Hay una cosa que me había resistido a hacer desde la mudanza. Conectar los cables de mi equipo de música.
Sí, sé que es absurdo, porque soy música, compongo letras y canciones cada segundo que tengo libre. Pero algo me impedía hacerlo.
Estoy escuchando a todo volumen este temazo de Sigur Ros, con las lagrimitas en los ojos.
Cuánto echaba de menos este sonido.
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