Según la teoría de la luz, existen dos tipos de objetos visibles: los que emiten luz y los que la reflejan. Yo sólo la reflejo.
Cuando se acerca un elemento luminoso a la vida, los colores vuelven a tomar forma en la retina, pasamos del negro (ausencia de luz) a una inmensa gama de posibilidades que antes no éramos capaces de percibir, que tan sólo se podían recordar. De modo que las tonalidades grises resultaban ser azules, rojas, verdes. Y, de nuevo, encontrarnos con ese dorado en los edificios de la Gran Vía al atardecer.
Pero la luz es sólo una ilusión. La luz no se puede retener con las manos. No puede reproducirse de igual manera de forma artificial. E incluso aunque la grabemos en partículas de plata sobre papel siempre será diferente.
De manera, que cuando el elemento luminoso se aleja, volveremos a la oscuridad original.
Según la teoría de la luz, existen dos tipos de objetos visibles: los que emiten luz y los que la reflejan. Yo sólo la reflejo. Pero algunas personas dicen que a veces también la emito para ellas.
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