viernes, marzo 21, 2014

Privilegios



Me levanto.
A veces me sorprende porque siempre me olvido de esta capacidad de reestructuración, curación y resiliencia que afortunadamente poseo.
Siempre me levanto y aprendo. Tanto el dolor como la felicidad son estados pasajeros, pero sé cómo curarme y buscar mi sonrisa y la de los que me rodean.

Tengo el privilegio de poder levantarme, de poder salir de este dolor, de poder vivir una vida sin angustia permanente, ni ansiedad perpetua. Porque no todo el mundo puede hacerlo.

Existen personas que no pueden vivir su vida de una manera diferente, no todo es una cuestión de voluntad. El dolor no es siempre una opción o una actitud ante la vida.  Estos meses han sido toda una cura de humildad respecto a mi actitud ante el dolor y la enfermedad. No todo es blanco o negro y no todo el mundo elige lo que vive. Hay personas que no pueden hacerlo.

Tengo el privilegio de poder levantarme. Y aquí estoy, luchando.

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