When you get what you want but not what you need

¿Y si obtienes lo que quieres y coincide con lo que necesitas?

El verbo del mes es confiar.

Confiar en que las personas hacen lo mejor posible con la situación en la que se encuentran.
Confiar en que nadie quiere dañar a nadie.
Confiar en que va a regresar, porque siempre lo hace.
Confiar en mis propias habilidades.
Confiar en que el camino es realmente lo hermoso.

Como consecuencia trae una sensación hermosa de tranquilidad, de caricia prolongada por el sol.

Confío.
Es una nueva conjugación verbal que me encanta haber aprendido.

No me importa equivocarme contigo, no me importa ponerme en peligro.

Se mueve en la delgada línea que separa lo imposible de lo inevitable, lo doloroso de lo dulce.
Ha caminado por esta senda las veces suficientes para conocer que es arriesgada. Mucho. Pero permanecer en ella nunca fue una decisión consciente.
Así que avanza con la determinación del que desea vivir respirando bocanadas de aire enormes. Vulnerable. Porque para sentir determinados momentos sabe que ha de retirar su armadura emocional y debe exponerse. Ponerse en peligro par sentirse a salvo.
Y ahí la vemos. Con una gran sonrisa, los brazos abiertos y los ojos cerrados. Feliz.

Errores de percepción y valoraciones prematuras que me llevan a puntos de los que salgo con facilidad.
Y, pese a todo, sigo componiendo, creando y reconstruyendo la persona que soy, que fui y que seré.
Aunque sé que es críptico, no puedo expresarlo más claro.

Media hora peleándome con la guitarra y resulta que la estrofa tan bonita ya estaba creada. Naturalmente, al reconocerla me he reído. Qué casualidad:



Solo con echarle un vistazo a la letra para comprobar que sí, que estoy dentro. :)

Escucho Samsketi al máximo volumen que soportan mis oídos mientras me pregunto cómo algo tan hermoso ha podido ser creado. Siempre que escuché esta canción la relacioné con un sentimiento concreto: enamorarse.

Creo que una de mis funciones en esta vida es mostrarle este tipo de belleza a las personas que me acompañan. Y a veces, generarla.

Hay personas que entran en nuestra vida abriendo las ventanas de nuestra habitación cerrada y dejan pasar una brisa agradable que nos acaricia. Son personas que conmueven. Hay personas que pulsan las teclas correctas, que hacen las preguntas de manera que generan cambios. Personas que resuelven los enigmas en la primera frase.
Son personas que miran las viejas heridas, las viejas cicatrices y cuando te miran a los ojos una se olvida de cómo llegaron a estar ahí.
Hay personas que caminan a pecho descubierto, que hablan abiertamente de sus dolores y de sus penas. Personas que han venido a compartir. Personas que se cuidan mutuamente.

A song for my lover.

La chica pelirroja de ojos verdes, que era estilista y bailaba sensualmente al ritmo de la música, me tenía encandilada aquella noche.
- Es preciosa.- le decía continuamente a mi amiga, La que no baila.
Una como tantas otras noches en el Escape, en un verano de hace tanto tiempo que no podría situar en un año en concreto.
- Además mira qué voz tiene cuando habla.- mi amiga, La que no baila, aguantaba estoicamente los comentarios mientrs íbamos haciendo movimientos de proximidad hacia la pelirroja disimuladamente.
Hasta que ya la distancia que nos separaba no alcanzaba el medio metro en un bar abarrotado. Y , de repente, la gran revelación. Bulería, bulería.
Como unas doscientas mujeres gritando y bailando a ritmo de Bisbal. Entre ellas, como no podía ser de otra manera, la tan ansiada pelirroja.
- Buleriiiiiiiaaaaaaaaaa.- No podía ser. Un graznido tan terrible no podía proceder de unos labios tan perfectos. Mi amiga y yo nos miramos con sorpresa.
- Buleriaaaaaaaaaaaaaa.
Entonces, la mítica respuesta de La que no baila:
- O la besas tú o la beso yo, pero que alguien le meta la lengua en la boca a esta chica, que esto es insoportable.

Crónicas de Chueca.