A veces basta con una noticia grave para situarlo todo en su contexto correcto.
Hace un año más o menos me veía en una habitación de hotel, con sangre, notas, cigarros, platos, ante alguien que había perdido totalmente la razón. Ver el dolor y la desesperación me puso en contexto.
Hoy, la noticia de la muerte de otra persona me ha situado de nuevo en un lugar en el que no caben las lamentaciones ni los dramas innecesarios. Soy afortunada porque estoy viva.
A A. allá donde esté. gracias por aquella noche, preciosa :)
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