miércoles, mayo 12, 2004

Piip. piip.

Voz agradable, sonrisa telefónica:
"Está usted en contacto con el servicio automatizado de Telefónica. ¿Qué desea?"Contactar con un operador.
"Hágalo después de la señal". Piii
Contactar con un operador.
"No le entiendo. Por favor, repita el motivo de su llamada".
Ha-blar con un o-pe-ra-dor.
"No le entiendo. Hágalo alto y claro".
HA-BLAR O-PE-RA-DOR.
"No le entiendo. Exponga el motivo de su llamada en pocas frases".
ADSL. Operador. Socorro.
"El servicio ADSL de Telefónica le permite..." (Discurso de diez minutos)"... Ahora, ¿Qué desea?"
Operador.
"no le entiendo. Por favor , repita el motivo de su llamada".
Ha-blar o-pe-ra-dor.
"No le entiendo. Hágalo alto y claro".
Vete a tomar por el culo, zorra hija-de-la-gran-puta.
"Muchas gracias por su llamada".

Y, sin alterar siquiera su tono de voz, me cuelga.
Sé por un amigo que en algunas compañías, detrás de esas eficientes máquinas, hay una persona que escucha los motivos de las llamadas y se encarga de transferirte a los departamentos o a los discursos publicitarios de la empresa. Siempre me he imaginado a mi profesor de narrativa audiovisual riéndose al otro lado de la línea con cara de psicópata.
Simplemente sirven para entretenerte un rato, en función del volumen de llamadas que haya en el call center. Eso justifica que algunas veces te toque dialogar con la eficiente maquinita durante media hora y, en cambio otras, te pase con un operador la primera vez que no te entiende.
Me parece lógico que los señores amos de la telefonía se diviertan riéndose de sus clientes. pero este sistema se está adaptando a todo tipo de comercios.
Por ejemplo, hace unos meses, mis amigas M y V querían comprar por teléfono un billete de autobús. A M la máquina le entendía perfectamente el trayecto. A V le entendía perfectamente la hora de salida. Pero a ninguna de las dos les entendía el día en el que querían realizar el viaje. Claro está que las dos intentaron decirlo a diferentes velocidades, con diferentes acentos e incluso las dos al mismo tiempo. Después de media hora de charla decidieron que, en vez de llamar a una tercera persona para experimentar si la máquina le entendía, mejor se pasaban a comprar el billete a la estación.
Conclusión. ¿Para qué sirven esas máquinas de atención telefónica? Para evitar que hagas tus gestiones por teléfono. Así de simple.

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