viernes, diciembre 18, 2009

Una de las imágenes más impactantes de mi vida. Un tanque enorme repleto de tiburones, mantas, pececitos de colores y esto...

Lo recuerdo flotando cerca del cristal. Esos ojos que parecían irreales, de muñeco de Fraggle Rock y la sensación de mirar a algo único. El pez luna nadando a escasa velocidad ante cientos de visitantes boquiabiertos en el Oceanográfico.

Único. Se me resbalaron algunas lagrimitas que pasaron inadvertidas ante las personas que me acompañaban.

Lágrimas como cuando me tropecé con Hopper en el Whitney, como escuchar "El sitio de mi recreo" en labios de Antonio Vega en uno de sus últimos conciertos. Lágrimas por estar ante algo hermoso e irrepetible.

Me encantaría poder nadar algún día cerca de uno, aunque solo fuese un ratito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario