viernes, diciembre 31, 2004

Hace no demasiados años me compré un cuaderno en blanco. Anoté en él todo aquello que quería cumplir en mi vida. Mi cuaderno, repleto de viajes que no hice, repleto de personas con las que ya no hablo, repleto de canciones en las que ya no creo, se perdió en uno de los cajones de mi cuarto en Pamplona.
Pero pese a todo, de vez en cuando anoto una raya mentalmente en esas hojas que memoricé de tanto manosearlas. Y aún sigo anotando sueños. Por si se cumplen.
Veremos qué nos depara este año en blanco.

jueves, diciembre 30, 2004

Recuerdo la navidad como era antes. Las horas interminables antes de recibir la llegada de los reyes, y años después la del intruso vestido de rojo con su trineo y sus renos. Mi hermana dando botes en la cama. "¿Ya es la hora?". "No, son las cuatro". Noches de desvelo.
Recuerdo la navidad como era antes. La plaza mayor repleta de gente histérica peleándose por las piezas de los belenes. Nosotros eligiendo un rey mago que alguien había perdido el año anterior. Los rituales del belén, del árbol, de la lista a los reyes con la letra temblorosa de quien aún aprende a escribir.
Ahora las navidades se han convertido en un cúmulo de rituales que perdieron su sentido hace mucho tiempo. Me gustaba más como era antes.

martes, diciembre 21, 2004

Es como mirar al vacío en lo alto de un acantilado. Que puedes imaginar cómo te sentirías al caer, pero nunca caes para valorar si es como lo habías imaginado. Y de repente sucede. Pronuncias las palabras que latían con fuerza en tus sienes para escapar de tus labios en forma de miedo, en forma de promesa.
Caigo. Espero al ataque de corazón del que mueren todos los que caen al vacío. Espero hundirme prontamente en un sueño doloroso con un fin determinado para no tener que responder más preguntas sin respuesta. Aquí está. Falsa alarma. No hay fondo en las reflexiones. No hay fin determinado.
Tan sólo un vacío insondable de dudas sobre si te quiero por qué no funciona. Por qué no funciona. Qué no funciona. No funciona. ¿Funciona?
Va a ser una espera muy larga.

sábado, diciembre 18, 2004

Nos engañaron.
Con las canciones, con las películas de final feliz. Nos contaron que el amor era un juego de fuegos artificiales, de príncipes y princesas. Nos hicieron creer que bastaba con amarse para que las relaciones duraran para siempre.
Nadie nos preparó para las frustraciones continuas. Para el amor imperfecto. Para las broncas, las incompatibilidades. Nos educaron por y para una culpa cristiana en la que somos responsables directos de los efectos sobre los que no existe una causa clara.
Nos engañaron.
Y yo casi me lo creí.

viernes, diciembre 17, 2004

Te echo muchísimo de menos.
Pasar por delante de tu casa en la calle Atocha. Gritarle al videoportero porque la cámara está tan alta que no se me ve. Subir lentamente los tres pisos de escalera de madera que cruje con cada uno de mis pasos. Sentir el olor conocido en el descansillo. Para oír tu voz, sentir tu risa, el calor que me abraza antes de encontrarnos.
El mismo discurso de todos los días:
-Era una psicópata.
- Lo sabía!.- desplomarme en tu sillón con una sonrisa.
(En el fondo nunca dejaremos de ser personajes de Woody Allen).
Pero ahora en tu casa de la calle Atocha ya no hay videoportero al que gritarle. Puede que algún desconocido con el que aún no he intercambiado impresiones, que ni siquiera entendería el discurso de Woody Allen.

miércoles, diciembre 15, 2004

Olvidé su ausencia gracias a las luces, el movimiento frenético de la ciudad en la que convivo. Gracias al ruido de los coches, los problemas en el trabajo, los fines de mes, mirar a la acera que se desplaza a la velocidad de mis pasos, la música alta en los bares. Pero ayer alcé al fin la vista al cielo.
Y ahí estaban. Me detuve a saludarlas de nuevo, después de tantos meses sin detenerme para observarlas. Es gratificante pensar que las estrellas siguen en el firmamento, pese al ruido de los coches, los problemas en el trabajo, los fines de mes, la acera que se desplaza a la velocidad de mis pasos, la música alta en los bares. En el fondo todo eso no es tan importante.

martes, diciembre 14, 2004

Escribiría un post sobre la navidad, pero desde hace demasiados años no siento su llegada inminente. Apenas veo la tele en horario infantil, por lo que no noto el bombardeo de anuncios de juguetes. Aunque sí noto muchos spots horteras de colonias en los pocos programas que veo.
Sí aprecio los atascos en horas puntas en el centro de la ciudad, por lo que lo evito.
Y como vivo en un barrio que no le interesa al alcalde, todavía no he visto las famosas luces de navidad. Salvo en la tele, las de las palabras. Y me hizo ilusión pensar que los canutos y los cuchillos son navideños.

domingo, diciembre 12, 2004

Ayer estuve de juerga con gente a la que no veía desde hace años. Es muy agradable observar que, pese al tiempo de vacío comunicativo, mis amigas siguen estando ahí si es necesario. Y que su observación continúa buscando el fondo y no la forma. Dije quizá las mismas frases que repito con el resto de la humanidad, pero ellas entendieron lo que en realidad quería decir.

sábado, diciembre 11, 2004

El tradicional anuncio de "El Almendro", de turrones, versa sobre el reencuentro de una madre y un hijo. Con una canción edulcorada en el que una cantante cursi canta: "Vuelve a casa, vuelve por navidad...".
He visto el de este año. Como ya no sería creíble mostrar al veinteañero que se ha ido de casa, porque nadie puede pagar pisos con ese sueldo y esos precios, han decidido que la mujer ahora tiene más de sesenta y el hijo rondando los cuarenta.
Parece el mismo anuncio de siempre, pero rodado diez años después.

viernes, diciembre 10, 2004

la llegada de Z siempre supone un cambio importante en mi vida. Le echo tanto de menos...
Las noticias que trae en esta ocasión sobre la madre Gran Bretaña versan sobre telebasura.
Antena 3 ha importado un formato en el que varios gays convierten a un heterosexual en un metrosexual. En Inglaterra ya han llegado a la evolución del programa en el que sucede precisamente lo contrario, que un grupo de heterosexuales convierten a un gay en macho inglés. Me lo imagino como a Kevin Kline en In&Out, en la secuencia en la que sigue las instrucciones de una grabación para simular que no es quien es.
Pero los ingleses no se limitan a esta con-fusión de orientaciones, sino que llegan a programas mucho más dolorosos. Tienen una especie de Gran Hermano en las casas de dos familias diferentes a las que les intercambian las madres. Con tan buena suerte para los datos de audiencia de la cadena que las emite que se ha producido un enamoramiento del padre de la familia 1 con la madre de la familia 2. Supongo que el juicio de divorcio de las dos parejas también lo retransmitirán en directo.
En la Isla de los Famosos británica no sé si tienen a una Paula Vázquez, pero las pruebas no las dictan guionistas sádicos. Mucho peor. El público tiene la potestad de ponerle pruebas personalizadas a cada uno de los famosos. Os imagináis qué divertido podría ser eso? "Quiero que Paula Vázquez se enrolle con Silvia Fominaya" o "quiero que el torero se machaque la cabeza con una piedra".
Y yo pensaba que la Casa de Tu Vida era retorcido.