De repente me veo protagonizando el anuncio de Coca-cola. "Despedido", "despedido", "despedido", amenaza el gran jefe tras la mesa. Cuenta muchas mentiras y finalmente, con un gesto magnánimo, inventa una oportunidad de tres meses. "Tres meses de observación", dice, "Yo os controlaré personalmente". Por supuesto, el incidente se produce a un día de la renovación, para sembrar el miedo en el último instante.
Ayer protagonicé uno de los hechos que me proporcionó mayor satisfacción en mi vida. Entré al despachó y con una sonrisa expliqué que no necesitaba de su magnimidad, ni de sus mentiras, ni de sus amenazas: "Me voy".
miércoles, octubre 19, 2005
sábado, octubre 15, 2005
De repente ahora he recuperado el olfato, como un tabacoadicto recién desenganchado. Hay árboles y gente y edificios y ciudad y músicos callejeros. Llueve y siento caer las gotas en mi piel, calándome hasta los huesos. Acaricio mi jersey y de nuevo el algodón desentumece mis sentidos.
Tan sólo que soy un año más vieja. Pero por fin dejo de sentir la presión del tiempo en mi gymkana diaria.
Tan sólo que soy un año más vieja. Pero por fin dejo de sentir la presión del tiempo en mi gymkana diaria.
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