Mi amigo Jose fue a una entrevista de trabajo a una multinacional recientemente. Todo marchaba sobre ruedas, las respuestas correctas para las preguntas, la sonrisa en los momentos precisos, seguridad en cada gesto... Entonces, el entrevistador interrumpió de golpe la conversación:
- Bien, a partir de ahora continuaremos hablando en turco.
Mi amigo Jose trató de sujetar su mandíbula para que no golpease el suelo.
- De acuerdo, señor, pero tenga un pequeño detalle en cuenta. Si no contesto, no es por mala educación, ni porque no esté de acuerdo en sus argumentos. Se tratará simplemente de que no hablo ni una sola palabra de turco.
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