que le sellen un papel que le ha dado B. Y después lo entrega todo en C. Pero yo que usted vendría mañana a primera hora que hoy ya no le va a dar tiempo.
Como en los videojuegos, la solución siempre se encuentra donde menos la esperamos.
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