viernes, enero 23, 2009

“Tengo el corazón lleno de moscas que se mueven”
Y unas horas por delante antes de un concierto.

Toda la mañana inquieta ante la pantalla del ordenador en el trabajo, carraspeando, murmurando melodías para saber si llegaría al tono con los restos de virus de gripe en mi cuerpo. Decidiendo la cancelación o no (nos la jugamos, chicos). Y una vez tomada la decisión, nervios, muchos nervios, en este concierto de despedida de los miembros de la banda, este concierto de bienvenida de los nuevos miembros de la banda.
En esta nueva vida tan llena de cambios, de emociones, de pertenencias...

En casa: la corbata, la camisa, la guitarra.

Estado de ánimo: exultante.

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