jueves, marzo 05, 2015

En oferta


- Llegas tarde.
Mi voz ronca,  al fondo,  le despierta de su ensoñación.  Ve trastos inservibles a lo largo de la tienda mientras que el eco de la estancia vacía resuena en su cabeza.  Toso por el polvo.
- hace tiempo que se marcharon.  Ya no queda nada.
Efectivamente,  la tienda parecía haber albergado las  últimas novedades del mercado.  Todavía quedaban carteles brillantes y algún jiron  de ropa por el que probablemente se hubieran peleado algunos clientes.
-pero no se supone que aquí se intercambian prendas?
-esa era la operativa establecida -  dije - Pero ya sabemos como son las cosas.  Uno comienza con una idea y luego es libre de cambiar de opinión.  O puede callarse que realmente no  tiene intención de dar nada a cambio.  Y así fue.  Esta última temporada vinieron muchas personas,  seleccionaron lo más llamativo.  Se lo  llevaron.  Se lo quedaron. Y la tienda está vacía porque no dejaron nada.  Todos lo sintieron mucho.  Todos lo  agradecen,  dicen que se llevaron buenas prendas.  Que les ayudará en su evolución personal. Pero la tienda se ha quedado vacía.
- y la  tienda?
- todos desean que se reabra,  solo hay que sobreponerse un poco. Me animan a reabrir,  dicen que no es para tanto.  Las cosas son así.

Las cosas son  así.  Eso pienso mientras friego,  busco nuevas existencias y observó mis manos,  que volverán a creer.  Porque siempre sucede.  Sólo espero saber cuando abriremos de nuevo,  con la esperanza de que la próxima vez,  al menos,  sea diferente.

"Esto debería haberme servido de aviso". La imagen de un ser bebiendose la sangre y relamiendo un corazón antes de tirarlo me viene a la mente. 

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