martes, enero 31, 2006

Estoy helada.
Acabo de leer un foro que me ha puesto los pelos de punta.
Mis recuerdos. Cuando ella me contaba que se forraba los dedos con celofán para no dañarse la piel de las manos cuando vomitaba. Cuando la veía sumar las calorías de cada plato. La vez que se dio una comilona a mi lado. La enfermedad que en otro mundo no comprenden: "¿Enfermas porque no quieren comer?". Si recuerdo, aún duele.

PS. Ana es anorexia. Mía es bulimia. Y todas ellas están muy enfermas, como la sociedad que las inspira.

viernes, enero 27, 2006

He conseguido colgar una canción. Habla de aquellos momentos en los que aún no tenían diagnóstico y no podía mover mi brazo derecho.

Te describiría la sensación al caminar. Cómo relajan los músculos de la mano al soltar. Te contaría cómo brillan las luces de la ciudad, blancas, amarillas, rojas en la oscuridad. Te diría lo que no supe expresar, mientras gente extraña aprieta mis dedos sin fuerza, el fantasma acecha indoloro, insonoro, sin nombre.

Si pudiera hablar para dibujar con los dedos mi verdad sin nombre, sin nombre
Te hablaría en susurros para no despertar al demonio que yace en mí que aún espera su momento, para iniciar el tomento sin nombre


Las conocí en una de esas noches largas en las que acabé desayunando una hamburguesa con queso en un bar de Chueca, rodeada por un grupo de unas veinte desconocidas con vestimentas de colores chillones. Una de esas noches confusas.
No recuerdo sus nombres, pero sí la manera en que se miraban.
- Llevo dos meses en Madrid. En el primero me gasté los ahorros de tres años. En el segundo, encontré trabajo de dependiente en un Rodilla.
Escaso salario, justo para poder pagar la pensión en la que dormían. Una chica a la que acababan de conocer les invitó a comer una hamburguesa, que una de ellas devoraba con ansia, mientras que la otra rechazaba con aún cierto orgullo. No les quedaba nada de la vida que habían conocido en el pueblo.
-Esto no es lo que imaginábamos.
¿Pero cómo volver con las manos vacías, a la incomprensión, con los sueños rotos y el alma partida?
No tenían ni un céntimo en el bolsillo, pero aún recuerdo el cariño cuando se miraban, cuando se acariciaban las manos con resignación mientras contaban la historia. Entonces, sentí envidia.

lunes, enero 23, 2006

LAS REGLAS DEL JUEGO SON:El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título "5 extraños hábitos tuyos". Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito, de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debéis escoger 5 nuevas personas a indicar y añadir el link de su blog o diario web. No olvidéis dejar un comentario en su blog o diario web diciendo "Has sido elegido" y dices que lean el vuestro.

A mí nadie me ha elegido, pero me invito a mi misma, desde el blog de Amicus.

1. Odio las faldas y los paraguas. Por eso, si llueve, me mojo. Es un hábito muy saludable para los virus de la gripe.
2. Cuando tomo café, primero dejo caer parte del azúcar sobre la espuma, para endulzarla, ya que la tomo cucharada a cucharada. Una vez que mi sólo queda leche y café, echo el resto del azúcar en la taza y lo remuevo cuidadosamente. Lo paso muy mal con los azucarillos, que me impiden perpetuar este ritual.
3. Si no llevo reloj, me siento desnuda. Siempre me visto por la muñeca.
4. El caos puede reinar en mi vida, pero mi PC permanecerá perfectamente ordenado en sus carpetitas.
5. El fin de semana me levanto pronto (tengo un reloj biológico un poco raro) y veo los dibujos animados con mi café y galletas. Entre semana cambio los dibujos por el telediario de la mañana o un programa de actualidad informativa.

El que se quiera dar por aludido, que continúe.

miércoles, enero 18, 2006

No, no me he muerto. Aún sigo haciendo cola.

PD: Puede que os crucéis en Chueca con el tipejo/tipeja me robó mi tarjeta VIP y mi copa del Gris...

sábado, enero 14, 2006

Cuando creí que no me podría suceder nada peor me robaron la cartera. Con ella el DNI, tarjetas de banco, dinero, la tarjeta VIP para entrar en bares de Chueca... Así que me tocó esperar en comisaría, ante un cartel que decía "Llame y espere que le atendamos".
Como un "vuelva usted mañana", porque de veras que en determinados momentos no tuve claro que me fueran a atender.

miércoles, enero 11, 2006

En las películas existe siempre un momento llamado "plot point" o "punto de giro", en el que el protagonista sufre una transformación. Tras muchas penurias o muchas alegrías, es consciente de que debe modificar su vida de alguna manera, puesto que en el último instante aparece un salvador o un amigo que le ayuda a saltar del coche en llamas justo antes de que caiga por el precipicio, le aporta el dato que estaba buscando para encontrar al culpable, le muestra lo equivocado que andaba por aquel camino en el que se encontraba. Esto es , en el lenguaje de nuestras abuelas, "que no todo siempre es malo" o aquello de "tras la tempestad siempre viene la calma".
Me encuentro en uno de esos puntos de giro, y no veo por ningún lado al amigo o al salvador para que me rescaten. Quizá esto no es una película.