Desayuno mirando al mar, con el sonido de las gaviotas y las olas. La sal en mis labios.
Ultimo día de vacaciones aquí.
La herida cerrada, mi mano intacta, los "podría" guardados en una caja que no voy a abrir nunca mas. Me siento inmune al pasado.
Hay un numero en mi agenda que no volveré a marcar, un blog que no visito, un nombre que solo pronuncio cuando me lo recuerdan.
Tras la llamada de esta mañana, me siento a pensar que hace un mes hubiera rabiado con las mentiras.
Ahora prefiero seguir esta vida tan hermosa que me ha sido concedida sin entretenerme en nada ajeno a mi plan.
Doy un sorbo al café mientras me repito esta ultima frase.
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