domingo, julio 30, 2006

Mi amiga miraba con curiosidad los detalles del local, mientras que sus pies se movían involuntariamente al son del jazz en directo del concierto de la sala.
- Nunca me habías traído a un lugar así.
Jamás creí que a una fan de "El canto del loco" iba a interesarle lo más mínimo este tipo de música, pensé, pero decidí guardar silencio. El contrabajista inició un solo desaforado, al ritmo del batería.
- Joder cómo toca el tipo del violín gigante, ¿no?

sábado, julio 29, 2006

Hoy me enamoraría de todas las chicas. Caminaría por toda la ciudad sin cansarme de admirar todos y cada uno de los edificios, el reflejo de la luz en los cristales, los colores brillantes del verano esperándome a cada paso.
Hoy me llama la atención cada detalle, puesto que me tomo el tiempo necesario para disfrutar de los momentos únicos que vivo.
Hoy no tengo pasado ni futuro.

martes, julio 25, 2006

Quizá dejé en la ciudad ofertas tentadoras que no volverán a presentarse, pero el viernes tomé la mochila y, con una compañera de trabajo, me marché a visitar a mi madre. Con la mala fortuna de que mi familia había decidido irse de vacaciones precisamente ese mismo fin de semana.
Así que no nos quedó más remedio que viajar a San Sebastián, en un día puntuado con un nueve y medio sobre diez en la escala del novio de mi compañera de trabajo.
Nos bañamos en varias playas. El novio de mi amiga y yo nos fuimos a nadar al fin del mundo mientras mi amiga buscaba desesperadamente nuestras toallas creyendo que nos habían robado todo (y nada se movió de su sitio, afortunadamente). Compramos media docena de azulejos pintados a mano por un artista callejero. Descubrimos que esa misma noche había concierto gratuito en la playa, de modo que acabamos sentaditos con nuestra cerveza, sentados en la arena, escuchando jazz jamaicano.
Como no podía ser de otra manera, nos bañamos sin ropa a las tres de la mañana, ante la mirada atónita de una pareja que paseaba al perro.
Como no podía ser de otra manera, antes de tomar la carretera a Pamplona, el conductor pasó un control de alcoholemia. Que dio negativo. No me subo con irresponsables al volante.
El último recuerdo del viaje: un girasol que robamos en Soria. Mi compañera tiene plantados dos en su terraza.

domingo, julio 23, 2006

Cuando me sumerjo en el mar, me encanta tumbarme sin mover ni un solo músculo, cerrar los ojos y esperar. Escuchar el chapoteo submarino de los niños. Al cabo de unos instantes siento la mano invisible de la corriente marina, que me arrastra a su antojo.
Me pregunto si ahora no me hallaré en uno de esos momentos en los que me dejo llevar, con los ojos cerrados, los músculos relajados, la mente en blanco. Tan sólo tendré que revivir cuando me despierte, para tratar de encontrar la orilla, allá donde me haya arrastrado la corriente.

domingo, julio 16, 2006


Artificial Synthetic Observation and Logical Assassination Soldier


Lo encontré gracias a cielo vacío

sábado, julio 15, 2006

Hace unos años me acerqué a un cantante, al finalizar el concierto, y le dije con voz temblorosa que me había encantado su concierto. Que el grupo era excelente. Que yo también cantaba en una banda. Ese músico tuvo la gentileza de escucharme, de interesarse por lo que yo hacía por aquel entonces, de darme ánimos.

Ayer por la noche me tocó a mí escuchar esas mismas palabras, de labios de unos chicos que llevan un año encerrados en el local, peleándose por su música. Supongo que es el paso del testigo de unos a otros.

No sé a quién le hizo más ilusión la conversación, si a ellos, o a mí.

miércoles, julio 12, 2006

Para construir un buen personaje de ficción debemos añadir un pasado interesante y varias características específicas en cuanto a la indumentaria, los gustos o las manías.
Si yo fuese un buen personaje de ficción podría inventar un pasado que no contaría. El resto tiene más o menos que ver con lo que soy: mi alergia a las faldas y a los paraguas y un Red Bull siempre en la mano. No porque necesite la energía que me haga volar, sino porque su sabor me recuerda vagamente al Clamoxil de cuando estaba enferma de niña.

jueves, julio 06, 2006

Un fin de semana acompañada de personas de otro planeta, algunas tras viajes inesperados desde muchos kilómetros de distancia.
Un orgullo que me llevo grabado en la retina, tras un momento muy especial en el que escuchaba la voz quebrada de Chavela acompañando a los miles de personas que poblaban la Gran Vía, levantando banderas de colores. Aplausos a la artista desde las carrozas. El vello de mi brazo de punta, mientras que se me humedecían los ojos.
Una noche acompañada de personas de otro planeta, pero cada día más cercanas, con los mismos intereses, con conversaciones agradables. Una madrugada con una sonrisa, que llevó a un café tardío en uno de los bares de Atocha, hasta que se me cerraban los ojos y era incapaz de dar respuesta a tan ferviente curiosidad.

Recuerdo que cuando salí por la mañana de mi casa iba repitiendo constantemente "me da en la nariz que hoy va a ser un día interesante". Y lo fue.