Hacía mucho tiempo que no me sentía hecha papilla por dentro. Como he vivido el último año revestida de neopreno emocional, véase, me metía en historias pero no me implicaba, se me habían olvidado las consecuencias.
Sentir nos hace vulnerables, para lo bueno y para lo malo. Sentir reconforta, pero sentir duele.
Afortunadamente puedo volver a sentir las dos. Aunque hoy desee meterme bajo una mantita y no salir fuera.
Para animarme a mí misma, os dedico este vídeo, encontrado vía molécula.
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