Una barbacoa poco convencional me tuvo ayer en estado comatoso por falta de sueño. Pero qué maravilla la piscina, jacuzzi a tres, vinito blanco, la lluvia de estrellas y el olor de la carne asándose a las brasas.
Mi vida parece acelerada y multiplicada y elevada al cubo en intensidad.
Estoy reduciendo la velocidad. Comienzo a tener claro lo que quiero.
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