Tengo una nueva casa. Llena de gente, de ilusiones, de abrazos, de comidas, de manos llenas para ayudar cuando no es un buen día. Atrás queda mi casa exterior de dos habitaciones vacía de manos para ayudar cuando no es un buen día.
Tengo un nuevo grupo. Lleno de gente, de ilusiones, de abrazos, de nuevas canciones, de manos llenas de notas, de ideas, de armonía.
Tengo un nuevo trabajo. Lleno de responsabilidades, de ilusiones, de proyectos, con dinero suficiente a fin de mes y un horario que me permite vivir.
Tengo nuevos deseos. Llenos de miedos, de ilusiones, de intensidad incontrolable y controlada. De límites. De percepciones más honestas de quién soy y lo que realmente quiero.
Tengo a mi gatita. Que no es nueva pero siempre está ahí.
Tengo a mis amigos, que como la gata, me han acompañado todo este tiempo.
Creo que veo la luz al final del túnel.
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