sábado, julio 03, 2004

El palomo cantor no cabe en sí de gozo porque ha encontrado un compañero que le hace coros: un albañil de la obra de enfrente que no sólo taladra a las ocho de la mañana de un sábado, sino que también canta a voz en grito desafinando con pasión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario