miércoles, enero 14, 2009

Comienza en la garganta, se bloquea lentamente en el esófago y pese a los reiterados intentos de bajar no lo consigue. Posteriormente se inflama a la altura del esternón. Palpita la sangre en la aorta a cada vez mayor velocidad.
El ritmo respiratorio aumenta. Dentro del cerebro, las ideas se agolpan a cada vez mayor velocidad hasta formar una bola informe de continentes sin contenido, de adjetivos sin nombre, de colores, ilusiones y dudas que cierran los ojos. El tiovivo de colores comienza a girar.
Suenan zumbidos en los oídos que ciegan los sonidos del mundo de alrededor.

Finaliza en la cama. Sudando. Mordiendo bocanadas de aire insuficientes para el esfuerzo realizado.

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