miércoles, diciembre 14, 2005

Nunca nos hablaron de lo que sucedía después del "comieron perdices", de cuando ya ha dicho sí. No nos contaron las averías en casa, cómo mantener el orden, qué hacer con las pequeñas manías a las que no deseas renunciar.
No nos programaron para continuar "el fuego", para batallar con el mundo, para discutir sin gritar, para enfadarse sin golpes bajos, para no sacar la libreta de los deberes mal hechos, de los ejercicios sin hacer.
Sólo nos dijeron que en las relaciones había cosas buenas. Pero, como todo en la vida, tienen su contrapartida.

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