En estos momentos encuentro a personas grandes, humanas, que me conducen, que me cuidan, gente que se preocupa. Personas a las que decir gracias. Personas que encuentran la manera de hacerme reír.
Personas que no juzgan, pero que no me permiten acomodarme.
Personas que me acompañan ,cada una a su manera, en este viaje incómodo pero que debo recorrer.
Podría encerrame, ver todo este proceso como túneles (como el viejo amigo Sábato), pero estas personas grandes me recuerdan lo llena que estaba antes.
Me siento como una vieja casa después de las reformas. Algunas estanterías no cabrán en el nuevo espacio, puede que haya que guardar unos libros que nadie lee en cajas, probablemente muchos muebles hayan perdido uso. Es aburrido. Es prolongado. Parece interminable.
Pero la casa será mucho más confortable después de esto.
Sólo hay que ir amueblando.
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