Me sucede una cosa extraña: no recuerdo apenas mi infancia. Mis recuerdos de antes de los 12 años se vieron borrados y aniquilados. Nunca ha sido un problema realmente, aunque sí me ha provocado sensaciones extrañas, como aquella vez en la que estuve en una casa en la que había vivido de pequeña y podía saber dónde estaban todas las habitaciones aunque mi mente consciente no la identificase como un hogar pasado.
Anteayer contactó conmigo, a través de una red social, una amiga que tuve a los 8 años. En su email me habla de personas que no recuerdo, anécdotas de excursiones que ya he olvidado, juegos que pertenecen a otra persona que no recuerdo haber sido.
Antes me daba igual. Ahora no.
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