Él cantaba sobre la edad del porvenir y Norma Desmond en Sunset Boulevard.
Recuerdo haber escuchado sus discos miles de veces, con esa sensación una y otra vez de una voz atrapada, desnuda y vulnerable.
Recuerdo una noticia cuando se fugó mientras grababa un disco, porque no soportaba la presión.
Ayer volví a tocar en Libertad 8. Lo hice casi abriendo el concierto, conteniendo los nervios ante un público aún frío, pero receptivo.
Y al sentarme lo vi sonriéndome, haciéndome un gesto de aprobación desde la barra.
jueves, noviembre 15, 2012
miércoles, noviembre 14, 2012
Aprender.
A que siempre existe un punto de retorno, incluso cuando parece que el freno de mano ha desaparecido.
Aprender a diferenciar entre las situaciones, retomar la perspectiva, disfrutar del paisaje. Oler las flores, sentir la caricia de los rayos de sol por la ventana mientas un nuevo día se abre paso entre los raíles.
Aprender a saludar a los nuevos viajeros en cada estación, a dejarse marchar a aquellos que se bajan antes que nosotros, sabiendo que el hueco que dejan no podrá ser reemplazado, pero que la huella perdura y siempre nos acompañan.
Aprender que no hay nada tan importante , ni nada tan urgente como no olvidarse de respirar hondo.
Aprender a diferenciar lo químico de las emociones, lo químico de las relaciones, el amor que tiene tantas caras como personas que conforman una vida.
Oh sí, aprender tantas cosas, llenar el equipaje. Hacer reír y cuidar de todos aquelllos que te acompañan. Porque no olvides que son las personas las que conforman la herencia real de este viaje, porque las fotografías de proyectos son simplemente proyectos , son simplemente acciones.
Aprender.
Es maravilloso aprender.
Gracias a los que me acompañan.
A que siempre existe un punto de retorno, incluso cuando parece que el freno de mano ha desaparecido.
Aprender a diferenciar entre las situaciones, retomar la perspectiva, disfrutar del paisaje. Oler las flores, sentir la caricia de los rayos de sol por la ventana mientas un nuevo día se abre paso entre los raíles.
Aprender a saludar a los nuevos viajeros en cada estación, a dejarse marchar a aquellos que se bajan antes que nosotros, sabiendo que el hueco que dejan no podrá ser reemplazado, pero que la huella perdura y siempre nos acompañan.
Aprender que no hay nada tan importante , ni nada tan urgente como no olvidarse de respirar hondo.
Aprender a diferenciar lo químico de las emociones, lo químico de las relaciones, el amor que tiene tantas caras como personas que conforman una vida.
Oh sí, aprender tantas cosas, llenar el equipaje. Hacer reír y cuidar de todos aquelllos que te acompañan. Porque no olvides que son las personas las que conforman la herencia real de este viaje, porque las fotografías de proyectos son simplemente proyectos , son simplemente acciones.
Aprender.
Es maravilloso aprender.
Gracias a los que me acompañan.
martes, noviembre 13, 2012
jueves, noviembre 08, 2012
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