domingo, mayo 02, 2004

Nunca he soportado a las personas que acusan a los demás o a la dureza de la vida de sus problemas. Personas que, sin intentarlo siquiera, dan por perdida la próxima batalla, se rinden ante el fantasma de aquello que no ha sucedido.
En cambio me duele ver cómo el que lo ha intentado, el que se ha peleado, el que ha estudiado, trabajado hasta la extenuación, se queda a las puertas de su objetivo.
No sólo hay que tener suerte, sino estar preparado para el momento. De poco sirve que te ofrezcan una oportunidad cuando no puedes dar lo que se te pide.
Por eso me desespero ante las afirmaciones del tipo "es q tampoco voy a tener las oportunidades".
"Pues nada , guapa, ´córtate las venas y así no pierdas más tiempo. Como la vida es una mierda..."
Uno tiene la vida que se negocia, no la que se merece. Uno puede vivir momentos injustos, pero no en una continua injusticia.
Sobre todo cuando se tiene comida, ropa y alojamiento. Cuando tu país no está en guerra. Cuando te queda vida por delante, una salud de hierro y muchos años aún en blanco. Cuando sabes leer, cuando tienes formación (mejorable), cuando tus manos pueden trabajar...
Pero el mundo se confabula en su contra. Porque no les ha dado una serie de cosas que ellos creían que alguien les debía. Cuando, en realidad, nadie les debe nada, sino que ellos no se preocupan por intentar mejorar su situación.

Y siempre consiguen dar lástima a alguien que les cree.

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