El AX estaba repleto de gente. Mi hermana, tres de sus amigas y yo, vestidas para la ocasión, cantábamos a todo volumen. Veníamos de una fiesta de un colegio mayor de chicos. Una de estas absurdas en las que acababan las novatadas y regaban a los novatos con todos los cubatas de los veteranos mientras perpetraban una canción.
Recuerdo que no había bebido ni gota, pero me confundí en una rotonda. Había una misteriosa valla que siempre había recordado cerrada en mis trayectos con el coche y esta vez se encontraba abierta. "¿Lo intento por aquí, chicas?", "Sí, hay como una placita en la que puedes dar la vuelta".
Entramos a baja velocidad y procedemos a hacer el giro. De repente gritos. Un guardia civil corriendo por detrás y otro que se nos abalanzó por delante.
- Señorita. Carnet de conducir y documentación de todas ustedes. - Como en las pelis, el tipo tenía una linterna.
- Disculpe, ¿Qué he hecho mal?
- ¿No sabe donde está? .- suspiró profundamente.- En la Moncloa.
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