miércoles, diciembre 17, 2008

La emoción de crear (o mi relación tormentosa con la música).

Después de múltiples charlas tras el desastre fin de grupo, gestionado fatal por todos los miembros y causando demasiadas víctimas colaterales, demasiados orgullos heridos por diferentes razones, he llegado a varias conclusiones:

1.No creo que jamás vaya a vivir de esto. Y tomármelo como una obligación o un fin en sí mismo sería tan nocivo como decir que en diez años me quiero parecer físicamente a Sharon Stone. Un suicidio. No soy ni tan buena como muchos, ni tan mala como otros que viven de esto, pero voy a ser realista.
2.Quiero divertirme. Si no va a darme de comer, quiero disfrutar. Sigo en esto por la emoción de crear, la emoción de los conciertos, la adrenalina de los ensayos. Basta de buscar la perfección. No estoy en la tierra de las últimas oportunidades, estoy en el momento de disfrutar de quién soy. Y soy músico, aunque me duela, aunque no sea la época, ni el momento para esta profesión/vocación que me persigue cuando dejo de tocar.
3.Debo acompañarme de personas con estas mismas ideas. Para no confundir los conceptos, para no perseguir fantasmas de otros.

Sigo en esto por la emoción de crear. Cualquier otra idea es sólo un espejismo.

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