miércoles, mayo 30, 2012

No fui consciente del peligro que podía acecharme realmente hasta la noche anterior, momento en el cual comenzaron a vagarme por la cabeza, en el estado de duermevela de preocupaciones de madrugada, todas las posibles desgracias que podían acontecerme al viajar sola. Sola. Con una guía, un billete de avión, la primera noche de hotel y nada de preparación.
Me puse las vacunas un par de semanas antes. Y si digo que en los cuatro últimos días me hice todas las revisiones de buceo y actividades varias no mentiría.

La verdad es que el viaje ha sido de los más tranquilos que he vivido, conociendo de verdad un país maravilloso, con personas con las que he compartido poco, mucho. Pero ante todo me ha permitido sentirme como una superviviente. Como alguien que es capaz de buscarse la vida sola en cualquier lugar del mundo. Como alguien que decide dónde quiere ir, qué desea hacer, qué persona quiere ser. El viaje me permitió imaginarme una vida fuera de Madrid, fuera de la esfera confortable de la familia, los amigos, los lugares conocidos, las expectativas.

Y a mi regreso, fui consciente de que el verdadero peligro real en una vida está precisamente en esa vida confortable. En esos lugares conocidos.

Y tú, ¿también vives la vida que quieres vivir?

3 comentarios:

  1. no debería... si la respuesta es que alguien no está viviendo la vida que quiere vivir, entonces hay motivos para pararse a pensar qué puede hacer para empezar a vivirla :)

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  2. Almenos estoy intentando hacerlo, despues de una ruptura, es muy complicado volver a ver la luz!!!.. pero si, almenos en ello estoy!!!

    te acabo de descubrir y me quedo si me dejas!!!!, el vinculo a tu mail, no está bien, no me deja escribirte!!!

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