domingo, mayo 22, 2005

Mi abuelo últimamente anda de un humor de perros. Ha perdido un 95% la vista de un ojo y casi un 85% del otro. Los médicos tampoco están dando muy buenas perspectivas de futuro, después de muchos meses de tratamientos dolorosos y largos.
De vez en cuando se sonríe. Mira a mi abuela y dice: "Pero qué guapa es mi María".
Me pregunto cómo debe de sentirse uno fijando en la retina la imagen de alguien a quien no volverá a ver jamás. Tras más de cincuenta años juntos.

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