jueves, diciembre 17, 2009



Estudiar armonía es como entrar en el cuarto del alquimista, analizar el contenido de sus tubitos y darse cuenta de que todas las soluciones están inventadas. Le quita toda la magia a la composición, pero abre opciones para cuando existan dudas.
Todavía recuerdo las llamadas a Dani en momento de atasco de generación de cancioncitas, para preguntar por dónde podían ir los tiros. Ahora trato de encontrar el punto medio entre la frescura y lo estudiado/analizado. Difícil.
He optado por seguir siendo yo en el borrador, en los momentos de pulsión creativa emocional, pasional y coñazo para el resto de seres humanos. Y después arreglar con los apuntes en la mano.

Ayer estudié "Desafinado" en clase. Y creo que lo entendí.

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