Desde hace cinco años me levanto siempre con el pie izquierdo. Me hice un esguince en el tobillo derecho, cuando tropecé en las escaleras del metro, mientras escribía en el móvil un mensaje a una de mis últimas conquistas. Desde entonces, mi pie izquierdo protege al derecho y mi tobillo duele cuando va a llover.
Nada reseñable sobre la conquista que causó la caída en el metro: un esguince, una tremenda borrachera con resaca y muchas promesas (sin sexo).
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