Hoy me divorcio.
Quizá por eso he pasado una noche tan rara, con sueños que me guiaban de un lado a otro de la cama, con frío y muchos momentos de desvela.
Hoy me dan las llaves de mi nuevo piso.
Pequeñito. Con las paredes pintadas de blanco y rojo. Demasiado parecido al piso que vendo hoy.
Ayer me dí cuenta de que quizá estoy enamorada.
Aunque la palabra amor aún me quede excesivamente grande. Dejémoslo en muy atraída. Y parece que la red se estrecha hasta el punto en que nos miramos cara a cara. Aunque el subtexto de las acciones, de las palabras todavía no ha llegado a la superficie. De acuerdo, estoy atrapada sin posibilidad alguna de éxito.
Ayer me llamaron para un posible cambio de trabajo.
Se me acumulan los cambios.
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