Hace no demasiados años me compré un cuaderno en blanco. Anoté en él todo aquello que quería cumplir en mi vida. Mi cuaderno, repleto de viajes que no hice, repleto de personas con las que ya no hablo, repleto de canciones en las que ya no creo, se perdió en uno de los cajones de mi cuarto en Pamplona.
Pero pese a todo, de vez en cuando anoto una raya mentalmente en esas hojas que memoricé de tanto manosearlas. Y aún sigo anotando sueños. Por si se cumplen.
Veremos qué nos depara este año en blanco.
viernes, diciembre 31, 2004
jueves, diciembre 30, 2004
Recuerdo la navidad como era antes. Las horas interminables antes de recibir la llegada de los reyes, y años después la del intruso vestido de rojo con su trineo y sus renos. Mi hermana dando botes en la cama. "¿Ya es la hora?". "No, son las cuatro". Noches de desvelo.
Recuerdo la navidad como era antes. La plaza mayor repleta de gente histérica peleándose por las piezas de los belenes. Nosotros eligiendo un rey mago que alguien había perdido el año anterior. Los rituales del belén, del árbol, de la lista a los reyes con la letra temblorosa de quien aún aprende a escribir.
Ahora las navidades se han convertido en un cúmulo de rituales que perdieron su sentido hace mucho tiempo. Me gustaba más como era antes.
Recuerdo la navidad como era antes. La plaza mayor repleta de gente histérica peleándose por las piezas de los belenes. Nosotros eligiendo un rey mago que alguien había perdido el año anterior. Los rituales del belén, del árbol, de la lista a los reyes con la letra temblorosa de quien aún aprende a escribir.
Ahora las navidades se han convertido en un cúmulo de rituales que perdieron su sentido hace mucho tiempo. Me gustaba más como era antes.
martes, diciembre 21, 2004
Es como mirar al vacío en lo alto de un acantilado. Que puedes imaginar cómo te sentirías al caer, pero nunca caes para valorar si es como lo habías imaginado. Y de repente sucede. Pronuncias las palabras que latían con fuerza en tus sienes para escapar de tus labios en forma de miedo, en forma de promesa.
Caigo. Espero al ataque de corazón del que mueren todos los que caen al vacío. Espero hundirme prontamente en un sueño doloroso con un fin determinado para no tener que responder más preguntas sin respuesta. Aquí está. Falsa alarma. No hay fondo en las reflexiones. No hay fin determinado.
Tan sólo un vacío insondable de dudas sobre si te quiero por qué no funciona. Por qué no funciona. Qué no funciona. No funciona. ¿Funciona?
Va a ser una espera muy larga.
Caigo. Espero al ataque de corazón del que mueren todos los que caen al vacío. Espero hundirme prontamente en un sueño doloroso con un fin determinado para no tener que responder más preguntas sin respuesta. Aquí está. Falsa alarma. No hay fondo en las reflexiones. No hay fin determinado.
Tan sólo un vacío insondable de dudas sobre si te quiero por qué no funciona. Por qué no funciona. Qué no funciona. No funciona. ¿Funciona?
Va a ser una espera muy larga.
sábado, diciembre 18, 2004
Nos engañaron.
Con las canciones, con las películas de final feliz. Nos contaron que el amor era un juego de fuegos artificiales, de príncipes y princesas. Nos hicieron creer que bastaba con amarse para que las relaciones duraran para siempre.
Nadie nos preparó para las frustraciones continuas. Para el amor imperfecto. Para las broncas, las incompatibilidades. Nos educaron por y para una culpa cristiana en la que somos responsables directos de los efectos sobre los que no existe una causa clara.
Nos engañaron.
Y yo casi me lo creí.
Con las canciones, con las películas de final feliz. Nos contaron que el amor era un juego de fuegos artificiales, de príncipes y princesas. Nos hicieron creer que bastaba con amarse para que las relaciones duraran para siempre.
Nadie nos preparó para las frustraciones continuas. Para el amor imperfecto. Para las broncas, las incompatibilidades. Nos educaron por y para una culpa cristiana en la que somos responsables directos de los efectos sobre los que no existe una causa clara.
Nos engañaron.
Y yo casi me lo creí.
viernes, diciembre 17, 2004
Te echo muchísimo de menos.
Pasar por delante de tu casa en la calle Atocha. Gritarle al videoportero porque la cámara está tan alta que no se me ve. Subir lentamente los tres pisos de escalera de madera que cruje con cada uno de mis pasos. Sentir el olor conocido en el descansillo. Para oír tu voz, sentir tu risa, el calor que me abraza antes de encontrarnos.
El mismo discurso de todos los días:
-Era una psicópata.
- Lo sabía!.- desplomarme en tu sillón con una sonrisa.
(En el fondo nunca dejaremos de ser personajes de Woody Allen).
Pero ahora en tu casa de la calle Atocha ya no hay videoportero al que gritarle. Puede que algún desconocido con el que aún no he intercambiado impresiones, que ni siquiera entendería el discurso de Woody Allen.
Pasar por delante de tu casa en la calle Atocha. Gritarle al videoportero porque la cámara está tan alta que no se me ve. Subir lentamente los tres pisos de escalera de madera que cruje con cada uno de mis pasos. Sentir el olor conocido en el descansillo. Para oír tu voz, sentir tu risa, el calor que me abraza antes de encontrarnos.
El mismo discurso de todos los días:
-Era una psicópata.
- Lo sabía!.- desplomarme en tu sillón con una sonrisa.
(En el fondo nunca dejaremos de ser personajes de Woody Allen).
Pero ahora en tu casa de la calle Atocha ya no hay videoportero al que gritarle. Puede que algún desconocido con el que aún no he intercambiado impresiones, que ni siquiera entendería el discurso de Woody Allen.
miércoles, diciembre 15, 2004
Olvidé su ausencia gracias a las luces, el movimiento frenético de la ciudad en la que convivo. Gracias al ruido de los coches, los problemas en el trabajo, los fines de mes, mirar a la acera que se desplaza a la velocidad de mis pasos, la música alta en los bares. Pero ayer alcé al fin la vista al cielo.
Y ahí estaban. Me detuve a saludarlas de nuevo, después de tantos meses sin detenerme para observarlas. Es gratificante pensar que las estrellas siguen en el firmamento, pese al ruido de los coches, los problemas en el trabajo, los fines de mes, la acera que se desplaza a la velocidad de mis pasos, la música alta en los bares. En el fondo todo eso no es tan importante.
Y ahí estaban. Me detuve a saludarlas de nuevo, después de tantos meses sin detenerme para observarlas. Es gratificante pensar que las estrellas siguen en el firmamento, pese al ruido de los coches, los problemas en el trabajo, los fines de mes, la acera que se desplaza a la velocidad de mis pasos, la música alta en los bares. En el fondo todo eso no es tan importante.
martes, diciembre 14, 2004
Escribiría un post sobre la navidad, pero desde hace demasiados años no siento su llegada inminente. Apenas veo la tele en horario infantil, por lo que no noto el bombardeo de anuncios de juguetes. Aunque sí noto muchos spots horteras de colonias en los pocos programas que veo.
Sí aprecio los atascos en horas puntas en el centro de la ciudad, por lo que lo evito.
Y como vivo en un barrio que no le interesa al alcalde, todavía no he visto las famosas luces de navidad. Salvo en la tele, las de las palabras. Y me hizo ilusión pensar que los canutos y los cuchillos son navideños.
Sí aprecio los atascos en horas puntas en el centro de la ciudad, por lo que lo evito.
Y como vivo en un barrio que no le interesa al alcalde, todavía no he visto las famosas luces de navidad. Salvo en la tele, las de las palabras. Y me hizo ilusión pensar que los canutos y los cuchillos son navideños.
domingo, diciembre 12, 2004
Ayer estuve de juerga con gente a la que no veía desde hace años. Es muy agradable observar que, pese al tiempo de vacío comunicativo, mis amigas siguen estando ahí si es necesario. Y que su observación continúa buscando el fondo y no la forma. Dije quizá las mismas frases que repito con el resto de la humanidad, pero ellas entendieron lo que en realidad quería decir.
sábado, diciembre 11, 2004
El tradicional anuncio de "El Almendro", de turrones, versa sobre el reencuentro de una madre y un hijo. Con una canción edulcorada en el que una cantante cursi canta: "Vuelve a casa, vuelve por navidad...".
He visto el de este año. Como ya no sería creíble mostrar al veinteañero que se ha ido de casa, porque nadie puede pagar pisos con ese sueldo y esos precios, han decidido que la mujer ahora tiene más de sesenta y el hijo rondando los cuarenta.
Parece el mismo anuncio de siempre, pero rodado diez años después.
He visto el de este año. Como ya no sería creíble mostrar al veinteañero que se ha ido de casa, porque nadie puede pagar pisos con ese sueldo y esos precios, han decidido que la mujer ahora tiene más de sesenta y el hijo rondando los cuarenta.
Parece el mismo anuncio de siempre, pero rodado diez años después.
viernes, diciembre 10, 2004
la llegada de Z siempre supone un cambio importante en mi vida. Le echo tanto de menos...
Las noticias que trae en esta ocasión sobre la madre Gran Bretaña versan sobre telebasura.
Antena 3 ha importado un formato en el que varios gays convierten a un heterosexual en un metrosexual. En Inglaterra ya han llegado a la evolución del programa en el que sucede precisamente lo contrario, que un grupo de heterosexuales convierten a un gay en macho inglés. Me lo imagino como a Kevin Kline en In&Out, en la secuencia en la que sigue las instrucciones de una grabación para simular que no es quien es.
Pero los ingleses no se limitan a esta con-fusión de orientaciones, sino que llegan a programas mucho más dolorosos. Tienen una especie de Gran Hermano en las casas de dos familias diferentes a las que les intercambian las madres. Con tan buena suerte para los datos de audiencia de la cadena que las emite que se ha producido un enamoramiento del padre de la familia 1 con la madre de la familia 2. Supongo que el juicio de divorcio de las dos parejas también lo retransmitirán en directo.
En la Isla de los Famosos británica no sé si tienen a una Paula Vázquez, pero las pruebas no las dictan guionistas sádicos. Mucho peor. El público tiene la potestad de ponerle pruebas personalizadas a cada uno de los famosos. Os imagináis qué divertido podría ser eso? "Quiero que Paula Vázquez se enrolle con Silvia Fominaya" o "quiero que el torero se machaque la cabeza con una piedra".
Y yo pensaba que la Casa de Tu Vida era retorcido.
Las noticias que trae en esta ocasión sobre la madre Gran Bretaña versan sobre telebasura.
Antena 3 ha importado un formato en el que varios gays convierten a un heterosexual en un metrosexual. En Inglaterra ya han llegado a la evolución del programa en el que sucede precisamente lo contrario, que un grupo de heterosexuales convierten a un gay en macho inglés. Me lo imagino como a Kevin Kline en In&Out, en la secuencia en la que sigue las instrucciones de una grabación para simular que no es quien es.
Pero los ingleses no se limitan a esta con-fusión de orientaciones, sino que llegan a programas mucho más dolorosos. Tienen una especie de Gran Hermano en las casas de dos familias diferentes a las que les intercambian las madres. Con tan buena suerte para los datos de audiencia de la cadena que las emite que se ha producido un enamoramiento del padre de la familia 1 con la madre de la familia 2. Supongo que el juicio de divorcio de las dos parejas también lo retransmitirán en directo.
En la Isla de los Famosos británica no sé si tienen a una Paula Vázquez, pero las pruebas no las dictan guionistas sádicos. Mucho peor. El público tiene la potestad de ponerle pruebas personalizadas a cada uno de los famosos. Os imagináis qué divertido podría ser eso? "Quiero que Paula Vázquez se enrolle con Silvia Fominaya" o "quiero que el torero se machaque la cabeza con una piedra".
Y yo pensaba que la Casa de Tu Vida era retorcido.
martes, noviembre 30, 2004
En el metro, en los cafés, en las discotecas, en los pubs... Televisores por todos lados de última tecnología plana emitiendo videos musicales o documentales de imágenes espectaculares. Ya no bailamos mirando al resto de personas, sino a Madonna o a cualquiera de los triunfitos. Así, ligar, se convierte en una hazaña inaudita, aunque llegará el día en el que un cámara mostrará los atributos de las chicas guapas del local para que los demás seamos conscientes de su existencia.
La última vez que me reuní con mis amigos en una cafetería con superpantalla pasamos tres horas hablando de las tetas de la Britney, lo desfasado de la ropa de Michael Jackson, si tal o cual ha engordado (hasta que nos dimos cuenta de que la pantalla panorámica deformaba su silueta)...
Pero nada de "cómo estás", "tuve una bronca con mi novia, uf ya sabes cómo es" o "mi jefe es un capullo". Es muy difícil mantener una conversación con alguien que deja su cerebro en stand by mientras observa embobado la tele.
Aquel día decidimos dejar de ir a esa cafetería. Desde entonces nosotros dominamos las conversaciones, no los gustos musicales del camarero de turno.
La última vez que me reuní con mis amigos en una cafetería con superpantalla pasamos tres horas hablando de las tetas de la Britney, lo desfasado de la ropa de Michael Jackson, si tal o cual ha engordado (hasta que nos dimos cuenta de que la pantalla panorámica deformaba su silueta)...
Pero nada de "cómo estás", "tuve una bronca con mi novia, uf ya sabes cómo es" o "mi jefe es un capullo". Es muy difícil mantener una conversación con alguien que deja su cerebro en stand by mientras observa embobado la tele.
Aquel día decidimos dejar de ir a esa cafetería. Desde entonces nosotros dominamos las conversaciones, no los gustos musicales del camarero de turno.
domingo, noviembre 28, 2004
Sentía el sabor deshaciéndose en mi boca, salado e intenso.
-Esto está tan bueno que me dan ganas de llorar.- dije mientras alcanzaba otra cortadita de jamón serrano del plato. Le miré fijamente a los ojos, levemente humedecidos.
- Creo que a ti te sucede lo mismo..- dije.
- No.- aclaró ella- Me acabo de morder la lengua.
-Esto está tan bueno que me dan ganas de llorar.- dije mientras alcanzaba otra cortadita de jamón serrano del plato. Le miré fijamente a los ojos, levemente humedecidos.
- Creo que a ti te sucede lo mismo..- dije.
- No.- aclaró ella- Me acabo de morder la lengua.
viernes, noviembre 26, 2004
Ya lo daba prácticamente por perdido. Así que no me importó que F viniera a estudiar conmigo el día siguiente, las últimas veinticuatro horas antes del examen. Mi amiga F era por aquel entonces (hace mucho que no la veo) una chica preciosa, alocada, con la capacidad de meterse en el bolsillo a cualquiera con una simple mirada tierna. No tardó mucho en convencerme, aunque yo prefiera estudiar a solas.
Por la mañana logramos avanzar muchísimo, de manera que nos premiamos con un café y un Baileys en el bar de enfrente. Mala decisión. Porque en casa, mi compañero de piso gallego, que también daba por perdidas las asignaturas de esa semana, sacó el whisky.
Y no sé cómo F y yo acabamos enzarzadas en la cama, mientras escuchaba a mi compañero reír desde el salón. No sé si ustedes se han acostado alguna vez con un amigo. Pero, como todas las cosas en la vida, o se hace en serio o no se hace. Y, la verdad, fue un desastre. Porque no parábamos de reir las dos, F se tapaba la cara para no desconcentrarse y tuve un ataque de cosquillas bastante inoportuno.
En definitiva, que lo dejamos por imposible y acabamos duchándonos a oscuras F, mi compañero y yo con una guerra de champú nada sexual en un baño diminuto.
Esta es otra de las escenas que recuerdo con mayor cariño de mi veintena.
Supongo que si hubiese ocurrido ahora todo sería diferente, mucho más adulto, mucho más serio, mucho más aburrido y con muchas más consecuencias que aquella vez.
Por la mañana logramos avanzar muchísimo, de manera que nos premiamos con un café y un Baileys en el bar de enfrente. Mala decisión. Porque en casa, mi compañero de piso gallego, que también daba por perdidas las asignaturas de esa semana, sacó el whisky.
Y no sé cómo F y yo acabamos enzarzadas en la cama, mientras escuchaba a mi compañero reír desde el salón. No sé si ustedes se han acostado alguna vez con un amigo. Pero, como todas las cosas en la vida, o se hace en serio o no se hace. Y, la verdad, fue un desastre. Porque no parábamos de reir las dos, F se tapaba la cara para no desconcentrarse y tuve un ataque de cosquillas bastante inoportuno.
En definitiva, que lo dejamos por imposible y acabamos duchándonos a oscuras F, mi compañero y yo con una guerra de champú nada sexual en un baño diminuto.
Esta es otra de las escenas que recuerdo con mayor cariño de mi veintena.
Supongo que si hubiese ocurrido ahora todo sería diferente, mucho más adulto, mucho más serio, mucho más aburrido y con muchas más consecuencias que aquella vez.
miércoles, noviembre 24, 2004
El escepticismo va dejando paso a la esperanza. Poco a poco, las cuentas me cuadran, comprendo los análisis y mi desconocimiento absoluto del nuevo entorno en el que me relaciono se hace menos patente. Ahora acierto más que muchos de mis compañeros. Entreveo una estructura.
Quizá se relacione con que ya no me pregunto qué pinto en el master, sino cómo voy a emplear los conocimientos para mi próxima película.
Quizá se relacione con que ya no me pregunto qué pinto en el master, sino cómo voy a emplear los conocimientos para mi próxima película.
domingo, noviembre 21, 2004
Después de una jornada de trabajo agotadora, mi amigo J se metió en la bañera. Su piel agradeció el contacto del agua casi hirviendo, sus pulmones atraparon aire húmedo, caliente. Comenzó a relajarse.
Se sumergió en el agua enjabonada. "Por fin me olvidé de las gafas empañadas, la operación fue una buena idea", pensó. Todo correcto hasta que se fijó en su pene. "¿Qué son esos granitos?"
Un hombre preguntándose qué son esos granitos en la parte más importante de su anatomía.
El resto lo podéis imaginar: llamada a urgencias, casi a una ambulancia, crisis de ansiedad por el camino, miedo a la amputación (J es de origen argentino)...
Retomamos la historia con un urólogo mirando al miembro viril de J a través de una lupa enorme. J observando de reojo a urólogo.
- Esto es perfectamente normal. Sucede siempre que uno se baña.
- Ah. Es que es la primera vez que la miro.
El urólogo tragó saliva, incluso le tembló la voz:
- ¿Nunca se la ha mirado?
- No, es que me operé de las siete dioptrías de mis dos ojos y...
Se sumergió en el agua enjabonada. "Por fin me olvidé de las gafas empañadas, la operación fue una buena idea", pensó. Todo correcto hasta que se fijó en su pene. "¿Qué son esos granitos?"
Un hombre preguntándose qué son esos granitos en la parte más importante de su anatomía.
El resto lo podéis imaginar: llamada a urgencias, casi a una ambulancia, crisis de ansiedad por el camino, miedo a la amputación (J es de origen argentino)...
Retomamos la historia con un urólogo mirando al miembro viril de J a través de una lupa enorme. J observando de reojo a urólogo.
- Esto es perfectamente normal. Sucede siempre que uno se baña.
- Ah. Es que es la primera vez que la miro.
El urólogo tragó saliva, incluso le tembló la voz:
- ¿Nunca se la ha mirado?
- No, es que me operé de las siete dioptrías de mis dos ojos y...
martes, noviembre 16, 2004
La niña de diez años me miraba fijamente con preocupación.
-Ayer por la noche vi a mis padres haciéndolo.
Gran gesto de sorpresa. Por aquel entonces yo también hablaba del sexo como "ese gran tabú", "lo que los mayores hacen", "el secreto que aún no está desvelado".
- Me levanté al baño y escuché a mi madre gemir. Me acerqué a la puerta. Y los vi.
La niña de diez años me miraba fijamente con preocupación. Esperaba que con mis doce meses de mayor experiencia pudiera contestar a la gran pregunta que se acercaba.
-Cuando seamos mayores, ¿TENDREMOS que hacer eso?
El domingo estuve en urgencias de nuevo.
Juraría que la alergóloga de veintisiete años que me miraba fijamente con preocupación era la misma niña que hace mucho me hizo la gran pregunta.
-Ayer por la noche vi a mis padres haciéndolo.
Gran gesto de sorpresa. Por aquel entonces yo también hablaba del sexo como "ese gran tabú", "lo que los mayores hacen", "el secreto que aún no está desvelado".
- Me levanté al baño y escuché a mi madre gemir. Me acerqué a la puerta. Y los vi.
La niña de diez años me miraba fijamente con preocupación. Esperaba que con mis doce meses de mayor experiencia pudiera contestar a la gran pregunta que se acercaba.
-Cuando seamos mayores, ¿TENDREMOS que hacer eso?
El domingo estuve en urgencias de nuevo.
Juraría que la alergóloga de veintisiete años que me miraba fijamente con preocupación era la misma niña que hace mucho me hizo la gran pregunta.
lunes, noviembre 15, 2004
Fue justo en aquel verano en el que pasamos tantas horas juntas, contándonos las penas y los dolores hasta las tantas de la madrugada. Desayuno de ron con coca-cola.
Volvíamos de la piscina de la casa de mi padre en la que chapoteamos sin cruzarnos con ningún vecino porque era agosto. Yo llevaba un bañador naranja horroroso que mi hermana había escondido en el fondo del armario y tú te pusiste el de imitación a tela vaquera. Parecíamos un revival de los anuncios de El Corte Inglés de hacía demasiadas temporadas. Aunque a ninguna de las dos parecía importarnos. Recuerdo que nos sentamos en el borde, chapoteando con los pies y te conté una historia que te mantuvo en vilo una hora y media. El juego de inventar historias que tanto nos gustaba, un día tú una, un día yo otra, remodelando la realidad a nuestro gusto convirtiéndola en drama o comedia.
Volvíamos en coche, en el AX rojo que un año más tarde se paró en Toledo y jamás volvió a arrancar. Por azares del destino me confundí en un cruce. Luego en el siguiente. Luego en el siguiente. No había nervios porque nadie nos esperaba en nuestras casas.
Y la carretera nos fue equivocando hasta lo alto de un monte, en pleno atardecer. Naranja, rojo y violeta ennegreciéndose. Tú señalando con el dedo. Los problemas alejándose con el sol hasta la noche.
Desde entonces no me he dispuesto del tiempo para pararme a ver atardecer. Aunque suceda todos los días.
Volvíamos de la piscina de la casa de mi padre en la que chapoteamos sin cruzarnos con ningún vecino porque era agosto. Yo llevaba un bañador naranja horroroso que mi hermana había escondido en el fondo del armario y tú te pusiste el de imitación a tela vaquera. Parecíamos un revival de los anuncios de El Corte Inglés de hacía demasiadas temporadas. Aunque a ninguna de las dos parecía importarnos. Recuerdo que nos sentamos en el borde, chapoteando con los pies y te conté una historia que te mantuvo en vilo una hora y media. El juego de inventar historias que tanto nos gustaba, un día tú una, un día yo otra, remodelando la realidad a nuestro gusto convirtiéndola en drama o comedia.
Volvíamos en coche, en el AX rojo que un año más tarde se paró en Toledo y jamás volvió a arrancar. Por azares del destino me confundí en un cruce. Luego en el siguiente. Luego en el siguiente. No había nervios porque nadie nos esperaba en nuestras casas.
Y la carretera nos fue equivocando hasta lo alto de un monte, en pleno atardecer. Naranja, rojo y violeta ennegreciéndose. Tú señalando con el dedo. Los problemas alejándose con el sol hasta la noche.
Desde entonces no me he dispuesto del tiempo para pararme a ver atardecer. Aunque suceda todos los días.
domingo, noviembre 14, 2004
Al fin lo conseguí, reproducir con mis propias manos los platos del restaurante tailandés que cerraron hace un par de años. Para ello me cercené la yema del pulgar derecho con un rayador de verduras (véase abril), intoxiqué a varios amigos con mis experimentos y comencé una intensa búsqueda de aceite de cacahuete por toda la península.
Bien. Pues el miércoles probé el fruto de todos mis esfuerzos. Y estaba cojonudo.
Lástima que sea la primera y la última vez que pruebe ese plato, porque tuve una reacción alérgica al aceite de cacahuete que me llevó derechita a urgencias para que me pincharan Urbason.
No sabía que fuera alérgica a nada, pero gracias a mis experimentos de cocina panasiática lo he descubierto.
Por supuesto, el wok lo pienso tirar a la basura.
Bien. Pues el miércoles probé el fruto de todos mis esfuerzos. Y estaba cojonudo.
Lástima que sea la primera y la última vez que pruebe ese plato, porque tuve una reacción alérgica al aceite de cacahuete que me llevó derechita a urgencias para que me pincharan Urbason.
No sabía que fuera alérgica a nada, pero gracias a mis experimentos de cocina panasiática lo he descubierto.
Por supuesto, el wok lo pienso tirar a la basura.
viernes, noviembre 12, 2004
Entro en el bar y noto miradas de reojo. No estoy vestida para la ocasión, de modo que todos me observan como a un bicho raro. Escucho susurros de desaprobación. Los concurrentes se apartan de mi lado, no sea que les contagie mi actitud estrafalaria.
No se puede entrar vestida de traje en un bar de Lavapiés.
Lo malo es que los concurrentes se consideran más tolerantes y más abiertos que los sujetos que, por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, vestimos de traje para ir a trabajar. Pero sus Pepe de última generación , de 120 € el par perfectamente desarreglados no son nada pijos... Y no sabía que el Che Guevara fuese un modelo de gorras.
No se puede entrar vestida de traje en un bar de Lavapiés.
Lo malo es que los concurrentes se consideran más tolerantes y más abiertos que los sujetos que, por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, vestimos de traje para ir a trabajar. Pero sus Pepe de última generación , de 120 € el par perfectamente desarreglados no son nada pijos... Y no sabía que el Che Guevara fuese un modelo de gorras.
martes, noviembre 09, 2004
Un no beso consiste en acercarse a una distancia peligrosa del no besado, medida justo en ese momento en el que casi se rozan los labios, se siente el aliento rozando la boca, se cierran los ojos, se huele el deseo de la otra persona, se entremezclan los suspiros, se acarician al unísono besos al aire.
Un no beso es frecuentemente más placentero que un beso.
Un no beso es frecuentemente más placentero que un beso.
lunes, noviembre 08, 2004
En el nuevo folleto que la Santa Madre Iglesia emplea para adiestrar a sus fieles dice, entre otras cosas: que el matrimonio homosexual es una aberración, que la eutanasia es un homicidio y el aborto, un holocausto silencioso.
Precisamente la Iglesia debería callar acerca de homicidios y holocaustos. Por no hablar de las aberraciones que cometen sus sacerdotes con menores de edad que no han dado su consentimiento.
Precisamente la Iglesia debería callar acerca de homicidios y holocaustos. Por no hablar de las aberraciones que cometen sus sacerdotes con menores de edad que no han dado su consentimiento.
domingo, noviembre 07, 2004
Hoy la vi en una foto.
Una de esas típicas instantáneas tomadas a escondidas, en las que alguien que es retratado al fondo sonríe como si fuese el centro de atención. Una en la que ella aparecía delgada pero sonriente, con el pelo recién cortado. Alrededor, multitud de banderas de colores, en un orgullo gay de hace demasiado tiempo. De hecho apenas recuerdo el último café que me tomé con todas aquellas personas que figuran en la foto.
Uno de los amores de mi vida, pero también mi tortura. Lenta, dolorosa, deliciosa a ratos. Como su vida. Condenada a ser Peter Pan para siempre, encauzada siempre en sus cuarenta y pocos kilos mantenidos con régimen estricto, atracones y vomitonas. Un torbellino que arrasó con mi escasa estabilidad mental de aquellos años.
Ella fue todo lo que quise y todo lo que no deseo repetir. El aprendizaje de lo bueno y lo malo que escondo en mi interior. Aún ahora me sorprendo recordándola con una sensación agridulce, dulce por los buenos momentos, agria por el rencor del dolor de un fin bastante mal disimulado, una traición a la luz del día.
Aún temo involucrarme en una historia parecida.
El día en que todo estalló creí que mi mundo se desvanecía... Y fue precisamente el inicio de una nueva vida.
Una de esas típicas instantáneas tomadas a escondidas, en las que alguien que es retratado al fondo sonríe como si fuese el centro de atención. Una en la que ella aparecía delgada pero sonriente, con el pelo recién cortado. Alrededor, multitud de banderas de colores, en un orgullo gay de hace demasiado tiempo. De hecho apenas recuerdo el último café que me tomé con todas aquellas personas que figuran en la foto.
Uno de los amores de mi vida, pero también mi tortura. Lenta, dolorosa, deliciosa a ratos. Como su vida. Condenada a ser Peter Pan para siempre, encauzada siempre en sus cuarenta y pocos kilos mantenidos con régimen estricto, atracones y vomitonas. Un torbellino que arrasó con mi escasa estabilidad mental de aquellos años.
Ella fue todo lo que quise y todo lo que no deseo repetir. El aprendizaje de lo bueno y lo malo que escondo en mi interior. Aún ahora me sorprendo recordándola con una sensación agridulce, dulce por los buenos momentos, agria por el rencor del dolor de un fin bastante mal disimulado, una traición a la luz del día.
Aún temo involucrarme en una historia parecida.
El día en que todo estalló creí que mi mundo se desvanecía... Y fue precisamente el inicio de una nueva vida.
sábado, noviembre 06, 2004
Desde hace unos meses siempre me levanto con el pie izquierdo.
Concretamente, desde el accidente de la moto, no por problemas en mi estado de ánimo, sino por un esguince reiterado (leo en el informe del traumatólogo). Me levanto con el pie izquierdo, porque mi cuerpo no quiere dañar más aún mi tobillo derecho.
Así que algunas mañanas asisto a rehabilitación.
Allí observo a otras esguinzadas como yo, a muchas señoras mayores con tendinitis, no sé por qué todas somos mujeres. Salvo Óscar, de unos sesenta y muchos.
Vive en silla de ruedas desde que el tabaco le paralizó la pierna derecha. A unos les afecta al pulmón, a otros al corazón y como él dice: "a unos pocos les toca perder las piernas". Pero él no pierde la paciencia ni el orgullo, camina con su andador de un lado a otro del pasillo, sonríe a los recién llegados, cuenta mil y una batallas de una vida curtida por las barreras arquitectónicas. Es el travieso del lugar.
Concretamente, desde el accidente de la moto, no por problemas en mi estado de ánimo, sino por un esguince reiterado (leo en el informe del traumatólogo). Me levanto con el pie izquierdo, porque mi cuerpo no quiere dañar más aún mi tobillo derecho.
Así que algunas mañanas asisto a rehabilitación.
Allí observo a otras esguinzadas como yo, a muchas señoras mayores con tendinitis, no sé por qué todas somos mujeres. Salvo Óscar, de unos sesenta y muchos.
Vive en silla de ruedas desde que el tabaco le paralizó la pierna derecha. A unos les afecta al pulmón, a otros al corazón y como él dice: "a unos pocos les toca perder las piernas". Pero él no pierde la paciencia ni el orgullo, camina con su andador de un lado a otro del pasillo, sonríe a los recién llegados, cuenta mil y una batallas de una vida curtida por las barreras arquitectónicas. Es el travieso del lugar.
jueves, noviembre 04, 2004
Empecé el MBA. Me siento como un alien, disfrazada con mi traje, tarareando canciones de La Vacazul en el metro con el maletín en la mano. Quizá esté algo triste porque la semana pasada no ensayamos o quizá porque me siento estresada o quizá porque todos mis compañeros de master son ingenieros, economistas y necesito más horas de estudio. Quizá por lo que he dejado atrás.
O simplemente es porque llueve a cántaros, los días son más cortos y necesito un respiro. En los cambios de hora me suelo poner muy tonta.
Pero luego levanto la cabeza, estudio muchas horas y comienzo a entender aquello que mis compañeros veían tan claro.
Nadie dijo que fuera fácil.
Supongo que es la parte de vida en la que hay que ceder para subvencionar aquello que me gusta.
O simplemente es porque llueve a cántaros, los días son más cortos y necesito un respiro. En los cambios de hora me suelo poner muy tonta.
Pero luego levanto la cabeza, estudio muchas horas y comienzo a entender aquello que mis compañeros veían tan claro.
Nadie dijo que fuera fácil.
Supongo que es la parte de vida en la que hay que ceder para subvencionar aquello que me gusta.
domingo, octubre 24, 2004
Siempre que vuelvo al Burger King de la calle Arenal recuerdo mi primera experiencia tocando en el Retiro.
Aquella mañana de domingo de julio en la que saqué la guitarra, olvidé la resaca y me planté en uno de los bancos a cantar. Un hombre con su niño se pasearon varias veces por delante hasta que el tipo, manager, me dejó su tarjeta. También conocí a un músico que me contó la gira que hizo nada más acabar la guerra civil. Recuerdo que una gitana escuchó un buen rato de concierto y al finalizar me regaló una ramita de romero que aún conservo en algún lugar de la casa.
Con el dinero que saqué esa mañana pagué mi hamburguesa. Y me supo a gloria.
Aquella mañana de domingo de julio en la que saqué la guitarra, olvidé la resaca y me planté en uno de los bancos a cantar. Un hombre con su niño se pasearon varias veces por delante hasta que el tipo, manager, me dejó su tarjeta. También conocí a un músico que me contó la gira que hizo nada más acabar la guerra civil. Recuerdo que una gitana escuchó un buen rato de concierto y al finalizar me regaló una ramita de romero que aún conservo en algún lugar de la casa.
Con el dinero que saqué esa mañana pagué mi hamburguesa. Y me supo a gloria.
lunes, octubre 18, 2004
lunes, octubre 11, 2004
Ayer hizo frío, calor, frío, calor, viento, bochorno.
Por eso en un recuento en el vagón del metro localicé a dos tipos con jersey, una con minifalda, dos amigos con chanclas y pantalones cortos, tres niñas con abrigo...
Se suponía que en Madrid no existen ni la primavera ni el otoño. Pero ayer fueron todas las estaciones juntas.
Por eso en un recuento en el vagón del metro localicé a dos tipos con jersey, una con minifalda, dos amigos con chanclas y pantalones cortos, tres niñas con abrigo...
Se suponía que en Madrid no existen ni la primavera ni el otoño. Pero ayer fueron todas las estaciones juntas.
sábado, octubre 09, 2004
jueves, octubre 07, 2004
Existen determinadas experiencias que forjan el carácter: hacer la mili, la primera borrachera, el primer trabajo...
Solicitar el paro es una de ellas. Me viene a la memoria "Las doce pruebas de Astérix"
1. Entrar y hacerte un hueco entre la multitud para encontrar la máquina de los turnos.
2. Pulsar todos los botones. Aunque no sepas si vas a necesitar todos los papeles, es mejor tirarlos que esperar otras tres horas. Aviso: Siempre hay una máquina escondida de nuevas colas que no imaginabas.
3. Esperar. En esta acción, la más dilatada de todas, encontramos habitualmente a varios sujetos:
a. El gilipollas al que se le pasa el turno.
b. El que no sabe nada y no para de preguntarte como si tú supieras.
c. El que no para de protestar.
d. El que no soporta al que protesta. Frecuentemente acaba en pelea.
e. El listillo que te manga tu papel de turno.
4. Suena un timbrecito y, al fin, ves tu número. Si estás esperando a la vez en varias colas, suele suceder que te llamen a la vez en al menos dos de ellas.
5. Obtienes la información necesaria. Normas:
a. El funcionario te indica que te falta algún papel para el que seguro hay que esperar más colas.
b. Sí llevas toda la documentación, pero te falta rellenar impresos nuevos que requieren de sellos para los que hay que esperar más colas.
c. Si vas a sellar esos documentos necesitarás de nuevos impresos en otras oficinas.
d. Puede que cuando tengas todo lo necesario hayas esperado en la cola equivocada.
e. Para conseguir entregar tu expediente hay que esperar una cola para que te den el número de espera de otra cola. Esto es verídico, lo juro.
Lo peor de todo es que justo cuando sales de la oficina obtienes la clave.
- Disculpe, señor.- mujer con niño pregunta a segurata.
- Dígame.
- ¿Cómo hago para solicitar el paro?
- Primero le da al botón de la espera para B. Mientras aguarda, hace la cola para que le den el ticket para esperar a A. Después saca el vale de C.
En B le dan los papeles. En A se inscribe. Va corriendo al banco para que le sellen un papel que le ha dado B. Y después lo entrega todo en C. Pero yo que usted vendría mañana a primera hora que hoy ya no le va a dar tiempo.
Como en los videojuegos, la solución siempre se encuentra donde menos la esperamos.
Solicitar el paro es una de ellas. Me viene a la memoria "Las doce pruebas de Astérix"
1. Entrar y hacerte un hueco entre la multitud para encontrar la máquina de los turnos.
2. Pulsar todos los botones. Aunque no sepas si vas a necesitar todos los papeles, es mejor tirarlos que esperar otras tres horas. Aviso: Siempre hay una máquina escondida de nuevas colas que no imaginabas.
3. Esperar. En esta acción, la más dilatada de todas, encontramos habitualmente a varios sujetos:
a. El gilipollas al que se le pasa el turno.
b. El que no sabe nada y no para de preguntarte como si tú supieras.
c. El que no para de protestar.
d. El que no soporta al que protesta. Frecuentemente acaba en pelea.
e. El listillo que te manga tu papel de turno.
4. Suena un timbrecito y, al fin, ves tu número. Si estás esperando a la vez en varias colas, suele suceder que te llamen a la vez en al menos dos de ellas.
5. Obtienes la información necesaria. Normas:
a. El funcionario te indica que te falta algún papel para el que seguro hay que esperar más colas.
b. Sí llevas toda la documentación, pero te falta rellenar impresos nuevos que requieren de sellos para los que hay que esperar más colas.
c. Si vas a sellar esos documentos necesitarás de nuevos impresos en otras oficinas.
d. Puede que cuando tengas todo lo necesario hayas esperado en la cola equivocada.
e. Para conseguir entregar tu expediente hay que esperar una cola para que te den el número de espera de otra cola. Esto es verídico, lo juro.
Lo peor de todo es que justo cuando sales de la oficina obtienes la clave.
- Disculpe, señor.- mujer con niño pregunta a segurata.
- Dígame.
- ¿Cómo hago para solicitar el paro?
- Primero le da al botón de la espera para B. Mientras aguarda, hace la cola para que le den el ticket para esperar a A. Después saca el vale de C.
En B le dan los papeles. En A se inscribe. Va corriendo al banco para que le sellen un papel que le ha dado B. Y después lo entrega todo en C. Pero yo que usted vendría mañana a primera hora que hoy ya no le va a dar tiempo.
Como en los videojuegos, la solución siempre se encuentra donde menos la esperamos.
miércoles, septiembre 29, 2004
Volviendo a la superficie...
Regresando al mundo real.
El domingo, en el viaje de regreso a Madrid desde el pueblecito navarro en el que se ofició el funeral, recibimos una llamada de la madre de ELLA. El padre de ELLA estaba en urgencias. Así que llegamos a Madrid directamente al hospital, para escuchar un diagnóstico muy duro.
Al día siguiente el padre de ELLA protagonizó una recuperación milagrosa que los médicos aún no se explican. Está vivo y no le quedarán secuelas.
Todavía me cuesta ver las cosas de Iñaki y hacerme a la idea de que ya no volveré a verle jamás. En el funeral me lo imaginé en una esquinita, consolando a su madre, llorando él también y riendo. Aún recuerdo el momento en el que el cura leyó una carta de la prima de Iñaki, la voz quebrada, la cara sorprendida de los presentes ante la frase: "cuando Iñaki se vestía de drag queen". Un pequeño gran logro en la casa del Señor de la Iglesia que nunca quiso aceptarle.
Regresando al mundo real.
El domingo, en el viaje de regreso a Madrid desde el pueblecito navarro en el que se ofició el funeral, recibimos una llamada de la madre de ELLA. El padre de ELLA estaba en urgencias. Así que llegamos a Madrid directamente al hospital, para escuchar un diagnóstico muy duro.
Al día siguiente el padre de ELLA protagonizó una recuperación milagrosa que los médicos aún no se explican. Está vivo y no le quedarán secuelas.
Todavía me cuesta ver las cosas de Iñaki y hacerme a la idea de que ya no volveré a verle jamás. En el funeral me lo imaginé en una esquinita, consolando a su madre, llorando él también y riendo. Aún recuerdo el momento en el que el cura leyó una carta de la prima de Iñaki, la voz quebrada, la cara sorprendida de los presentes ante la frase: "cuando Iñaki se vestía de drag queen". Un pequeño gran logro en la casa del Señor de la Iglesia que nunca quiso aceptarle.
viernes, septiembre 24, 2004
Quiero vivir esa nueva vida a tu lado. Verte sonreir de nuevo con cada día que amanece, correr contigo por los caminos de tu valle. Las pisadas tan conocidas, la hierba que acaricia tus zapatos, la risa cantarina que acuna mis sueños.
Quiero leer , a tu lado, todos aquellos libros cuyas palabras no juntaste. Quiero admirar todas tus obras, la manera en la que hablabas, la dulzura en tus gestos, cada segundo siempre atento a los detalles que yo pasaba por alto.
Quise aprender de tu generosidad, de tus ganas. De esa nueva vida que vivirías después de la operación, con cien kilos menos, la cabeza llena de pájaros de un futuro sin definir. Tantos planes...
Todo lo que quiero ya no es posible.
Y te echaré de menos.
Quiero leer , a tu lado, todos aquellos libros cuyas palabras no juntaste. Quiero admirar todas tus obras, la manera en la que hablabas, la dulzura en tus gestos, cada segundo siempre atento a los detalles que yo pasaba por alto.
Quise aprender de tu generosidad, de tus ganas. De esa nueva vida que vivirías después de la operación, con cien kilos menos, la cabeza llena de pájaros de un futuro sin definir. Tantos planes...
Todo lo que quiero ya no es posible.
Y te echaré de menos.
Quiero vivir esa nueva vida a tu lado. Verte sonreir de nuevo con cada día que amanece, correr contigo por los caminos de tu valle. Las pisadas tan conocidas, la hierba que acaricia tus zapatos, la risa cantarina que acuna mis sueños. Quiero leer , a tu lado, todos aquellos libros cuyas palabras no juntaste. Quiero admirar todas tus obras, la manera en la que hablabas, la dulzura en tus gestos, cada segundo siempre atento a los detalles que yo pasaba por alto. Quise aprender de tu generosidad, de tus ganas. De esa nueva vida que vivirías después de la operación, con cien kilos menos, la cabeza llena de pájaros de un futuro sin definir. Tantos planes... Todo lo que quiero ya no es posible.
Y te echaré de menos.
Y te echaré de menos.
domingo, septiembre 19, 2004
miércoles, septiembre 15, 2004
La noche antes de entrar en el estudio de grabación recibí un enigmático mensaje. "Te quiero". Sin firma. De un remitente desconocido. Probé a buscar el número entre todos los de mi agenda, pero no lo encontré.
Resulta extraño que alguien que no conoces te envíe un mensaje de esas características, seguramente confundió una tecla con otra y el resultado me llegó a mi. Casi sentí que violaba la intimidad de otra persona.
El mensaje ni dolió ni ofendió puesto que yo me siento querida, no quiero ni imaginar los estragos que hubiese causado esa frasecita en otros momentos más solitarios de mi existencia.
Pero ahí me pregunto otra serie de cuestiones. ¿Quién sería el remitente? ¿A quién iría dirigido? ¿Supone este mensaje el cambio del curso de una historia?
Quizá era la reconciliación entre dos enamorados. Quizá un mensaje rutinario, establecido a unas horas determinadas para garantizar la perpetuación del amor. Quizá fuese entre amigos o entre familiares. O quizá de algún/a tímido/a que tras una tarde intentando decir esas dos palabras hubiera recurrido a la distancia del sms, una única oportunidad sin respuesta, fallida por los azares de la telefonía móvil.
Tan sólo espero que el remitente vuelva a decirle que le quiere a quien se lo envió, que lo haga todos los días.
Creo que nunca volveré a confiar en estos artilugios electrónicos para momentos decisivos.
Resulta extraño que alguien que no conoces te envíe un mensaje de esas características, seguramente confundió una tecla con otra y el resultado me llegó a mi. Casi sentí que violaba la intimidad de otra persona.
El mensaje ni dolió ni ofendió puesto que yo me siento querida, no quiero ni imaginar los estragos que hubiese causado esa frasecita en otros momentos más solitarios de mi existencia.
Pero ahí me pregunto otra serie de cuestiones. ¿Quién sería el remitente? ¿A quién iría dirigido? ¿Supone este mensaje el cambio del curso de una historia?
Quizá era la reconciliación entre dos enamorados. Quizá un mensaje rutinario, establecido a unas horas determinadas para garantizar la perpetuación del amor. Quizá fuese entre amigos o entre familiares. O quizá de algún/a tímido/a que tras una tarde intentando decir esas dos palabras hubiera recurrido a la distancia del sms, una única oportunidad sin respuesta, fallida por los azares de la telefonía móvil.
Tan sólo espero que el remitente vuelva a decirle que le quiere a quien se lo envió, que lo haga todos los días.
Creo que nunca volveré a confiar en estos artilugios electrónicos para momentos decisivos.
Cópienme.
Les ruego encarecidamente que lo hagan. Ya he asumido que jamás llenaré ningún estadio, que nadie coreará mis canciones salvo ustedes (mis amigos), que tendré que pagar por ensayar, por mis instrumentos, por mis grabaciones, por tocar... Así que , por lo menos, denme una oportunidad.
Descarguen en el emule: "nara-sola". Y si les gusta aplaudan. Aunque jamás llegue a escuchar esos aplausos en directo.
Ahora es cuando tendría que contar aquello de que "lo grabamos en cinco horas, la mezcla no es definitiva, hay carencia de medios...". No voy a hacerlo. Si nos hubiera grabado Sony sonaría mucho mejor, pero de momento, la música es tan sólo un hobby.
Un hobby maravilloso.
Les ruego encarecidamente que lo hagan. Ya he asumido que jamás llenaré ningún estadio, que nadie coreará mis canciones salvo ustedes (mis amigos), que tendré que pagar por ensayar, por mis instrumentos, por mis grabaciones, por tocar... Así que , por lo menos, denme una oportunidad.
Descarguen en el emule: "nara-sola". Y si les gusta aplaudan. Aunque jamás llegue a escuchar esos aplausos en directo.
Ahora es cuando tendría que contar aquello de que "lo grabamos en cinco horas, la mezcla no es definitiva, hay carencia de medios...". No voy a hacerlo. Si nos hubiera grabado Sony sonaría mucho mejor, pero de momento, la música es tan sólo un hobby.
Un hobby maravilloso.
jueves, septiembre 09, 2004
sábado, agosto 28, 2004
La felicidad está en disfrutar de aquello que posees y olvidar lo que no tienes.
Mi casa siempre está abierta para mis amigos.
El último en llegar ha sido J, argentino, cuarenta y dos. Ahora parece que ha resuelto su vida, después de vivir diez años en una ciudad que no le gustaba, de trabajar en un trabajo que odiaba. Se marchó a Buenos Aires con sus padres.
Como le pagan un alquiler aquí que en Argentina renta como si fuera tres veces más, tiene su existencia asegurada. Nunca jamás trabajará, porque estableció un colchón de posesiones.
Pues todavía se queja. Se obsesiona con las obras de su casa, que le van a salir a cuatro duros. Se obsesiona con unos desmayos que le dieron a su madre, que finalmente no tiene nada. Se obsesiona de igual manera que cuando trabajaba a turnos.
Ayer vino de ver a unos amigos y se quejaba de que ¡había conocido a una mujer maravillosa! Porque la ha encontrado en Madrid justo cuando vuelve a su tierra.
Mi casa siempre está abierta para mis amigos.
El último en llegar ha sido J, argentino, cuarenta y dos. Ahora parece que ha resuelto su vida, después de vivir diez años en una ciudad que no le gustaba, de trabajar en un trabajo que odiaba. Se marchó a Buenos Aires con sus padres.
Como le pagan un alquiler aquí que en Argentina renta como si fuera tres veces más, tiene su existencia asegurada. Nunca jamás trabajará, porque estableció un colchón de posesiones.
Pues todavía se queja. Se obsesiona con las obras de su casa, que le van a salir a cuatro duros. Se obsesiona con unos desmayos que le dieron a su madre, que finalmente no tiene nada. Se obsesiona de igual manera que cuando trabajaba a turnos.
Ayer vino de ver a unos amigos y se quejaba de que ¡había conocido a una mujer maravillosa! Porque la ha encontrado en Madrid justo cuando vuelve a su tierra.
La felicidad está en disfrutar de aquello que posees y olvidar lo que no tienes.
Mi casa siempre está abierta para mis amigos.
El último en llegar ha sido J, argentino, cuarenta y dos. Ahora parece que ha resuelto su vida, después de vivir diez años en una ciudad que no le gustaba, de trabajar en un trabajo que odiaba. Se marchó a Buenos Aires con sus padres.
Como le pagan un alquiler aquí que en Argentina renta como si fuera tres veces más, tiene su existencia asegurada. Nunca jamás trabajará, porque estableció un colchón de posesiones.
Pues todavía se queja. Se obsesiona con las obras de su casa, que le van a salir a cuatro duros. Se obsesiona con unos desmayos que le dieron a su madre, que finalmente no tiene nada. Se obsesiona de igual manera que cuando trabajaba a turnos.
Ayer vino de ver a unos amigos y se quejaba de que ¡había conocido a una mujer maravillosa! Porque la ha encontrado en Madrid justo cuando vuelve a su tierra.
Mi casa siempre está abierta para mis amigos.
El último en llegar ha sido J, argentino, cuarenta y dos. Ahora parece que ha resuelto su vida, después de vivir diez años en una ciudad que no le gustaba, de trabajar en un trabajo que odiaba. Se marchó a Buenos Aires con sus padres.
Como le pagan un alquiler aquí que en Argentina renta como si fuera tres veces más, tiene su existencia asegurada. Nunca jamás trabajará, porque estableció un colchón de posesiones.
Pues todavía se queja. Se obsesiona con las obras de su casa, que le van a salir a cuatro duros. Se obsesiona con unos desmayos que le dieron a su madre, que finalmente no tiene nada. Se obsesiona de igual manera que cuando trabajaba a turnos.
Ayer vino de ver a unos amigos y se quejaba de que ¡había conocido a una mujer maravillosa! Porque la ha encontrado en Madrid justo cuando vuelve a su tierra.
lunes, agosto 23, 2004
Por fin descansaríamos las dos.
Me había acostumbrado a su inquietante presencia en el salón, una jarra del tamaño de un tetra brick, negra, reluciente, pomposa. Presidiendo la estancia justo encima de la televisión.
A veces sentía su mirada desde mi cama, en la sala contigua, mientras leía novelas románticas. Sentía su desaprobación entre las paredes. Como cuando hacía el amor con mi novio, con el que jamás me casé. Un dedo señalante invisible extendido desde el salón.
Diez años de espera, dos horas de viaje, para deshacerme del maldito jarrón.
Por fin lo tuve entre mis brazos, lo pasé a uno de mis hermanos. Que , llorando, no se quería desprender de él, abrazado con histeria a un trozo de cerámica. No sé para qué tanto cuento si llevaban todos diez años evitándolo y me habían endiñado a mí el maldito jarrón negro. Todos lo tuvieron en sus manos un rato, susurrando palabras de despedida.
Cuando llegó a mi hermana mayor, con la misma ceremonia que los demás, retiró el tapón. Mi hermano pequeño dejó escapar un suspiro.
- Dejamos tus cenizas allá donde lo pediste, mamá.- comenzó a extender las cenizas entre la hierba y los arbustos con mucho cuidado de no mancharse.
Yo añadí, en un tono tan bajo que nadie me escuchó:
-Y sentimos no habernos puesto de acuerdo para hacerlo antes. Tengas ahora descanso eterno.
(es una historia real, si pido que me incineren pondré fecha límite, por si acaso).
Me había acostumbrado a su inquietante presencia en el salón, una jarra del tamaño de un tetra brick, negra, reluciente, pomposa. Presidiendo la estancia justo encima de la televisión.
A veces sentía su mirada desde mi cama, en la sala contigua, mientras leía novelas románticas. Sentía su desaprobación entre las paredes. Como cuando hacía el amor con mi novio, con el que jamás me casé. Un dedo señalante invisible extendido desde el salón.
Diez años de espera, dos horas de viaje, para deshacerme del maldito jarrón.
Por fin lo tuve entre mis brazos, lo pasé a uno de mis hermanos. Que , llorando, no se quería desprender de él, abrazado con histeria a un trozo de cerámica. No sé para qué tanto cuento si llevaban todos diez años evitándolo y me habían endiñado a mí el maldito jarrón negro. Todos lo tuvieron en sus manos un rato, susurrando palabras de despedida.
Cuando llegó a mi hermana mayor, con la misma ceremonia que los demás, retiró el tapón. Mi hermano pequeño dejó escapar un suspiro.
- Dejamos tus cenizas allá donde lo pediste, mamá.- comenzó a extender las cenizas entre la hierba y los arbustos con mucho cuidado de no mancharse.
Yo añadí, en un tono tan bajo que nadie me escuchó:
-Y sentimos no habernos puesto de acuerdo para hacerlo antes. Tengas ahora descanso eterno.
(es una historia real, si pido que me incineren pondré fecha límite, por si acaso).
domingo, agosto 22, 2004
Es difícil juntar a cuatro personas diferentes, con historias diferentes, ideas diferentes para que ,conjuntamente, expresen una misma cosa.
Es difícil cuando la música no se puede contar en palabras y quizá se producen malentendidos. Cuando pocos músicos se comprometen en serio, cuando cuesta tanto encontrar compañeros de viaje. Cuando supone horas y horas de repetición incansable, muchas veces con escasos resultados.
Pero hay días en los que los cuatro pensamos y tocamos como si fuésemos uno solo. Expresando los mismos sentimientos, con igual intensidad en cada parte, como si nos guiara una única intención en el laberinto de notas.
Es difícil pero sucede. Y, cuando sucede, es maravilloso.
Es difícil cuando la música no se puede contar en palabras y quizá se producen malentendidos. Cuando pocos músicos se comprometen en serio, cuando cuesta tanto encontrar compañeros de viaje. Cuando supone horas y horas de repetición incansable, muchas veces con escasos resultados.
Pero hay días en los que los cuatro pensamos y tocamos como si fuésemos uno solo. Expresando los mismos sentimientos, con igual intensidad en cada parte, como si nos guiara una única intención en el laberinto de notas.
Es difícil pero sucede. Y, cuando sucede, es maravilloso.
domingo, agosto 15, 2004
Desde que llegamos a Barcelona nos hablan continuamente en catalán. Y, debido al carácter adusto, rugoso, de los barceloneses, hemos creído varias veces que se tomaban a mal que contestáramos en castellano. De hecho me han dado tentaciones de responderles en euskera sólo por verles la cara. Esto me recuerda algo que sucedió hace tiempo.
Hace bastantes años, un catedrático de la Universidad del País Vasco debía dar el discurso para comenzar la Semana Grande de San Sebastián. Comenzó a hablar en castellano. Esto desató las críticas, los gritos, el enfado, del sector nacionalista más duro entre el público. El catedrático mantuvo unos segundos de silencio y... Empezó a hablar en una lengua que nadie entendía. El público escuchó boquiabierto cinco minutos de disertación en griego antiguo. Nadie encontró motivos nacionalistas para enfadarse con el catedrático.
Hace bastantes años, un catedrático de la Universidad del País Vasco debía dar el discurso para comenzar la Semana Grande de San Sebastián. Comenzó a hablar en castellano. Esto desató las críticas, los gritos, el enfado, del sector nacionalista más duro entre el público. El catedrático mantuvo unos segundos de silencio y... Empezó a hablar en una lengua que nadie entendía. El público escuchó boquiabierto cinco minutos de disertación en griego antiguo. Nadie encontró motivos nacionalistas para enfadarse con el catedrático.
sábado, agosto 07, 2004
jueves, agosto 05, 2004
-Oh mierda.
El coche patrulla frenó al lado de la moto. Un policía descendió del vehículo con cara de pocos amigos. El otro ocultó una media sonrisa con una mueca mientras seguía los pasos de su compañero.
-Caballero. Su documentación.
Angel le tendió los papeles de la moto. Todo en regla.
- No figura ningún problema con la vista.- le comunicó el de las malas pulgas al otro.- Perdone, ¿tiene algún problema con la percepción de colores?
- No.
- Entonces ha visto el rojo del semáforo con claridad. Era rojo, ¿no? No lo vio verde, ni naranja.
El policía de la mueca esbozó ya una amplia sonrisa mientras decía:
- ¿Ves?- dijo a su compañero.- Tenía yo razón. Estos motoristas son siempre iguales. No aguantan tres semáforos en rojo seguidos, parece que es una tentación, un golpecito de acelerador y... Fuera. Gracias a usted he ganado una cena. Muchas gracias.
Los dos policías se metieron de nuevo en su coche patrulla, arrancaron y se marcharon sin escribir siquiera los datos del infractor. Mi amigo Ángel todavía no da crédito a lo que sucedió. Nunca le llegó la multa.
El coche patrulla frenó al lado de la moto. Un policía descendió del vehículo con cara de pocos amigos. El otro ocultó una media sonrisa con una mueca mientras seguía los pasos de su compañero.
-Caballero. Su documentación.
Angel le tendió los papeles de la moto. Todo en regla.
- No figura ningún problema con la vista.- le comunicó el de las malas pulgas al otro.- Perdone, ¿tiene algún problema con la percepción de colores?
- No.
- Entonces ha visto el rojo del semáforo con claridad. Era rojo, ¿no? No lo vio verde, ni naranja.
El policía de la mueca esbozó ya una amplia sonrisa mientras decía:
- ¿Ves?- dijo a su compañero.- Tenía yo razón. Estos motoristas son siempre iguales. No aguantan tres semáforos en rojo seguidos, parece que es una tentación, un golpecito de acelerador y... Fuera. Gracias a usted he ganado una cena. Muchas gracias.
Los dos policías se metieron de nuevo en su coche patrulla, arrancaron y se marcharon sin escribir siquiera los datos del infractor. Mi amigo Ángel todavía no da crédito a lo que sucedió. Nunca le llegó la multa.
miércoles, agosto 04, 2004
Le había convencido su primo para bañarse en el río, que allá por los años 20 no estaba aún contaminado. Pero se habían dejado los bañadores en casa, y claro, una hora de caminata serviría seguro para que desaparecieran las ganas de un chapuzón rápido. Por no hablar del sol, que le freía los sesos, o del sudor que pegaba la ropa a la piel.
- No me atrevo.
- Venga- dijo el primo mientras se quitaba la camiseta.- No es para tanto.
- Si nos ve mi madre nos mata.
- No lo va a saber nadie.
Así que se desnudó. El agua del río calmó su calor, justo en el momento en el que el primo intentó una de sus tretas.
- La llevas.- Echó a correr tras las zancadas apresuradas de su primo.
Un silbido interumpió el juego, a bastantes metros de donde habían dejado la ropa.
-Mierda.- gritó el primo.- El tren de Tudela.
- Te lo dije. Esta vez sí que nos van a pillar.
Mi abuelo divisó a lo lejos un tren que seguramente transportaría a algún conocido de su madre. Pamplona era y es un lugar muy pequeño en el que todos se conocen.
Se dispuso a proteger su honor, tapándose sus partes pudendas.
- ¡Pero qué haces! .- Exclamó el primo.
- Tapándome.
- Si te tapas ahí todos van a saber que J.J.M se estaba bañando desnudo en el río.
-Ah, ¿y qué propones?
El tren pasó a su lado a toda la velocidad que alcanzaban los trenes en los años 20. Medio vagón contemplaba con vergüenza a aquellos dos jovenzuelos. Más de una mujer gritó horrorizada.
Dos chicos mostraban sus cuerpos tal y como sus madres les trajeran al mundo mientras se tapaban la cara para no ser reconocidos.
Mi bisabuela jamás se enteró de la hazaña.
- No me atrevo.
- Venga- dijo el primo mientras se quitaba la camiseta.- No es para tanto.
- Si nos ve mi madre nos mata.
- No lo va a saber nadie.
Así que se desnudó. El agua del río calmó su calor, justo en el momento en el que el primo intentó una de sus tretas.
- La llevas.- Echó a correr tras las zancadas apresuradas de su primo.
Un silbido interumpió el juego, a bastantes metros de donde habían dejado la ropa.
-Mierda.- gritó el primo.- El tren de Tudela.
- Te lo dije. Esta vez sí que nos van a pillar.
Mi abuelo divisó a lo lejos un tren que seguramente transportaría a algún conocido de su madre. Pamplona era y es un lugar muy pequeño en el que todos se conocen.
Se dispuso a proteger su honor, tapándose sus partes pudendas.
- ¡Pero qué haces! .- Exclamó el primo.
- Tapándome.
- Si te tapas ahí todos van a saber que J.J.M se estaba bañando desnudo en el río.
-Ah, ¿y qué propones?
El tren pasó a su lado a toda la velocidad que alcanzaban los trenes en los años 20. Medio vagón contemplaba con vergüenza a aquellos dos jovenzuelos. Más de una mujer gritó horrorizada.
Dos chicos mostraban sus cuerpos tal y como sus madres les trajeran al mundo mientras se tapaban la cara para no ser reconocidos.
Mi bisabuela jamás se enteró de la hazaña.
domingo, agosto 01, 2004
Mi amiga salió aquella noche, por primera vez, a una macrodiscoteca de la capital. Le sorprendieron cientos de cuerpos bailando al son del house de moda en el momento. Se tomó una pastilla de color verde.
Recuerda luces, gente, ritmo y reirse de gracias sin sentido. Hay muchas otras que no recuerda.
Por eso le sorprendió tanto, dos semanas después de aquella noche loca, un email con archivo adjunto . Una foto tomada en la macrodiscoteca. Un primer plano de un gogó negro guapísimo y ella a su lado, bailando subida a una plataforma, en sujetador.
Nunca más ha vuelto a tomar drogas. Afirma que si va a hacer tonterías de ese estilo, por lo menos le gustaría recordarlas.
Recuerda luces, gente, ritmo y reirse de gracias sin sentido. Hay muchas otras que no recuerda.
Por eso le sorprendió tanto, dos semanas después de aquella noche loca, un email con archivo adjunto . Una foto tomada en la macrodiscoteca. Un primer plano de un gogó negro guapísimo y ella a su lado, bailando subida a una plataforma, en sujetador.
Nunca más ha vuelto a tomar drogas. Afirma que si va a hacer tonterías de ese estilo, por lo menos le gustaría recordarlas.
sábado, julio 31, 2004
Su arte consiste en transformarse en seres que nunca fue. En hacer vibrar al espectador con sus gestos, con su voz, con sus movimientos. Con frases que otros inventaron para él. Para que diera vida a historias imposibles, historias cotidianas, historias soñadas en otro tiempo y otro lugar.
He visto en sus ojos procesos de transformación que me pusieron los pelos de punta, un brillo esquizofrénico que gritaba con sus cuerdas vocales en una secuencia, desnudo en una bañera. De modo que conseguía, de nuevo, hacernos saltar las lágrimas a todos los presentes dentro y fuera del plató, a un lado u otro de la pantalla.
Se atrevía con todo. Y todo parecía adaptarse perfectamente a su arte.
Hoy me he enterado de que dejará la escena. Porque lamentablemente no eligió ser fontanero, ser mensajero o ser directivo. Él quería ser actor. Pero no con el ánimo de la fama o el dinero, sino con las fuerza que sale de las entrañas. Una verdadera vocación.
Vocación de una persona humilde, de oficio, de teatro, sin apenas exigencias, nada más que las marcadas por el guión. Sin excentricidades de estrella. Y podría haber sido una estrella si hubiera tenido suerte.
Supongo que forma parte del proceso de maduración, dejar de soñar en adaptar el mundo a nuestra medida para reconstruirnos a la medida de ese mundo. Un mundo estúpido en el que los actores no pueden vivir como trabajadores normales.
Él deja a sus espaldas quince años de profesión. De cortos, películas, obras que no saldrán a la luz nunca para la mayoría del público. De camarero, profesor de ajedrez, operario en una cadena de congelados. Y de ACTOR. Con mayúsculas.
El mundo escénico pierde hoy a uno de los grandes. Lo malo es que , salvo ustedes y yo, nadie lo sabe.
He visto en sus ojos procesos de transformación que me pusieron los pelos de punta, un brillo esquizofrénico que gritaba con sus cuerdas vocales en una secuencia, desnudo en una bañera. De modo que conseguía, de nuevo, hacernos saltar las lágrimas a todos los presentes dentro y fuera del plató, a un lado u otro de la pantalla.
Se atrevía con todo. Y todo parecía adaptarse perfectamente a su arte.
Hoy me he enterado de que dejará la escena. Porque lamentablemente no eligió ser fontanero, ser mensajero o ser directivo. Él quería ser actor. Pero no con el ánimo de la fama o el dinero, sino con las fuerza que sale de las entrañas. Una verdadera vocación.
Vocación de una persona humilde, de oficio, de teatro, sin apenas exigencias, nada más que las marcadas por el guión. Sin excentricidades de estrella. Y podría haber sido una estrella si hubiera tenido suerte.
Supongo que forma parte del proceso de maduración, dejar de soñar en adaptar el mundo a nuestra medida para reconstruirnos a la medida de ese mundo. Un mundo estúpido en el que los actores no pueden vivir como trabajadores normales.
Él deja a sus espaldas quince años de profesión. De cortos, películas, obras que no saldrán a la luz nunca para la mayoría del público. De camarero, profesor de ajedrez, operario en una cadena de congelados. Y de ACTOR. Con mayúsculas.
El mundo escénico pierde hoy a uno de los grandes. Lo malo es que , salvo ustedes y yo, nadie lo sabe.
lunes, julio 26, 2004
Debido a la confusión producida con el post anterior y de cerciorarme de que he herido algún que otro orgullo macho, he decidido introducir varias aclaraciones:
- Me parece genial la técnica de ligoteo de mirar. Incluso aquella de arrimar la cebolleta en el transporte público. Siempre y cuando la víctima quiera. A mí también me gusta mirar a las chicas guapas por la calle.
- El hecho de que m gusten las mujeres no quiere decir que no me gusten los hombres. Ni que quiera exterminarlos de la faz de la tierra. soy lesbiana porque no logro enamorame de ellos. Eso no quiere decir que los odie.
- La palabra clave del post anterior es ACOSO.
¿Cuál es la línea entre mirar y acosar? Molestar a la víctima.
El post anterior no trataba sobre los cientos de miles de personas que en esta ciudad se giran al ver un/a chico/a guapo/a, sino sobre aquellos que incomodan a la otra persona. Sobre aquellos que son advertidos de que producen esa incomodidad y, pese a ello, continúan molestando. En definitiva, trata de los que confunden un no con un sí.
Nada más lejos de mi intención el ofender a los hombres que leen esta página que no molestan a nadie y simplemente disfrutan de la compañía de las mujeres.
Anécdota sobre miradas (desde el otro lado, o sea, mi amigo I).
La chica se giró, haciéndose la interesante:
- ¿Y tú? ¿Por qué me miras?
- ¿Yo? Yo no te estaba mirando.
-Claro que me estabas mirando. Yo te vi mirándome.
-Entonces eras tú quien me miraba a mí.
- Me parece genial la técnica de ligoteo de mirar. Incluso aquella de arrimar la cebolleta en el transporte público. Siempre y cuando la víctima quiera. A mí también me gusta mirar a las chicas guapas por la calle.
- El hecho de que m gusten las mujeres no quiere decir que no me gusten los hombres. Ni que quiera exterminarlos de la faz de la tierra. soy lesbiana porque no logro enamorame de ellos. Eso no quiere decir que los odie.
- La palabra clave del post anterior es ACOSO.
¿Cuál es la línea entre mirar y acosar? Molestar a la víctima.
El post anterior no trataba sobre los cientos de miles de personas que en esta ciudad se giran al ver un/a chico/a guapo/a, sino sobre aquellos que incomodan a la otra persona. Sobre aquellos que son advertidos de que producen esa incomodidad y, pese a ello, continúan molestando. En definitiva, trata de los que confunden un no con un sí.
Nada más lejos de mi intención el ofender a los hombres que leen esta página que no molestan a nadie y simplemente disfrutan de la compañía de las mujeres.
Anécdota sobre miradas (desde el otro lado, o sea, mi amigo I).
La chica se giró, haciéndose la interesante:
- ¿Y tú? ¿Por qué me miras?
- ¿Yo? Yo no te estaba mirando.
-Claro que me estabas mirando. Yo te vi mirándome.
-Entonces eras tú quien me miraba a mí.
domingo, julio 25, 2004
El tipo llevaba como media hora sin apartar sus pegajosa mirada de mi cuerpo, recorriéndolo arriba abajo sin parar. Creo que conocía mis piernas mejor que ELLA, que contemplaba con enfado la escena. es lo malo de que no haya un hombre en la relación, que cualquier gilipollas puede molestarte sin sentirse amenazado. Bueno, y también está aquello de los espontáneos que se ofrecen por la calle para hacer un trío en cuanto ven a dos lesbienas besándose en público.
El caso es que yo ya me estaba hartando del plasta de la barra, porque no podrá seguir con atención la charla que manteníamos con nuestras amigas M y V, pero el tipo no se daba por aludido, parecía que le excitaba aún más mi cara de odio.
Hasta que me harté.
Me levanté y grité de mabera que todo el restaurante pudo escucharme:
- oye tú. ¿Quieres dejar de mirarme?
- Perdona. No te ofendas.
- ¡Que no me ofenda! Llevas media hora acosándome. Como me mires un solo minuto más te voy a partir la cara, tú verás lo que haces.
En cuanto me senté, el chico se marchó del lugar. Todo el restaurante me miraba como si me hubiera vuelto loca.
Fue un pequeño triunfo sobre todas aquelllas veces que me he visto obligada a mirar al suelo mientras un grupo de adolescentes marroquíes me decía guarradas mientras camino, sobre los pelmas de discoteca que me quisieron tocar el culo cuando estaba borracha, sobre los que se acercan peligrosamente en el transporte público y se comen un codazo.
Sobre todos aquellos hombres que acosan a las mujeres y se sienten importantes por hacerlo: los machitos.
El caso es que yo ya me estaba hartando del plasta de la barra, porque no podrá seguir con atención la charla que manteníamos con nuestras amigas M y V, pero el tipo no se daba por aludido, parecía que le excitaba aún más mi cara de odio.
Hasta que me harté.
Me levanté y grité de mabera que todo el restaurante pudo escucharme:
- oye tú. ¿Quieres dejar de mirarme?
- Perdona. No te ofendas.
- ¡Que no me ofenda! Llevas media hora acosándome. Como me mires un solo minuto más te voy a partir la cara, tú verás lo que haces.
En cuanto me senté, el chico se marchó del lugar. Todo el restaurante me miraba como si me hubiera vuelto loca.
Fue un pequeño triunfo sobre todas aquelllas veces que me he visto obligada a mirar al suelo mientras un grupo de adolescentes marroquíes me decía guarradas mientras camino, sobre los pelmas de discoteca que me quisieron tocar el culo cuando estaba borracha, sobre los que se acercan peligrosamente en el transporte público y se comen un codazo.
Sobre todos aquellos hombres que acosan a las mujeres y se sienten importantes por hacerlo: los machitos.
sábado, julio 24, 2004
Hace unos años uno de mis hermanos, J, intentó una gamberrada adolescente. Envió un email a una de las multinacionales antivirus con troyano que le acababan de pasar por un chat. Recibió una corta respuesta: "A los gilipollas como tú les hacemos esto".
Mi hermano cerró el programa de correo electrónico. Y de repente el ordenador se apagó. Nunca jamás consiguió volver a encenderlo.
Mi hermano cerró el programa de correo electrónico. Y de repente el ordenador se apagó. Nunca jamás consiguió volver a encenderlo.
viernes, julio 23, 2004
Comencé a sospecharlo cuando me sorprendía a mí misma observando bebés con ojos tiernos. Poco a poco se comfirmó cuando las treintañeras dejaron de parecerme unas "viejas intrusas en el ambiente" para convertirse en un objeto de deseo. Cuando las arrugas me parecieron una señal de experiencia y no de vejez, lo confirmé.
Ahora soy consciente de que pronto cumpliré veintisiete años. Cada vez me atrae más la treintena que la veintena. No me apetece volver a vivir los desengaños del aprendizaje allí donde ya fui desengañada.
Pero sí me siento un poco más vieja.
Ahora soy consciente de que pronto cumpliré veintisiete años. Cada vez me atrae más la treintena que la veintena. No me apetece volver a vivir los desengaños del aprendizaje allí donde ya fui desengañada.
Pero sí me siento un poco más vieja.
martes, julio 20, 2004
En mi barrio hay un local con apariencia de galería de arte. Su inmensa cristalera , que da a dos calles, permite al viandante observar el vacío de su interior. Sólo hay una silla, una mesa y un joven sudamericano con aspecto de aburrirse. A veces lee, a veces canta, a veces escribe frases que no puedo leer desde donde le miro.
En el barrio hay muchos edificios vigilados por guardas de seguridad, para evitar que los ocupen jóvenes con crestas de colores y rastas. Pero el joven sudamericano viste con una camisa y un pantalón vaquero. No lleva porra. Es la última persona a la que imaginaría defendiendo el local de un posible invasor.
Nadie sabe cuál es la función del chico. A veces pienso que tan sólo es fruto de mi imaginación, que en el local sólo hay una silla y una mesa. Pero siempre que paso por delante de la inmensa cristalera lo veo ahí, aburrido, escribiendo, leyendo o cantando.
En el barrio hay muchos edificios vigilados por guardas de seguridad, para evitar que los ocupen jóvenes con crestas de colores y rastas. Pero el joven sudamericano viste con una camisa y un pantalón vaquero. No lleva porra. Es la última persona a la que imaginaría defendiendo el local de un posible invasor.
Nadie sabe cuál es la función del chico. A veces pienso que tan sólo es fruto de mi imaginación, que en el local sólo hay una silla y una mesa. Pero siempre que paso por delante de la inmensa cristalera lo veo ahí, aburrido, escribiendo, leyendo o cantando.
sábado, julio 17, 2004
El padre ayudaba al niño a cruzar la distancia entre el andén y el vagón del metro.
- Deja pasar antes de subir.- decía el hombre a su hijo. Hablaba con dulzura. El niño le miraba con atención: ya era el momento de los descubrimientos de la vida. Y el tipo había decidido enseñarle las normas de educación que ya nadie sigue en el transporte público en la capital.
Su hijo observaba con curiosidad a todos los pasajeros. Se sorprendió cuando le saqué la lengua. Me encanta sacarles la lengua a los niños pequeños porque nunca se esperan ese tipo de reacciones de los adultos.
En la siguiente parada, Sol, se bajaron muchos viajeros. Como quedaban dos asientos libres, el niño tiró de la mano de su papá para que se sentaran.
- Siéntate tú si quieres. Los asientos son para los niños y para la gente mayor.
- Tú eres mayor, papá.
- Más mayor que yo.
- No hay nadie más mayor que tú.
El padre le sonrió, se sentó en uno de los asientos vacíos y le tomó en brazos. Jugó con el hijo hasta que me bajé en mi parada.
- Deja pasar antes de subir.- decía el hombre a su hijo. Hablaba con dulzura. El niño le miraba con atención: ya era el momento de los descubrimientos de la vida. Y el tipo había decidido enseñarle las normas de educación que ya nadie sigue en el transporte público en la capital.
Su hijo observaba con curiosidad a todos los pasajeros. Se sorprendió cuando le saqué la lengua. Me encanta sacarles la lengua a los niños pequeños porque nunca se esperan ese tipo de reacciones de los adultos.
En la siguiente parada, Sol, se bajaron muchos viajeros. Como quedaban dos asientos libres, el niño tiró de la mano de su papá para que se sentaran.
- Siéntate tú si quieres. Los asientos son para los niños y para la gente mayor.
- Tú eres mayor, papá.
- Más mayor que yo.
- No hay nadie más mayor que tú.
El padre le sonrió, se sentó en uno de los asientos vacíos y le tomó en brazos. Jugó con el hijo hasta que me bajé en mi parada.
viernes, julio 16, 2004
Una semana entera sin escribir, sin contar nada. Recordadme que la reste del total cuando quiera hacer el primer aniversario del blog, si es que llego. Porque a este ritmo... En este tiempo no ha sucedido mucho.
Que el día siguiente al accidente me levanté con el tobillo dos veces más grande de su tamaño habitual y, como siempre, acabé en el hospital. Este tipo de sucesos siempre me suceden cuando he hecho planes con ELLA. Aunque en esta ocasión, el hospital no me salvó de la GRAN LIMPIEZA DE VERANO que ha durado , de momento, dos días. Hasta ahora había infravalorado en exceso el valor de las marujas, esas grandes personas que se ven obligadas a rellenar la denostada casilla de "ama de casa" en las búsquedas de empleo. Que parece que no trabajan en nada, pero que cuando faltan un par de días desatan una crisis general en aquellas casas en las que "son mantenidas".
Además de esto ha venido a visitarme mi amigo Z, futuro editor junior en una conocida editorial británica. De su viaje he aprendido dos cosas:
1. Que en el parlamento de Escocia no hay ni un sólo representante de las fuerzas conservadoras (bueno, eso si no consideramos que los laboristas últimamente son tan abiertos como la Thatcher). Es el único país del mundo en el que se produce esto.
2. Que la madre de mi amigo ha descubierto y aceptado que Z es gay. Así que ahora en vez de perseguirle para que se eche novia, le acosa con el hecho de que Z sigue soltero. Supongo que esperará a casarle con un rico heredero digno de su posición social, gracias a la nueva ley que apruebe ZP. Entonces mi amigo se dedicará a adoptar niñas chinas y vivirá feliz y contento en su nidito de amor. Irá a misa los domingos y su mamá podrá mostrarlo a sus amigas como la hija que nunca tuvo. Mi amigo, Z, dice que la prefería cuando estaba enfadada con él porque "había elegido una vida antinatural e indigna". Si es que basta con que nos den algo para dedidir que mejor no lo queremos.
Que el día siguiente al accidente me levanté con el tobillo dos veces más grande de su tamaño habitual y, como siempre, acabé en el hospital. Este tipo de sucesos siempre me suceden cuando he hecho planes con ELLA. Aunque en esta ocasión, el hospital no me salvó de la GRAN LIMPIEZA DE VERANO que ha durado , de momento, dos días. Hasta ahora había infravalorado en exceso el valor de las marujas, esas grandes personas que se ven obligadas a rellenar la denostada casilla de "ama de casa" en las búsquedas de empleo. Que parece que no trabajan en nada, pero que cuando faltan un par de días desatan una crisis general en aquellas casas en las que "son mantenidas".
Además de esto ha venido a visitarme mi amigo Z, futuro editor junior en una conocida editorial británica. De su viaje he aprendido dos cosas:
1. Que en el parlamento de Escocia no hay ni un sólo representante de las fuerzas conservadoras (bueno, eso si no consideramos que los laboristas últimamente son tan abiertos como la Thatcher). Es el único país del mundo en el que se produce esto.
2. Que la madre de mi amigo ha descubierto y aceptado que Z es gay. Así que ahora en vez de perseguirle para que se eche novia, le acosa con el hecho de que Z sigue soltero. Supongo que esperará a casarle con un rico heredero digno de su posición social, gracias a la nueva ley que apruebe ZP. Entonces mi amigo se dedicará a adoptar niñas chinas y vivirá feliz y contento en su nidito de amor. Irá a misa los domingos y su mamá podrá mostrarlo a sus amigas como la hija que nunca tuvo. Mi amigo, Z, dice que la prefería cuando estaba enfadada con él porque "había elegido una vida antinatural e indigna". Si es que basta con que nos den algo para dedidir que mejor no lo queremos.
viernes, julio 09, 2004
mi angelito de la guarda ha hecho hoy horas extras.
Iba con la moto de camino al trabajo por una calle del centro, de estas sin aceras, sólo con pivotes. A eso de 40 km/h. Y una imbécil se ha saltado el ceda el paso de una calle perpendicular y se me ha cruzado.
Con la buena suerte de que la he visto a tiempo para frenar, para que se me bloquearan los frenos, para caerme antes de golpearme con ella.
Aún ha tenido el morro de decir que yo iba a toda velocidad (cuando una motocicleta no puede ir a más de 50kms/h que es el límite de velocidad en ciudad). Cuando es ella la que se ha saltado el ceda el paso. Cuando su acompañante me ha dicho que ya estaba frenando, frenada que ha concluido en mitad de la escasa calzada. A metro y medio de la señal que no ha respetado.
Me alucina esta gente que además de incumplir las normas y poner en peligro vidas ajenas se permite fardar de que tiene un seguro a todo riesgo. ¿A todo riesgo de qué? Que se permite decir que como no me ha golpeado no tiene la culpa, cuando precisamente yo he hecho un esfuerzo por minimizar el golpe.
Agradezco los esfuerzos de mi angelito de la guarda. Tan sólo espero que no le toquen vacaciones este verano.
Iba con la moto de camino al trabajo por una calle del centro, de estas sin aceras, sólo con pivotes. A eso de 40 km/h. Y una imbécil se ha saltado el ceda el paso de una calle perpendicular y se me ha cruzado.
Con la buena suerte de que la he visto a tiempo para frenar, para que se me bloquearan los frenos, para caerme antes de golpearme con ella.
Aún ha tenido el morro de decir que yo iba a toda velocidad (cuando una motocicleta no puede ir a más de 50kms/h que es el límite de velocidad en ciudad). Cuando es ella la que se ha saltado el ceda el paso. Cuando su acompañante me ha dicho que ya estaba frenando, frenada que ha concluido en mitad de la escasa calzada. A metro y medio de la señal que no ha respetado.
Me alucina esta gente que además de incumplir las normas y poner en peligro vidas ajenas se permite fardar de que tiene un seguro a todo riesgo. ¿A todo riesgo de qué? Que se permite decir que como no me ha golpeado no tiene la culpa, cuando precisamente yo he hecho un esfuerzo por minimizar el golpe.
Agradezco los esfuerzos de mi angelito de la guarda. Tan sólo espero que no le toquen vacaciones este verano.
jueves, julio 08, 2004
lunes, julio 05, 2004
domingo, julio 04, 2004
Mañana no quedarán banderas de colores ondeando en las terrazas. Tampoco habrá calles repletas de gente curiosa, de gente bailando, de gente tolerante. Mañana puede que salgan los otros al mundo que muchos tomaron por un fin de semana, dispuestos a encerrarnos a todos en los armarios cotidianos.
Mañana nadie recordará la fiesta, el confetti, las fotos en los periódicos. La resaca dará paso, una vez más a la tranquilidad.
Pero yo mañana seguiré estando orgullosa de la vida que vivo en la manera en la que la vivo. Salí este fin de semana a gritarle al que quisiera escuchar que si cumplo con mis obligaciones debo obtener mis derechos. Y seguiré gritándolo hasta el año que viene.
Mañana también es mi orgullo gay. Como todos los días.
No sólo soy lesbiana un día al año.
Mañana nadie recordará la fiesta, el confetti, las fotos en los periódicos. La resaca dará paso, una vez más a la tranquilidad.
Pero yo mañana seguiré estando orgullosa de la vida que vivo en la manera en la que la vivo. Salí este fin de semana a gritarle al que quisiera escuchar que si cumplo con mis obligaciones debo obtener mis derechos. Y seguiré gritándolo hasta el año que viene.
Mañana también es mi orgullo gay. Como todos los días.
No sólo soy lesbiana un día al año.
sábado, julio 03, 2004
viernes, julio 02, 2004
Me cuenta ELLA que antropológicamente la cultura siempre fue un vehículo de transmisión de conocimiento. Que las canciones, los relatos, servían para que los jóvenes aprendieran de los mayores cómo enfrentarse con mayor eficacia a la vida.
Poco se parece ahora nuestra cultura a esa concepción. Quizá por eso hay muchas personas confundidas.
Si la música se vende al mejor postor, si se trata de vender determinada imagen en todas las adquisiciones culturales o más bien la cultura se ha convertido en un elemento más de apariencia. Nos clasificamos por personas apasionadas por el jazz, mediana edad, culto, amante del arte; apasionadas por el nu metal, jóvenes, poca cultura musical, pinta rara y ropa americana. Se supone que los gays escuchan a Barbara Streisand, las mujeres mayores a Julio Iglesias... Todo suposiciones. Ningún aprendizaje de cómo evitar los problemas.
Así que supongo que ese vehículo de transmisión de conocimiento que un día fue no transmite mucho.
No quiero ni pensar lo que sucedería si todos siguiésemos las enseñanzas de Marilyn Manson.
Poco se parece ahora nuestra cultura a esa concepción. Quizá por eso hay muchas personas confundidas.
Si la música se vende al mejor postor, si se trata de vender determinada imagen en todas las adquisiciones culturales o más bien la cultura se ha convertido en un elemento más de apariencia. Nos clasificamos por personas apasionadas por el jazz, mediana edad, culto, amante del arte; apasionadas por el nu metal, jóvenes, poca cultura musical, pinta rara y ropa americana. Se supone que los gays escuchan a Barbara Streisand, las mujeres mayores a Julio Iglesias... Todo suposiciones. Ningún aprendizaje de cómo evitar los problemas.
Así que supongo que ese vehículo de transmisión de conocimiento que un día fue no transmite mucho.
No quiero ni pensar lo que sucedería si todos siguiésemos las enseñanzas de Marilyn Manson.
jueves, julio 01, 2004
Hubo un tiempo en el que vivir no costaba tanto dinero o en el que el dinero no me importaba tanto para vivir. Un tiempo repleto de páginas en blanco por escribir, de ilusiones a la vuelta de la esquina. Hubo un tiempo en el que esperaba mucho de los demás, de la vida, de mí misma. En el que creía que la diferencia entre el que lo consigue y el que no se encontraba en el esfuerzo por alcanzar los objetivos.
Era un mundo justo, libre, creado y mantenido por una idea demasiado adolescente de la vida. Demasiado inocente.
Supongo que, como todos, ya pagué el precio de la inocencia en plazos de desilusiones. Supongo que veo a través de ojos cansados, a veces desengañados, a veces tristes.
Pero el resto de páginas en blanco puedo escribirlas con un letra firme, sin promesas, pero con la misma ilusión de antes. Que no creo en príncipes azules o dioses que me rescaten en el último instante. Que me atengo a la realidad para hacerla más agradable.
Y aprendí a cuidar de la inocencia que me quedó de esos embates, la protejo cada día para que no me la desengañen.
Era un mundo justo, libre, creado y mantenido por una idea demasiado adolescente de la vida. Demasiado inocente.
Supongo que, como todos, ya pagué el precio de la inocencia en plazos de desilusiones. Supongo que veo a través de ojos cansados, a veces desengañados, a veces tristes.
Pero el resto de páginas en blanco puedo escribirlas con un letra firme, sin promesas, pero con la misma ilusión de antes. Que no creo en príncipes azules o dioses que me rescaten en el último instante. Que me atengo a la realidad para hacerla más agradable.
Y aprendí a cuidar de la inocencia que me quedó de esos embates, la protejo cada día para que no me la desengañen.
martes, junio 29, 2004
domingo, junio 27, 2004
"Grrru, grrrru...". Nos ha despertado el glogló de un palomo cantor a las ocho esta mañana. El pobre tan sólo obedece a la llamada de la naturaleza: yo toco la guitarra para ligar y él canta su glogló, los dos con la intención de que la hembra se acerque. Han decidido anidar en la unidad externa de nuestro recién instalado aire acondicionado, que, como dice el anuncio, no hace ruido. Pero nadie nos habló del palomar de serie.
"Grrru, grrru". Y ella ha salido a la ventana gritando que iba a llamar al 010. "Para que se lleven a las palomas", decía aún entre sueños, "eso o me lío a tiros con la pistola de aire comprimido!".
Entonces, ella le ha gritado que se callara y le ha mirado fijamente a sus ojos de palomo cantor. Y no sé cómo el palomo ha entendido que sería mejor dejar el ligue para una hora más tardía.
El silencio sólo se ha interrumpido por los silbidos y aplausos de los obreros del edificio de enfrente. En ese momento mi novia se ha dado cuenta de que estaba desnuda.
"Grrru, grrru". Y ella ha salido a la ventana gritando que iba a llamar al 010. "Para que se lleven a las palomas", decía aún entre sueños, "eso o me lío a tiros con la pistola de aire comprimido!".
Entonces, ella le ha gritado que se callara y le ha mirado fijamente a sus ojos de palomo cantor. Y no sé cómo el palomo ha entendido que sería mejor dejar el ligue para una hora más tardía.
El silencio sólo se ha interrumpido por los silbidos y aplausos de los obreros del edificio de enfrente. En ese momento mi novia se ha dado cuenta de que estaba desnuda.
viernes, junio 25, 2004
miércoles, junio 23, 2004
Ni estoy ciega, ni sorda ni muda. Pero ser una simple ciudadana no me convierte en gilipollas.
- 24 horas de antelación no me parecen suficientes para que toda la población usuaria del metro se entere de los cambios. Sí es suficiente para cumplir con las apariencias y, sobre todo, para que los usuarios no puedan protestar a tiempo.
- es una locura cortar UNA LINA DE METRO COMPLETA. Desconozco los planes de obras, pero no creo que las obras sean simultáneas en todas las estaciones a la vez. Supongo que se podrían fraccionar en tramos.
- No existe un servicio alternativo correcto. Los autobuses que sustituyen al metro no son suficientes, puesto que el metro transporta a muchas personas-
- ¿Qué hacemos los vecinos de Lavapies, Sol y Callao? El servicio de autobuses no pasa por nuestro barrio, pero la línea de metro que han cortado sí.
- El sábado tardé 45 minutos en autobús para un trayecto que habitualmente me lleva 15. ¿Quién pagará mi tiempo perdido?
- 24 horas de antelación no me parecen suficientes para que toda la población usuaria del metro se entere de los cambios. Sí es suficiente para cumplir con las apariencias y, sobre todo, para que los usuarios no puedan protestar a tiempo.
- es una locura cortar UNA LINA DE METRO COMPLETA. Desconozco los planes de obras, pero no creo que las obras sean simultáneas en todas las estaciones a la vez. Supongo que se podrían fraccionar en tramos.
- No existe un servicio alternativo correcto. Los autobuses que sustituyen al metro no son suficientes, puesto que el metro transporta a muchas personas-
- ¿Qué hacemos los vecinos de Lavapies, Sol y Callao? El servicio de autobuses no pasa por nuestro barrio, pero la línea de metro que han cortado sí.
- El sábado tardé 45 minutos en autobús para un trayecto que habitualmente me lleva 15. ¿Quién pagará mi tiempo perdido?
Le miró a los ojos, tratando desesperadamente de reconocer en ellos a la persona que él creía que era ella. Pero no encontró lo que buscaba.
Tan sólo un vacío insondable, que atenazaba las mismas respuestas que acababa de escuchar. Las mismas afirmaciones que no había creído.
Entonces, soltó su mano. Y se levantó para no volver.
Tan sólo un vacío insondable, que atenazaba las mismas respuestas que acababa de escuchar. Las mismas afirmaciones que no había creído.
Entonces, soltó su mano. Y se levantó para no volver.
martes, junio 22, 2004
La autora aclara que el presente blog no es un diario como son los guardados bajo siete llaves en la adolescencia. No siempre lo que se dice es verdad, ni los personajes necesariamente existen, ni los hechos que se narran sucedieron exactamente como los relatos. Muchos de ellos ni siquiera sucedieron.
La autora aclara que el presente blog es un ejercicio de escritura, no una ventana abierta para que el mundo observe su intimidad.
Puesto que e no siempre es Esperanza.
La autora aclara que el presente blog es un ejercicio de escritura, no una ventana abierta para que el mundo observe su intimidad.
Puesto que e no siempre es Esperanza.
sábado, junio 19, 2004
La chica del piercing cobraba a los clientes con velocidad en la caja de la librería. Tomaba un libro con suavidad, lo deslizaba hacia el lector de códigos, que emitía un sonido electrónico que se repetía rítmicamente cada pocos segundos. Tras ese ruido, el de la caja registradora al abrirse, el de las monedas al caer, el de la caja nuevamente al cerrarse.
- Disculpe, señorita.- interrupía un hombre de traje oscuro en cuya camisa azul aparecían bordadas las iniciales "JC".
La chica levantó levemente la ceja de la que colgaba su piercing.
- ¿Tiene el libro del presidente?
La chica suspiró.
- No sé de qué libro me habla.
- El de el Sr. Aznar, nuestro presidente.
- Ah, ¿el del EX- presidente? -señaló con el dedo a un montón de libros en el fondo de la librería- Ése está por allí.
- Disculpe, señorita.- interrupía un hombre de traje oscuro en cuya camisa azul aparecían bordadas las iniciales "JC".
La chica levantó levemente la ceja de la que colgaba su piercing.
- ¿Tiene el libro del presidente?
La chica suspiró.
- No sé de qué libro me habla.
- El de el Sr. Aznar, nuestro presidente.
- Ah, ¿el del EX- presidente? -señaló con el dedo a un montón de libros en el fondo de la librería- Ése está por allí.
Las cinco del viernes.
1) Si tuvieras que diseñar tu propio infierno, ¿cómo sería?
Muy parecido a un lugar en el que siempre llueve, hace frío. En el que la gente únicamente se mueve por las apariencias. En el que sólo hay tiempo para trabajar. Aunque me parece un poco estúpido diseñar un propio infierno.
2) ¿Y tu paraíso?
Un espacio con temperatura agradable, rodeada de mi familia (en la que incluyo a ELLA) y amigos. Con una buena conexión a internet, con una guitarra, con mi grupo, una cámara y unos pocos técnicos y actores a mano.
Ah, en un mundo en el que haya cines en los que se proyecten las películas de todas las personas, se escuche la música de bandas nuevas. Un paraíso en el que también de vez en cuando haya algún problema, alguna discusión. Puesto que como a todos los seres humanos, la perfección absoluta me aburre.
3) ¿Qué color crees que te representa mejor?¿Por qué?
No me representa mejor, pero desde que vi el azul del mar del Caribe no he parado de pensar en volver. Azul turquesa, limpio, aguas a través de las cuales se divisa perfectamente el fondo.
3) ¿Cómo y dónde aprendiste a amar?
El día en el que me reconocí que amaba a una mujer. Y que no importaba que fuera un hombre o una mujer.
4) ¿Qué experiencia te ha vuelto mas vulnerable?
Una acumulación de fatalidades hace cuatro años.
1) Si tuvieras que diseñar tu propio infierno, ¿cómo sería?
Muy parecido a un lugar en el que siempre llueve, hace frío. En el que la gente únicamente se mueve por las apariencias. En el que sólo hay tiempo para trabajar. Aunque me parece un poco estúpido diseñar un propio infierno.
2) ¿Y tu paraíso?
Un espacio con temperatura agradable, rodeada de mi familia (en la que incluyo a ELLA) y amigos. Con una buena conexión a internet, con una guitarra, con mi grupo, una cámara y unos pocos técnicos y actores a mano.
Ah, en un mundo en el que haya cines en los que se proyecten las películas de todas las personas, se escuche la música de bandas nuevas. Un paraíso en el que también de vez en cuando haya algún problema, alguna discusión. Puesto que como a todos los seres humanos, la perfección absoluta me aburre.
3) ¿Qué color crees que te representa mejor?¿Por qué?
No me representa mejor, pero desde que vi el azul del mar del Caribe no he parado de pensar en volver. Azul turquesa, limpio, aguas a través de las cuales se divisa perfectamente el fondo.
3) ¿Cómo y dónde aprendiste a amar?
El día en el que me reconocí que amaba a una mujer. Y que no importaba que fuera un hombre o una mujer.
4) ¿Qué experiencia te ha vuelto mas vulnerable?
Una acumulación de fatalidades hace cuatro años.
viernes, junio 18, 2004
Hace escasamente unos minutos casi estampo a un compañero de trabajo.
Justo venía yo de ejercer de dominatrix, de soltarle la bronca a un inútil que repite siempre el mismo error de manera voluntaria , no sé si con el ánimo de hacernos perder clientes.
Y mi compañero venezolano me mira a la cara:
- ¿Qué? ¿ya has llorado?
En ese momento le hubiera soltado un puñetazo. Llorar. Pensaba para mis adentros. Claro, como soy una mujer no puedo echarle la bronca a nadie sin llorar. No puedo aceptar puestos de responsabilidad porque mis emociones aflorarán en los momentos difíciles.
Al poco mi ha explicado que en Venezuela, "llorar" es sinónimo de "gritar", "discutir". Y hemos hecho las paces.
A veces conviene preguntar antes de enfadarse en este curioso mundo en el que los malentendidos son más frecuentes que los acuerdos. A veces debería mandarle callar a la histérica feminista que habita en mi interior. Cierto entonces que los cinco hombres que tengo a mi cargo de manera directa me acabarían tocando las narices de nuevo.
Puño de hierro, guante de seda. Una mujer con muy mala leche.
Justo venía yo de ejercer de dominatrix, de soltarle la bronca a un inútil que repite siempre el mismo error de manera voluntaria , no sé si con el ánimo de hacernos perder clientes.
Y mi compañero venezolano me mira a la cara:
- ¿Qué? ¿ya has llorado?
En ese momento le hubiera soltado un puñetazo. Llorar. Pensaba para mis adentros. Claro, como soy una mujer no puedo echarle la bronca a nadie sin llorar. No puedo aceptar puestos de responsabilidad porque mis emociones aflorarán en los momentos difíciles.
Al poco mi ha explicado que en Venezuela, "llorar" es sinónimo de "gritar", "discutir". Y hemos hecho las paces.
A veces conviene preguntar antes de enfadarse en este curioso mundo en el que los malentendidos son más frecuentes que los acuerdos. A veces debería mandarle callar a la histérica feminista que habita en mi interior. Cierto entonces que los cinco hombres que tengo a mi cargo de manera directa me acabarían tocando las narices de nuevo.
Puño de hierro, guante de seda. Una mujer con muy mala leche.
jueves, junio 17, 2004
Lo conocí en una noche de niebla de cerveza, a altas horas de la noche, o muy temprano en la mañana. Su cresta verde lo hacía reconocible en cualquier bar que pisábamos y algunos camareros le miraban con recelo. Como quien observa a un animal recién escapado del zoo. Con sus botas militares avanzando en golpes rítmicos donde quiera que caminara.
Por azares del alcohol acabamos compartiendo la escasa noche que quedaba. Me habló de su familia, su hermano esquizofrénico, su antigua adicción al speed. Y me mostró una enorme llave.
- Esta es la llave de mi cuarto en la casa okupa.
Desde entonces me he preguntado para qué necesitaba una llave para encerrar una habitación cuando él defendía que las casas no tienen dueño.
Por azares del alcohol acabamos compartiendo la escasa noche que quedaba. Me habló de su familia, su hermano esquizofrénico, su antigua adicción al speed. Y me mostró una enorme llave.
- Esta es la llave de mi cuarto en la casa okupa.
Desde entonces me he preguntado para qué necesitaba una llave para encerrar una habitación cuando él defendía que las casas no tienen dueño.
martes, junio 15, 2004
Justo había iniciado la guerra civil española.
Uno de mis abuelos, J, acabó en el frente en Navarra. Había comenzado la carrera de medicina, con escasos éxitos académicos debido a las distracciones del vino y las mujeres. Y le plantaron en el frente, a amputar, a curar. A ver morir soldados, amigos de uno y otro bando. Al acabar la guerra no hubo nada que le distrajera en sus estudios, pero nadie sabe por qué, nunca ejerció.
Mi otro abuelo regresó a Madrid, de donde se había marchado para hacerse cura, por la vocación de "comer todos los días", la fe más ciega en el ser humano. Sobre todo cuando abundan los hermanos y no el dinero.
En Madrid se encontró con una familia azul en zona roja. Uno de sus hermanos se empeñó en ir al frente con los rojos, para intentar pasarse al otro bando. Algo común, pero con un riesgo tremendo. Podrían dispararle tanto los comunistas como los falangistas, las balas no atienden a razones. Pero el hermano mayor impidió que eso sucediera, encerró en casa al joven impetuoso que quería cruzar el frente. Aún se le humedecen los ojos a mi abuelo cuando lo recuerda.
Porque no existían cerraduras lo suficientemente seguras como para impedir que el joven caminara por la ciudad, aunque no fuera a ningún frente. Entonces los nacionales tomaron el Alcázar de Toledo. Y como en el otro bando, ante las derrotas, los rojos decidieron tomar represalias, fusilaron a muchos para sembrar un poco más de miedo, de discordia.
A los pocos días sin noticias mi bisabuela habló con un vecino, que le mostró el nombre de mi tio abuelo en la lista de víctimas. Pero no hubo ninguna confirmación oficial. Así que mi abuelo y su madre consiguieron, por la nada despreciable suma de mil duros de la época, una entrevista con el encargado de la seguridad en Madrid: el Sr Carrillo. Un hombre muy joven que tenía al mando a todos los guardias de la ciudad. El mismo Carrillo que se exilió y volvió en la democracia.
- Su nombre no figura en la lista. - dijo Carrillo.
- Me han asegurado que fue fusilado.
- ¿Qué era su hijo?
- Falangista.
Entonces Carrillo sonrió de una manera que mi abuelo, casi setenta años después, aún recuerda.
- Si era falangista, seguro que se le ha olvidado respirar.
Uno de mis abuelos, J, acabó en el frente en Navarra. Había comenzado la carrera de medicina, con escasos éxitos académicos debido a las distracciones del vino y las mujeres. Y le plantaron en el frente, a amputar, a curar. A ver morir soldados, amigos de uno y otro bando. Al acabar la guerra no hubo nada que le distrajera en sus estudios, pero nadie sabe por qué, nunca ejerció.
Mi otro abuelo regresó a Madrid, de donde se había marchado para hacerse cura, por la vocación de "comer todos los días", la fe más ciega en el ser humano. Sobre todo cuando abundan los hermanos y no el dinero.
En Madrid se encontró con una familia azul en zona roja. Uno de sus hermanos se empeñó en ir al frente con los rojos, para intentar pasarse al otro bando. Algo común, pero con un riesgo tremendo. Podrían dispararle tanto los comunistas como los falangistas, las balas no atienden a razones. Pero el hermano mayor impidió que eso sucediera, encerró en casa al joven impetuoso que quería cruzar el frente. Aún se le humedecen los ojos a mi abuelo cuando lo recuerda.
Porque no existían cerraduras lo suficientemente seguras como para impedir que el joven caminara por la ciudad, aunque no fuera a ningún frente. Entonces los nacionales tomaron el Alcázar de Toledo. Y como en el otro bando, ante las derrotas, los rojos decidieron tomar represalias, fusilaron a muchos para sembrar un poco más de miedo, de discordia.
A los pocos días sin noticias mi bisabuela habló con un vecino, que le mostró el nombre de mi tio abuelo en la lista de víctimas. Pero no hubo ninguna confirmación oficial. Así que mi abuelo y su madre consiguieron, por la nada despreciable suma de mil duros de la época, una entrevista con el encargado de la seguridad en Madrid: el Sr Carrillo. Un hombre muy joven que tenía al mando a todos los guardias de la ciudad. El mismo Carrillo que se exilió y volvió en la democracia.
- Su nombre no figura en la lista. - dijo Carrillo.
- Me han asegurado que fue fusilado.
- ¿Qué era su hijo?
- Falangista.
Entonces Carrillo sonrió de una manera que mi abuelo, casi setenta años después, aún recuerda.
- Si era falangista, seguro que se le ha olvidado respirar.
lunes, junio 14, 2004
Ayer visitamos las fiestas de San Antonio de la Florida.
Existe una tradición, la de las modestillas, para buscar novio. Una deposita tres alfileres en una copa grande de piedra e introduce la mano. Acaba poniendo en su ropa aquellos alfileres que haya sacado de la copa, que se le hayan quedado clavados en la mano, cuando esos alfileres se caigan, encontrará novio.
Esto nos indica que:
- La primera de las mujeres que mete la mano posee menos posibilidades de encontrar novio, puesto que sólo tiene en la copa los tres que ha dejado ella.
- La tradición no especifica qué sucede con los hombres que meten la mano, ¿Encontrarán novio? ¿Encontrarán novia?
- La última en hacerlo puede llegar a los quinientos novios. También cuenta con enormes posibilidades de que alguna de las anteriores candidatas a novio tenga alguna enfermedad que se transmita por el contacto de la sangre, se haya pinchado y por tanto haya manchado alguno de los alfileres y... Tatatachán, se produzca una infección masiva.
Pero a ellas, heterosexuales, seguidoras de la más pura tradición castiza y religiosa, Bush si les dejará donar sangre. Aunque tengan infinitas más posibilidades que yo de estar contagiadas de SIDA.
Existe una tradición, la de las modestillas, para buscar novio. Una deposita tres alfileres en una copa grande de piedra e introduce la mano. Acaba poniendo en su ropa aquellos alfileres que haya sacado de la copa, que se le hayan quedado clavados en la mano, cuando esos alfileres se caigan, encontrará novio.
Esto nos indica que:
- La primera de las mujeres que mete la mano posee menos posibilidades de encontrar novio, puesto que sólo tiene en la copa los tres que ha dejado ella.
- La tradición no especifica qué sucede con los hombres que meten la mano, ¿Encontrarán novio? ¿Encontrarán novia?
- La última en hacerlo puede llegar a los quinientos novios. También cuenta con enormes posibilidades de que alguna de las anteriores candidatas a novio tenga alguna enfermedad que se transmita por el contacto de la sangre, se haya pinchado y por tanto haya manchado alguno de los alfileres y... Tatatachán, se produzca una infección masiva.
Pero a ellas, heterosexuales, seguidoras de la más pura tradición castiza y religiosa, Bush si les dejará donar sangre. Aunque tengan infinitas más posibilidades que yo de estar contagiadas de SIDA.
viernes, junio 11, 2004
Todos los que escribimos en este lugar tan caótico como internet, en realidad, todo el mundo que escribe, ha leído a alguien antes. Justo cuando inicié las andanzas con "A solas", dejaba las suyas un blog bastante interesante.
Ella llevaba un año largo escribiendo y dejó un post explicando que lo dejaba. Y sus fans le mandaron doscientos ochenta y seis comentarios con el ánimo de que volviera. Así descubrimos que a los doscientos, el contador de Haloscan se vuelve loco.
Bueno, pues parece que ella ha vuelto.
Ella llevaba un año largo escribiendo y dejó un post explicando que lo dejaba. Y sus fans le mandaron doscientos ochenta y seis comentarios con el ánimo de que volviera. Así descubrimos que a los doscientos, el contador de Haloscan se vuelve loco.
Bueno, pues parece que ella ha vuelto.
jueves, junio 10, 2004
Diálogo de besugos II parte*:
- ¿Cómo era aquella película de Icíar Bollaín?
- ¿Cuál?
- La última, la de "te pego leche". Joer, ya sé, "Te doy mis ojos".
"Te pego leche"...
*Conversación real entre mi amiga Marta y una servidora. Mi amiga quiere que reseñe que la expresión es "made in Marta" y ella aclara que posee los derechos de autor. Si usted quiere reproducir parcial o totalmente esta conversación o es una mujer lesbiana soltera sin problemas mentales graves, comuníquese conmigo para que las ponga en contacto.
- ¿Cómo era aquella película de Icíar Bollaín?
- ¿Cuál?
- La última, la de "te pego leche". Joer, ya sé, "Te doy mis ojos".
"Te pego leche"...
*Conversación real entre mi amiga Marta y una servidora. Mi amiga quiere que reseñe que la expresión es "made in Marta" y ella aclara que posee los derechos de autor. Si usted quiere reproducir parcial o totalmente esta conversación o es una mujer lesbiana soltera sin problemas mentales graves, comuníquese conmigo para que las ponga en contacto.
miércoles, junio 09, 2004
Lo siento, pero no me lo creo.
No me trago que en tres meses la realidad haya cambiado tanto como han cambiado los telediarios de TVE. Cada fuente de información debería de brindar su punto de vista, pero TVE hace de juez, hace de parte, hace de escuela para los ciudadanos. Divierte, enseña y desinforma.
De nada me sirve encender la tele para que me mientan, aún cuando el cristal a través del que mira esa cadena se asemeje al de mis colores.
No me trago que en tres meses la realidad haya cambiado tanto como han cambiado los telediarios de TVE. Cada fuente de información debería de brindar su punto de vista, pero TVE hace de juez, hace de parte, hace de escuela para los ciudadanos. Divierte, enseña y desinforma.
De nada me sirve encender la tele para que me mientan, aún cuando el cristal a través del que mira esa cadena se asemeje al de mis colores.
martes, junio 08, 2004
lunes, junio 07, 2004
Atruena. Acabo de rescatar la ropa húmeda del tendedero de la lluvia, cuando daría igual que se mojara un poco más para luego secarse.
Después de uno de los primeros días de un posible verano desolador, excesivamente caluroso, refresca. Las gotas caen con fuerza.
Me dan ganas de salir al patio, bailar bajo la lluvia, saltar en los charcos. Mancharme la ropa de barro. Girar para dar mil vueltas, para pararme mareada y tratar de averiguar de nuevo dónde me encuentro, hacia dónde me he quedado varada. Me apetece ser la niña que llevo dentro.
Pero en lugar de eso la niña y yo hemos estado aporreando la guitarra, cantando en voz baja para no molestar a los vecinos, haciendo música entre los golpes de las gotas en el suelo.
Después de uno de los primeros días de un posible verano desolador, excesivamente caluroso, refresca. Las gotas caen con fuerza.
Me dan ganas de salir al patio, bailar bajo la lluvia, saltar en los charcos. Mancharme la ropa de barro. Girar para dar mil vueltas, para pararme mareada y tratar de averiguar de nuevo dónde me encuentro, hacia dónde me he quedado varada. Me apetece ser la niña que llevo dentro.
Pero en lugar de eso la niña y yo hemos estado aporreando la guitarra, cantando en voz baja para no molestar a los vecinos, haciendo música entre los golpes de las gotas en el suelo.
domingo, junio 06, 2004
Descubro, dentro de los temas por los que me han encontrado en los buscadores, cosas tan sorprendentes como:
"Cómo curar un wok" (?)
"Buscar trabajo restaurante Thai"
"Fotos horribles de presenciar" (alguien un poco morboso)
"Sarah Bettens letras" (este es de los míos).
" Club de las personas solas".
Y, el más sorprendente: "Señorita miss universo 2004". Je,je.
Si esto forma parte del gran regalo de primavera que me hace la vida este año, acepto el premio encantada. Miss universo. Suena bien.
:)
"Cómo curar un wok" (?)
"Buscar trabajo restaurante Thai"
"Fotos horribles de presenciar" (alguien un poco morboso)
"Sarah Bettens letras" (este es de los míos).
" Club de las personas solas".
Y, el más sorprendente: "Señorita miss universo 2004". Je,je.
Si esto forma parte del gran regalo de primavera que me hace la vida este año, acepto el premio encantada. Miss universo. Suena bien.
:)
viernes, junio 04, 2004
Lo conocí a las doce y media de la madrugada, en la puerta de mi casa. Quizá no el mejor momento para que un tipo de casi dos metros, negro como el carbón se acerque empujando un carrito por la calle. Mucho menos si descubres cuando se gira que no se ha rapado del todo la cabeza, sino que lleva escrito con su pelo la palabra "sex". Justo encima de la nuca.
Vio mi cara de asombro, de miedo. Yo imaginaba escenas tétricas con algún objeto extraño que seguro que escondía en el carrito del Champion. Sacó un manojo de llaves y me dejó pasar. Yo pensé que el hecho de que fuera caballeroso no indicaba que no pudiera dejar de serlo en la oscuridad del portal. Pero no.
Pasó por delante de mi puerta y saludó a unos vecinos, que le llamaron por su apodo: "Sex".
Vive de okupa en uno de los pisos abandonados del edificio que dan a mi mismo patio. Vive , como él dice, de lo que se encuentra, de lo que puede vender a sus amigos. En sus manos he visto los objetos más extraños: diapositivas, bastones, ropa vieja, una funda de un violonchelo sin violonchelo... Un pato disecado custodia la entrada de su ventana.
La última reunión de vecinos supuso el fin de las andanzas de su carrito por el patio, porque parece que deteriora las paredes del portal. Van a buscar la manera de echarlo, aunque yo preferiría que se marchara el camello del quinto.
Recuerdo que un día después de esa reunión de vecinos, se acercó a mi con su enorme sonrisa y me dijo: "Ayer hubo reunión de vampiros, ¿no?".
Vio mi cara de asombro, de miedo. Yo imaginaba escenas tétricas con algún objeto extraño que seguro que escondía en el carrito del Champion. Sacó un manojo de llaves y me dejó pasar. Yo pensé que el hecho de que fuera caballeroso no indicaba que no pudiera dejar de serlo en la oscuridad del portal. Pero no.
Pasó por delante de mi puerta y saludó a unos vecinos, que le llamaron por su apodo: "Sex".
Vive de okupa en uno de los pisos abandonados del edificio que dan a mi mismo patio. Vive , como él dice, de lo que se encuentra, de lo que puede vender a sus amigos. En sus manos he visto los objetos más extraños: diapositivas, bastones, ropa vieja, una funda de un violonchelo sin violonchelo... Un pato disecado custodia la entrada de su ventana.
La última reunión de vecinos supuso el fin de las andanzas de su carrito por el patio, porque parece que deteriora las paredes del portal. Van a buscar la manera de echarlo, aunque yo preferiría que se marchara el camello del quinto.
Recuerdo que un día después de esa reunión de vecinos, se acercó a mi con su enorme sonrisa y me dijo: "Ayer hubo reunión de vampiros, ¿no?".
miércoles, junio 02, 2004
Esta mañana el repartidor se ha encontrado con una escena dantesca al entrar por la puerta de la oficina. Cientos de cadáveres de cucarachas, otras tantas tumbadas boca arriba moviendo levemente sus patitas. Todas las mesas movidas de sitio.
Nadie le explicó ayer que anoche vinieron a desinsectar y desratizar. Gracias a Dios que nuestras amigas cucas no venían acompañadas por sus primas mayores de mucho pelo y cola larga. Tan sólo había tantas cucarachas que crujían con su peso en cada paso. Marrones, negras, unas más rojitas. Grandes y pequeñas.
Como luego me ha relatado, parecía una de sus peores pesadillas.
No he llegado a tiempo para sacar una foto de la masacre. Lástima.
Nadie le explicó ayer que anoche vinieron a desinsectar y desratizar. Gracias a Dios que nuestras amigas cucas no venían acompañadas por sus primas mayores de mucho pelo y cola larga. Tan sólo había tantas cucarachas que crujían con su peso en cada paso. Marrones, negras, unas más rojitas. Grandes y pequeñas.
Como luego me ha relatado, parecía una de sus peores pesadillas.
No he llegado a tiempo para sacar una foto de la masacre. Lástima.
martes, junio 01, 2004
En mi trabajo conviven bastantes culturas sin problemas aparentes. Compartimos espacio dos chinos, dos ecuatorianos, cuatro peruanos, cuatro españoles y una rumana.
El único caballo de batalla ahora es la música. La guerra por el control de la radio sintonizada, los cds girando a todo volumen.
Esta última semana me he hecho con el mando: Jayhawks, Eagle Eye Cherry, Los Piratas, K´s Choice, Muse... Incluso les he atormentado con Nirvana. Pero estaba harta. Harta de "Radio Ballenato", harta de "Radio Hispana FM". Harta de bachatas y cumbias.
Esta tarde me he encontrado al llegar con Lin coreando una canción del Frank Sinatra chino desgañitándose en el estribillo. Le he preguntado de qué iba lo que cantaba.
- Él llora porque chica chao.
Entonces me he dado cuenta de que la guerra por el mando del radiocd está ganada o perdida de antemano. En todos los discos que conozco , en chino, en español, en inglés, con acento peruano, con maracas o sin ellas, en tono más o menos sexual, hay una canción que habla de "chica chao".
El único caballo de batalla ahora es la música. La guerra por el control de la radio sintonizada, los cds girando a todo volumen.
Esta última semana me he hecho con el mando: Jayhawks, Eagle Eye Cherry, Los Piratas, K´s Choice, Muse... Incluso les he atormentado con Nirvana. Pero estaba harta. Harta de "Radio Ballenato", harta de "Radio Hispana FM". Harta de bachatas y cumbias.
Esta tarde me he encontrado al llegar con Lin coreando una canción del Frank Sinatra chino desgañitándose en el estribillo. Le he preguntado de qué iba lo que cantaba.
- Él llora porque chica chao.
Entonces me he dado cuenta de que la guerra por el mando del radiocd está ganada o perdida de antemano. En todos los discos que conozco , en chino, en español, en inglés, con acento peruano, con maracas o sin ellas, en tono más o menos sexual, hay una canción que habla de "chica chao".
Hoy ha venido el delegado de obras de la comunidad para decirnos que la próxima semana nos arreglan las goteras. El electricista ha recordado que debía instalarnos el aire acondicionado que había abandonado desde hacía un mes en nuestro salón. He ido a una tienda de música y me han hecho un descuento de un veinte por ciento en la guitarra de mis sueños (que aún no he comprado).
Por favor, que alguien me pellizque.
Por favor, que alguien me pellizque.
sábado, mayo 29, 2004
Caminábamos por el parque de Plaza de España, en el centro de la ciudad. En una tarde en la que sol acariciaba nuestra piel y la de los niños jugando con perros, la de las parejas besándose.
Como la hierba estaba mojada, nos sentamos en uno de los bancos vacíos, al lado de un par de señoras mayores.
- Hum, ¿Las escandalizamos? - Le dije a ELLA. Aunque vivimos en la capital, la gente suele reaccionar con sorpresa ante un par de mujeres besándose.
Cuál fue mi asombro al ver que las señoras no nos hicieron ni puñetero caso porque se encontraban en una charla apasionante sobre la película porno de la noche anterior. Escuchamos una detallada descripción del restriegue pornográfico de los actores. De cómo el marido de la señora de sesenta años se animó a probar nuevas posturas, aprendidas las lecciones de las estrellas del porno.
Ya no fabrican a las viejas como antes. Me gustaría envejecer así.
Como la hierba estaba mojada, nos sentamos en uno de los bancos vacíos, al lado de un par de señoras mayores.
- Hum, ¿Las escandalizamos? - Le dije a ELLA. Aunque vivimos en la capital, la gente suele reaccionar con sorpresa ante un par de mujeres besándose.
Cuál fue mi asombro al ver que las señoras no nos hicieron ni puñetero caso porque se encontraban en una charla apasionante sobre la película porno de la noche anterior. Escuchamos una detallada descripción del restriegue pornográfico de los actores. De cómo el marido de la señora de sesenta años se animó a probar nuevas posturas, aprendidas las lecciones de las estrellas del porno.
Ya no fabrican a las viejas como antes. Me gustaría envejecer así.
miércoles, mayo 26, 2004
Mi regalo de primavera tardía va aumentando progresivamente, como siga mejorando la situación caminaré a varios palmos del suelo. Saludaré a la gente por la calle mirando, por primera vez en mi vida, desde arriba y no desde abajo (mido 1,62).
Un reconocido profesional ha visto mi proyecto. Y le ha gustado. Se ha molestado en tragarse los ochenta y siete minutos, ha obviado los errores garrafales de sonido. Y le ha gustado.
Esto me recuerda al día del estreno con el equipo técnico. Que reían cuando había que reir, salvo en una escena dramática en la que el recuerdo de unos macarrones asquerosos despertó las risas de los protagonistas. Pude apreciar el brillo de los ojos en algunos momentos de especial intensidad. Y aplaudieron. Y les gustó de verdad, no con la boca pequeña, o la mirada hacia otro lado, por compromiso.
Por eso me gusta contar historias en imágenes, en sonidos, en letras. Me gusta cuando sientes el hilo invisible de comunicación entre el oyente y la historia. Cuando ves la emoción erizando el vello de los brazos, a través de las lágrimas, a través del silencio justo al terminar el mensaje. Por eso prefiero las salas de visionado, cantar con los ojos cerrados. En la oscuridad imagino esos hilos invisibles. O quizá sea timidez.
Me gusta dedicarme a lo que me dedico aunque nadie me pague por ello.
Porque hay personas que se molestan en escucharte hasta el final. Y , a veces, comprenden aquello que querías expresar.
Un reconocido profesional ha visto mi proyecto. Y le ha gustado. Se ha molestado en tragarse los ochenta y siete minutos, ha obviado los errores garrafales de sonido. Y le ha gustado.
Esto me recuerda al día del estreno con el equipo técnico. Que reían cuando había que reir, salvo en una escena dramática en la que el recuerdo de unos macarrones asquerosos despertó las risas de los protagonistas. Pude apreciar el brillo de los ojos en algunos momentos de especial intensidad. Y aplaudieron. Y les gustó de verdad, no con la boca pequeña, o la mirada hacia otro lado, por compromiso.
Por eso me gusta contar historias en imágenes, en sonidos, en letras. Me gusta cuando sientes el hilo invisible de comunicación entre el oyente y la historia. Cuando ves la emoción erizando el vello de los brazos, a través de las lágrimas, a través del silencio justo al terminar el mensaje. Por eso prefiero las salas de visionado, cantar con los ojos cerrados. En la oscuridad imagino esos hilos invisibles. O quizá sea timidez.
Me gusta dedicarme a lo que me dedico aunque nadie me pague por ello.
Porque hay personas que se molestan en escucharte hasta el final. Y , a veces, comprenden aquello que querías expresar.
martes, mayo 25, 2004
Tres horas absorbida por el dvd de despedida de "Los Piratas".
Ahora tan sólo puedo jugar a coleccionar aquellas canciones/conciertos/posters que no viven conmigo. Puedo imaginarme cómo suenan las canciones que no tocarán juntos, la voz que no escucharé desgarrada.
Estuve en su último concierto. Pero eso ahora no me consuela nada.
Ahora tan sólo puedo jugar a coleccionar aquellas canciones/conciertos/posters que no viven conmigo. Puedo imaginarme cómo suenan las canciones que no tocarán juntos, la voz que no escucharé desgarrada.
Estuve en su último concierto. Pero eso ahora no me consuela nada.
Parece que el mundo se ha confabulado para hacerme un regalo de primavera tardía. El guitarrista pródigo ha vuelto. Vamos a intentar resucitar a Nara, el grupo que jamás se debió disolver.
Nara viene de un relato que Paco, el que se fue a Dublín, leyó en sus años universitarios sobre el eterno retorno.
Haremos honor al nombre.
Siempre hay que marcharse para poder regresar con autoridad.
Nara viene de un relato que Paco, el que se fue a Dublín, leyó en sus años universitarios sobre el eterno retorno.
Haremos honor al nombre.
Siempre hay que marcharse para poder regresar con autoridad.
domingo, mayo 23, 2004
Algunas personas jamás vivieron.
Contemplan el mundo con ojos temerosos, encerrados en sus cuatro paredes, observando a través de las ventanas blindadas de su casa. Pero nunca participaron en aquello que veían.
Analizan los hechos, conocen la teoría, pero no se atreven a vivir. Cada uno esgrime las razones por las que se mantiene en esa postura, cada uno busca a su culpable, real o no. Todos necesitamos creer en la forma en la que vivimos.
Pero , a veces, un trocito de esperanza se cuela por la rendija. Alguien de fuera saluda al ser expectante de la ventana, como si le reconociera, como si le interesase penetrar en esa realidad oculta al resto del universo. Y ese ser expectante se preocupa, porque ve su pequeño mundo amenazado. Luego se entristece, cuando desaparece la amenaza que, ante la indiferencia, pasa a mirar a través de nuevas ventanas más gratas.
Uno puede vivir una no vida, una vida expectante, durante toda su existencia, para razonar al final de que todo lo aparente no le ha servido de nada. Que no dejó su huella en ningún lugar. En ninguna persona. Ni siquiera en su propia memoria. Que desperdició todo su tiempo.
Uno puede pasar de puntillas. O quizá uno puede intentarlo, caerse y , de nuevo, levantarse.
Contemplan el mundo con ojos temerosos, encerrados en sus cuatro paredes, observando a través de las ventanas blindadas de su casa. Pero nunca participaron en aquello que veían.
Analizan los hechos, conocen la teoría, pero no se atreven a vivir. Cada uno esgrime las razones por las que se mantiene en esa postura, cada uno busca a su culpable, real o no. Todos necesitamos creer en la forma en la que vivimos.
Pero , a veces, un trocito de esperanza se cuela por la rendija. Alguien de fuera saluda al ser expectante de la ventana, como si le reconociera, como si le interesase penetrar en esa realidad oculta al resto del universo. Y ese ser expectante se preocupa, porque ve su pequeño mundo amenazado. Luego se entristece, cuando desaparece la amenaza que, ante la indiferencia, pasa a mirar a través de nuevas ventanas más gratas.
Uno puede vivir una no vida, una vida expectante, durante toda su existencia, para razonar al final de que todo lo aparente no le ha servido de nada. Que no dejó su huella en ningún lugar. En ninguna persona. Ni siquiera en su propia memoria. Que desperdició todo su tiempo.
Uno puede pasar de puntillas. O quizá uno puede intentarlo, caerse y , de nuevo, levantarse.
viernes, mayo 21, 2004
Ahora un poco más en serio.
Hace pocos años , en Madrid, en el formulario de donación establecía como motivo de rechazo "las prácticas homosexuales o de promiscuidad". Como si fuese lo mismo ser homosexual que ir tirandote sin protección a todo lo que se mueva. De hecho una amiga, C, tuvo un pequeño altercado con una enfermera en un bus de donación. Porque no agachó las orejas y mintió, sino que dijo que era lesbiana y que le justificaran por qué no servía su sangre como la de los demás.
RQTR (Rosa Que Te Quiero Rosa, asociación de la Complu a la que pertenecí en esa época) consiguió que se sustituyera tamaña brutalidad por haber tenido "prácticas sexuales inseguras". Que no es lo mismo. Esas prácticas pueden ser homosexuales o heterosexuales.
Como heterosexual es el perfil en España del contagiado de SIDA . Una mayoría de hombres heterosexuales, entre los 20 y los 40. Y las lesbianas ni aparecemos en las estadísticas.
Hace pocos años , en Madrid, en el formulario de donación establecía como motivo de rechazo "las prácticas homosexuales o de promiscuidad". Como si fuese lo mismo ser homosexual que ir tirandote sin protección a todo lo que se mueva. De hecho una amiga, C, tuvo un pequeño altercado con una enfermera en un bus de donación. Porque no agachó las orejas y mintió, sino que dijo que era lesbiana y que le justificaran por qué no servía su sangre como la de los demás.
RQTR (Rosa Que Te Quiero Rosa, asociación de la Complu a la que pertenecí en esa época) consiguió que se sustituyera tamaña brutalidad por haber tenido "prácticas sexuales inseguras". Que no es lo mismo. Esas prácticas pueden ser homosexuales o heterosexuales.
Como heterosexual es el perfil en España del contagiado de SIDA . Una mayoría de hombres heterosexuales, entre los 20 y los 40. Y las lesbianas ni aparecemos en las estadísticas.
"El Gobierno de Bush prohíbe a los homosexuales donar semen a los bancos de esperma", El Mundo. Tampoco podrán donar óvulos, órganos y tejidos.
¿Y cómo va a saber si los donantes de semen son heterosexuales?
Imagino un "test de heterosexualidad" en la`puerta de la clínica. Con una señorita. Así además, aumentarían las donaciones. Se acabaron las pelis porno en las salas, ahora una enfermera colabora en la extracción de semen. Y si ella percibe que el donante duda un poco, y no se le levanta, le expulsan de la clínica. Le marcan con una pegatina con un triángulo rosa para toda tu vida. Como los nazis.
Imagino a miles de familias mintiendo sobre la orientación sexual de algunos de sus miembros para que puedan donar sangre, médula, un riñón, para curar a sus hermanos enfermos.
Ahora los hijos de la patria norteamericanos quedarán limpios de sangre homosexual. No quedarán dudas de que sus padres son heterosexuales. Como los míos, como los de mi novia. Como los de la mayor parte de mis amigos gays y lesbianas.
¿Y cómo va a saber si los donantes de semen son heterosexuales?
Imagino un "test de heterosexualidad" en la`puerta de la clínica. Con una señorita. Así además, aumentarían las donaciones. Se acabaron las pelis porno en las salas, ahora una enfermera colabora en la extracción de semen. Y si ella percibe que el donante duda un poco, y no se le levanta, le expulsan de la clínica. Le marcan con una pegatina con un triángulo rosa para toda tu vida. Como los nazis.
Imagino a miles de familias mintiendo sobre la orientación sexual de algunos de sus miembros para que puedan donar sangre, médula, un riñón, para curar a sus hermanos enfermos.
Ahora los hijos de la patria norteamericanos quedarán limpios de sangre homosexual. No quedarán dudas de que sus padres son heterosexuales. Como los míos, como los de mi novia. Como los de la mayor parte de mis amigos gays y lesbianas.
Me cuenta mi madre que cuando ella se casó, allá por los 70, la situación de la mujer era aún más lamentable de la actual. No sólo había maltrato.
Sino que la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana proclamaba que si el marido quería tener relaciones sexuales con su mujer y a esta no le apetecía, ella debía ceder. Porque negarse era pecado.
¿Cuántas más violaciones de los derechos humanos se han amparado en este siglo en las "interpretaciones" de la Santa Madre Iglesia?
Sino que la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana proclamaba que si el marido quería tener relaciones sexuales con su mujer y a esta no le apetecía, ella debía ceder. Porque negarse era pecado.
¿Cuántas más violaciones de los derechos humanos se han amparado en este siglo en las "interpretaciones" de la Santa Madre Iglesia?
jueves, mayo 20, 2004
Mi primer intento comunicativo, aunque no consciente, con el mundo exterior, es decir, mis primeras palabras, no fueron las corrientes.
No dije "papá", ni "mamá", ni "zoo" (como Gerald Durrell).
Acababa de presenciar un fallido ataque al corazón a mi abuela.
Simplemente repeti unas palabras dichas en un tono de voz que hasta entonces no había escuchado.
"Mi mío me mero" (Dios mío me muero). Eso es lo que dije.
Comencé mi vida racional mentando al Dios de una iglesia en la que no creo. Y la comencé casi poniéndole fin.
No dije "papá", ni "mamá", ni "zoo" (como Gerald Durrell).
Acababa de presenciar un fallido ataque al corazón a mi abuela.
Simplemente repeti unas palabras dichas en un tono de voz que hasta entonces no había escuchado.
"Mi mío me mero" (Dios mío me muero). Eso es lo que dije.
Comencé mi vida racional mentando al Dios de una iglesia en la que no creo. Y la comencé casi poniéndole fin.
Cada segundo que pasa en esta ciudad me convierto un poco más republicana. ¿Para qué tantas flores, tantas luces, tantos policías, tantos cortes de tráfico? Si la monarquía es una institución obsoleta e innecesaria dentro de los marcos democráticos...
Esta noche he visto cómo cortaban el tráfico para dejar pasar unos camiones con almendros en flor. ¿Para qué quieren el príncipe o la princesa tantas chorradas? Es más, ¿Quién paga la cuenta al final? ¿Ellos? ¿O yo con mis impuestos?
Y luego dirán que no hay fondos suficientes para más pisos de protección oficial.
Esta noche he visto cómo cortaban el tráfico para dejar pasar unos camiones con almendros en flor. ¿Para qué quieren el príncipe o la princesa tantas chorradas? Es más, ¿Quién paga la cuenta al final? ¿Ellos? ¿O yo con mis impuestos?
Y luego dirán que no hay fondos suficientes para más pisos de protección oficial.
miércoles, mayo 19, 2004
Acabo de descubrir navegando una web que me ha dejado helada.
Yo buscaba los resultados del euromillones del día 14, que, por supuesto, no han coincidido ni un sólo número con lo que marqué en el papelito.
Euromillones es un selecto club, no de ganadores del concurso, sino de personas que cobran más de un millón de euros al año.
Si cobras más de un millón de €uros anuales tienes el derecho de estar con nosotros en el club de los Euromillones.
Interesados contacta con el director
Como nunca perteneceré a ese selecto club, puesto que ni la música ni el cine jamás han proporcionado tanta pasta ni siquiera a los grandes afortunados del mundillo, seguiré jugando al euromillones.
Y propongo la creación de otro selecto club: los sueñomillonarios.
Si sueñas todos los días despierto, si dedicas tu tiempo libre a crear, a disfrutar y no tanto a ganar dinero, tienes el derecho a estar con nosotros en el club de los Sueñomillonarios.
Interesados contacta con la directora
¿A que suena bien?
Condiciones de pertenencia al club:
1) Haber creado algo alguna vez. Sirve una receta de cocina con ingredientes exóticos, un borrador de libro de bricolaje para tontos, una canción de dos acordes, un monigote que se parece sospechosamente a tu jefe...
2) Dedicar al menos tres horas a la semana a no trabajar, no ver la tele, no estudiar, no enfadarte con los vecinos y a observar el mundo que tienes alrededor para buscar el medio de encontrar las historias que te rodean.
3) Poseer una habilidad insólita. Por ejemplo: hacer música con el sobaco, no cortarte con los peladores de verduras.
4) Haber construido con tus propias manos un objeto que ansiabas comprar. Aunque no se parezca mucho al original, ni funcione.
5) Haberte parado a pensar alguna vez en el valor de todo aquello que tienes, no en lo que posees, no en lo que te falta.
Candidatos muestren candidatura y méritos en un comentario.
Probablemente seremos menos poderosos que los euromillonarios. Probablemente nadie estudiará nuestros nombres en una escuela de negocios o en los libros de historia.
Pero aquel que recuerde cómo éramos o cómo vivimos, lo hará con una sonrisa.
Yo buscaba los resultados del euromillones del día 14, que, por supuesto, no han coincidido ni un sólo número con lo que marqué en el papelito.
Euromillones es un selecto club, no de ganadores del concurso, sino de personas que cobran más de un millón de euros al año.
Si cobras más de un millón de €uros anuales tienes el derecho de estar con nosotros en el club de los Euromillones.
Interesados contacta con el director
Como nunca perteneceré a ese selecto club, puesto que ni la música ni el cine jamás han proporcionado tanta pasta ni siquiera a los grandes afortunados del mundillo, seguiré jugando al euromillones.
Y propongo la creación de otro selecto club: los sueñomillonarios.
Si sueñas todos los días despierto, si dedicas tu tiempo libre a crear, a disfrutar y no tanto a ganar dinero, tienes el derecho a estar con nosotros en el club de los Sueñomillonarios.
Interesados contacta con la directora
¿A que suena bien?
Condiciones de pertenencia al club:
1) Haber creado algo alguna vez. Sirve una receta de cocina con ingredientes exóticos, un borrador de libro de bricolaje para tontos, una canción de dos acordes, un monigote que se parece sospechosamente a tu jefe...
2) Dedicar al menos tres horas a la semana a no trabajar, no ver la tele, no estudiar, no enfadarte con los vecinos y a observar el mundo que tienes alrededor para buscar el medio de encontrar las historias que te rodean.
3) Poseer una habilidad insólita. Por ejemplo: hacer música con el sobaco, no cortarte con los peladores de verduras.
4) Haber construido con tus propias manos un objeto que ansiabas comprar. Aunque no se parezca mucho al original, ni funcione.
5) Haberte parado a pensar alguna vez en el valor de todo aquello que tienes, no en lo que posees, no en lo que te falta.
Candidatos muestren candidatura y méritos en un comentario.
Probablemente seremos menos poderosos que los euromillonarios. Probablemente nadie estudiará nuestros nombres en una escuela de negocios o en los libros de historia.
Pero aquel que recuerde cómo éramos o cómo vivimos, lo hará con una sonrisa.
martes, mayo 18, 2004
He estado unos días fuera, de vacaciones.
He aquí el post que me hubiera gustado escribir este fin de semana si huibiese dispuesto de conexión:
Frase ingeniosa de la semana : "La convención de Ginebra no protege a los talibanes ni a los integrantes de Al Qaeda". Autor: el ilustre SR. Rumsfeld, que últimamente se arrepiente mucho de sus actos y de sus declaraciones.
Amplía su argumentación explicando que los integristas islámicos no son miembros de ningún ejército, por tanto no son militares.
Serán, pues, civiles. O simplemente seres humanos. Que ya es más de lo que se puede llamar a este tipo.
Y como seres humanos están amparados por la convención de Ginebra. Aunque, claro está, pueden llevarse a Guantánamo a todos los presos, a un lugar que no pertenece a nadie, para que la convención de Ginebra no sirva para nada. Pero las manos que azotan, desnudan y violan seguirán siendo americanas.
Por cierto, a todos los que ahora no se sorprenden y dicen aquello de "es una guerra, las cosas son así". Que recuerden lo que decían de los pobres iraquíes maltratados por Sadam hace un año y unos meses. Que le vayan con el cuento de misión humanitaria y por los derechos civiles a otra.
He aquí el post que me hubiera gustado escribir este fin de semana si huibiese dispuesto de conexión:
Frase ingeniosa de la semana : "La convención de Ginebra no protege a los talibanes ni a los integrantes de Al Qaeda". Autor: el ilustre SR. Rumsfeld, que últimamente se arrepiente mucho de sus actos y de sus declaraciones.
Amplía su argumentación explicando que los integristas islámicos no son miembros de ningún ejército, por tanto no son militares.
Serán, pues, civiles. O simplemente seres humanos. Que ya es más de lo que se puede llamar a este tipo.
Y como seres humanos están amparados por la convención de Ginebra. Aunque, claro está, pueden llevarse a Guantánamo a todos los presos, a un lugar que no pertenece a nadie, para que la convención de Ginebra no sirva para nada. Pero las manos que azotan, desnudan y violan seguirán siendo americanas.
Por cierto, a todos los que ahora no se sorprenden y dicen aquello de "es una guerra, las cosas son así". Que recuerden lo que decían de los pobres iraquíes maltratados por Sadam hace un año y unos meses. Que le vayan con el cuento de misión humanitaria y por los derechos civiles a otra.
viernes, mayo 14, 2004
14 de mayo 2002.
Hace dos años nos tomábamos un café, ante la mirada atenta y divertida de dos amigas. Quedaba una pregunta por contestar con una respuesta latente en el aire. Probablemente si tú o yo hubiésemos estado fuera lo hubiésemos visto igual de claro.
Recuerdo que me tomaste de la mano un segundo durante la conversación. Y sentiste cómo temblé.
Entonces me llevaste hacia una calle para explicarme que quizá podríamos intentarlo. "¿Y podemos salir corriendo en cualquier momento?", objeté. Asentiste besándome en los labios. Un beso torpe, nervioso, pero dulce.
Y precisamente en ese instante el dueño del coche en el que nos estábamos apoyando decidió sacar su vehículo. Como siempre una nota de humor en los recuerdos. Sobre todo cuando nos apoyamos en otro coche y también nos echaron de ese lugar. Un voyeur de sueños se reía de nuestra situación, que había contemplado desde el incio: "Si queréis os dejo mi casa".
Los besos dejaron de ser torpes con el tiempo, aunque nuestros cuerpos se entendieron muy bien desde el principio. Jugamos a vivir separadas pero todas las noches dormíamos abrazadas, sin poder superar la carencia de esa otra piel reflejada en la propia. Síndrome de abstinencia de tus caricias. De observar al amanecer tu cara adormecida, mecida por un sueño tranquilo. Entonces nos decidimos a vivir juntas, aunque, como dijo mi hermana cuando se lo conté , llevábamos "desde el principio viviendo juntas".
Desde aquel día muchas veces, he querido, has querido, hemos querido salir corriendo. Pero nunca hemos sido capaces de hacerlo. Tan sólo nos hemos acostado enfurruñadas para murmurar un "lo siento" al oído de la otra en mitad de la noche.
Nunca había permanecido tanto tiempo con nadie. Jamás le di importancia, simplemente me dejé llevar, para no quedarme con el vértigo de ir tan rápido o tan despacio (eso depende de quién mire). Ahora nos veo en nuestra casa. Pequeña. Con goteras. Pero hemos creado nuestro espacio, el refugio, el descanso del guerrero, un lugar en el que reír, o llorar...
Dos años atrás me mirabas de esa manera en la que no has dejado de mirarme. Y hoy, como entonces, me siento la persona más afortunada del mundo.
Hace dos años nos tomábamos un café, ante la mirada atenta y divertida de dos amigas. Quedaba una pregunta por contestar con una respuesta latente en el aire. Probablemente si tú o yo hubiésemos estado fuera lo hubiésemos visto igual de claro.
Recuerdo que me tomaste de la mano un segundo durante la conversación. Y sentiste cómo temblé.
Entonces me llevaste hacia una calle para explicarme que quizá podríamos intentarlo. "¿Y podemos salir corriendo en cualquier momento?", objeté. Asentiste besándome en los labios. Un beso torpe, nervioso, pero dulce.
Y precisamente en ese instante el dueño del coche en el que nos estábamos apoyando decidió sacar su vehículo. Como siempre una nota de humor en los recuerdos. Sobre todo cuando nos apoyamos en otro coche y también nos echaron de ese lugar. Un voyeur de sueños se reía de nuestra situación, que había contemplado desde el incio: "Si queréis os dejo mi casa".
Los besos dejaron de ser torpes con el tiempo, aunque nuestros cuerpos se entendieron muy bien desde el principio. Jugamos a vivir separadas pero todas las noches dormíamos abrazadas, sin poder superar la carencia de esa otra piel reflejada en la propia. Síndrome de abstinencia de tus caricias. De observar al amanecer tu cara adormecida, mecida por un sueño tranquilo. Entonces nos decidimos a vivir juntas, aunque, como dijo mi hermana cuando se lo conté , llevábamos "desde el principio viviendo juntas".
Desde aquel día muchas veces, he querido, has querido, hemos querido salir corriendo. Pero nunca hemos sido capaces de hacerlo. Tan sólo nos hemos acostado enfurruñadas para murmurar un "lo siento" al oído de la otra en mitad de la noche.
Nunca había permanecido tanto tiempo con nadie. Jamás le di importancia, simplemente me dejé llevar, para no quedarme con el vértigo de ir tan rápido o tan despacio (eso depende de quién mire). Ahora nos veo en nuestra casa. Pequeña. Con goteras. Pero hemos creado nuestro espacio, el refugio, el descanso del guerrero, un lugar en el que reír, o llorar...
Dos años atrás me mirabas de esa manera en la que no has dejado de mirarme. Y hoy, como entonces, me siento la persona más afortunada del mundo.
jueves, mayo 13, 2004
Mi primo apretó la tecla de reproducción. Sonaron los primeros acordes. Una voz dulce. Letras coherentes, con un trabajo detrás, con sentido. Me quedé alucinada.
Probablemente debería haberlos reconocido antes por un pelotazo que dieron hace unos años. Pero nunca escucho la radio. Nunca suelo enterarme de lo que sucede en el mundo musical salvo cuando paso por la tienda de discos y me oigo todos los cds en escucha. Eso me permite no contaminarme con Bisbal y otros triunfitos.
Se llamaban Ks Choice. Se separaron hace unos años, en uno de estos gestos tan peligrosos de reconciliarse típicos del rock: "Nos vamos a tomar un tiempo". Como en una relación sentimiental, todos sabemos que cuando tu novio/a dice que necesita tiempo para pensar es el inicio del fin.
Pude asistir al último concierto que dieron en Madrid. Tan sólo quinientos asistentes en Arena, pero de los buenos. Nos sabíamos todas las canciones. El suelo estaba cubierto con unas planchas como de madera, que emitían un ruido pesado cuando se saltaba sobre ellas. Llevamos el ritmo a saltos en cada silencio premeditado del grupo. Incluso Sarah, la cantante, sacó una cámara de video para grabarnos, para rememorar el concierto.
Al acabar el concierto salieron por la puerta de atrás para saludar a los fans y cumplieron con el ritual de las firmas, los abrazos, las fotos, los besos con una cortesía extrema. Les gusta tratar bien a la gente que compra sus discos. Me había olvidado el CD de demo en casa. Mierda. Sarah me explicó que no importaba, que se lo podía mandar al club de fans, que lo escucharía.
Y lo hice. En mi inglés macarrónico más o menos pude escribir una carta coherente acompañada de un cd. SIete meses después recibí una postal firmada del puño y letra de Sarah agradeciéndome que le enviara el cd: "Nos vemos en Madrid, cuando volvamos", decía. Nunca volvieron.
En unos pocos días se edita el primer disco en solitario de Sarah Bettens. A la compañía no le ha gustado mucho. Con lo cual sospecho que será un fracaso, porque dependen de los recursos de su compañía para poder promocionar el disco.
Os dejo una muestra de cómo sonaba la última canción de K´S Choice juntos. A ver cómo suenan por separado.
Probablemente debería haberlos reconocido antes por un pelotazo que dieron hace unos años. Pero nunca escucho la radio. Nunca suelo enterarme de lo que sucede en el mundo musical salvo cuando paso por la tienda de discos y me oigo todos los cds en escucha. Eso me permite no contaminarme con Bisbal y otros triunfitos.
Se llamaban Ks Choice. Se separaron hace unos años, en uno de estos gestos tan peligrosos de reconciliarse típicos del rock: "Nos vamos a tomar un tiempo". Como en una relación sentimiental, todos sabemos que cuando tu novio/a dice que necesita tiempo para pensar es el inicio del fin.
Pude asistir al último concierto que dieron en Madrid. Tan sólo quinientos asistentes en Arena, pero de los buenos. Nos sabíamos todas las canciones. El suelo estaba cubierto con unas planchas como de madera, que emitían un ruido pesado cuando se saltaba sobre ellas. Llevamos el ritmo a saltos en cada silencio premeditado del grupo. Incluso Sarah, la cantante, sacó una cámara de video para grabarnos, para rememorar el concierto.
Al acabar el concierto salieron por la puerta de atrás para saludar a los fans y cumplieron con el ritual de las firmas, los abrazos, las fotos, los besos con una cortesía extrema. Les gusta tratar bien a la gente que compra sus discos. Me había olvidado el CD de demo en casa. Mierda. Sarah me explicó que no importaba, que se lo podía mandar al club de fans, que lo escucharía.
Y lo hice. En mi inglés macarrónico más o menos pude escribir una carta coherente acompañada de un cd. SIete meses después recibí una postal firmada del puño y letra de Sarah agradeciéndome que le enviara el cd: "Nos vemos en Madrid, cuando volvamos", decía. Nunca volvieron.
En unos pocos días se edita el primer disco en solitario de Sarah Bettens. A la compañía no le ha gustado mucho. Con lo cual sospecho que será un fracaso, porque dependen de los recursos de su compañía para poder promocionar el disco.
Os dejo una muestra de cómo sonaba la última canción de K´S Choice juntos. A ver cómo suenan por separado.
miércoles, mayo 12, 2004
Piip. piip.
Voz agradable, sonrisa telefónica:
"Está usted en contacto con el servicio automatizado de Telefónica. ¿Qué desea?"Contactar con un operador.
"Hágalo después de la señal". Piii
Contactar con un operador.
"No le entiendo. Por favor, repita el motivo de su llamada".
Ha-blar con un o-pe-ra-dor.
"No le entiendo. Hágalo alto y claro".
HA-BLAR O-PE-RA-DOR.
"No le entiendo. Exponga el motivo de su llamada en pocas frases".
ADSL. Operador. Socorro.
"El servicio ADSL de Telefónica le permite..." (Discurso de diez minutos)"... Ahora, ¿Qué desea?"
Operador.
"no le entiendo. Por favor , repita el motivo de su llamada".
Ha-blar o-pe-ra-dor.
"No le entiendo. Hágalo alto y claro".
Vete a tomar por el culo, zorra hija-de-la-gran-puta.
"Muchas gracias por su llamada".
Y, sin alterar siquiera su tono de voz, me cuelga.
Sé por un amigo que en algunas compañías, detrás de esas eficientes máquinas, hay una persona que escucha los motivos de las llamadas y se encarga de transferirte a los departamentos o a los discursos publicitarios de la empresa. Siempre me he imaginado a mi profesor de narrativa audiovisual riéndose al otro lado de la línea con cara de psicópata.
Simplemente sirven para entretenerte un rato, en función del volumen de llamadas que haya en el call center. Eso justifica que algunas veces te toque dialogar con la eficiente maquinita durante media hora y, en cambio otras, te pase con un operador la primera vez que no te entiende.
Me parece lógico que los señores amos de la telefonía se diviertan riéndose de sus clientes. pero este sistema se está adaptando a todo tipo de comercios.
Por ejemplo, hace unos meses, mis amigas M y V querían comprar por teléfono un billete de autobús. A M la máquina le entendía perfectamente el trayecto. A V le entendía perfectamente la hora de salida. Pero a ninguna de las dos les entendía el día en el que querían realizar el viaje. Claro está que las dos intentaron decirlo a diferentes velocidades, con diferentes acentos e incluso las dos al mismo tiempo. Después de media hora de charla decidieron que, en vez de llamar a una tercera persona para experimentar si la máquina le entendía, mejor se pasaban a comprar el billete a la estación.
Conclusión. ¿Para qué sirven esas máquinas de atención telefónica? Para evitar que hagas tus gestiones por teléfono. Así de simple.
Voz agradable, sonrisa telefónica:
"Está usted en contacto con el servicio automatizado de Telefónica. ¿Qué desea?"Contactar con un operador.
"Hágalo después de la señal". Piii
Contactar con un operador.
"No le entiendo. Por favor, repita el motivo de su llamada".
Ha-blar con un o-pe-ra-dor.
"No le entiendo. Hágalo alto y claro".
HA-BLAR O-PE-RA-DOR.
"No le entiendo. Exponga el motivo de su llamada en pocas frases".
ADSL. Operador. Socorro.
"El servicio ADSL de Telefónica le permite..." (Discurso de diez minutos)"... Ahora, ¿Qué desea?"
Operador.
"no le entiendo. Por favor , repita el motivo de su llamada".
Ha-blar o-pe-ra-dor.
"No le entiendo. Hágalo alto y claro".
Vete a tomar por el culo, zorra hija-de-la-gran-puta.
"Muchas gracias por su llamada".
Y, sin alterar siquiera su tono de voz, me cuelga.
Sé por un amigo que en algunas compañías, detrás de esas eficientes máquinas, hay una persona que escucha los motivos de las llamadas y se encarga de transferirte a los departamentos o a los discursos publicitarios de la empresa. Siempre me he imaginado a mi profesor de narrativa audiovisual riéndose al otro lado de la línea con cara de psicópata.
Simplemente sirven para entretenerte un rato, en función del volumen de llamadas que haya en el call center. Eso justifica que algunas veces te toque dialogar con la eficiente maquinita durante media hora y, en cambio otras, te pase con un operador la primera vez que no te entiende.
Me parece lógico que los señores amos de la telefonía se diviertan riéndose de sus clientes. pero este sistema se está adaptando a todo tipo de comercios.
Por ejemplo, hace unos meses, mis amigas M y V querían comprar por teléfono un billete de autobús. A M la máquina le entendía perfectamente el trayecto. A V le entendía perfectamente la hora de salida. Pero a ninguna de las dos les entendía el día en el que querían realizar el viaje. Claro está que las dos intentaron decirlo a diferentes velocidades, con diferentes acentos e incluso las dos al mismo tiempo. Después de media hora de charla decidieron que, en vez de llamar a una tercera persona para experimentar si la máquina le entendía, mejor se pasaban a comprar el billete a la estación.
Conclusión. ¿Para qué sirven esas máquinas de atención telefónica? Para evitar que hagas tus gestiones por teléfono. Así de simple.
martes, mayo 11, 2004
Acabo de descubrir que google me ha incluido en la búsqueda. Debe de ser porque he aceptado ser conejillo de indias con su gmail. Por eso pasa tanta gente últimamente por aquí (claro, por equivocación).
Me congratula decir que para Hispavista estoy dos veces en los doce sitios más recomendados en la búsqueda de "rave lésbica". Lo cual quiere decir que no hay muchas lesbianas escribiendo blogs.
De los confundidos con búsquedas más extrañas están: "vivir en lavapiés italiano", "atasco en la adolescencia" y "el tema musical del nuevo audi A6". Y aquí tampoco encontraréis las "fotos de torturas en Irak".
Me congratula decir que para Hispavista estoy dos veces en los doce sitios más recomendados en la búsqueda de "rave lésbica". Lo cual quiere decir que no hay muchas lesbianas escribiendo blogs.
De los confundidos con búsquedas más extrañas están: "vivir en lavapiés italiano", "atasco en la adolescencia" y "el tema musical del nuevo audi A6". Y aquí tampoco encontraréis las "fotos de torturas en Irak".
Cinco de la mañana y desvelada.
Será por la ternera con curry rojo que tomé hace unas horas en el restaurante Thai. Esto del wok y la comida thai está resultando poco sano, de momento tenemos un dolor de estómago con desvelo y una rebanadita de dedo con el cortador mientras hacía mis pinitos culinarios caseros...
Anoche fue la primera reunión de vecinos del edificio, en la que, seis meses después del inicio de las goteras de mi apartamento, todavía siguen creyendo que es mejor pintar la escalera que arreglar el tejado.
Igual mi dolor de estómago proviene como fruto de la indignación de la reunión y no del curry rojo.
Mi dedo ha vuelto a ser el que era, tres semanas después del corte. Dos semanas después de la fecha de grabación de la maqueta. Una semana después de que el guitarrista se haya marchado a tierras irlandesas. Por lo menos ahora puedo tocar la guitarra, abrir puertas con llave, llevarme la mano al bolsillo para sacar monedas, acariciar con la mano derecha...
Será por la ternera con curry rojo que tomé hace unas horas en el restaurante Thai. Esto del wok y la comida thai está resultando poco sano, de momento tenemos un dolor de estómago con desvelo y una rebanadita de dedo con el cortador mientras hacía mis pinitos culinarios caseros...
Anoche fue la primera reunión de vecinos del edificio, en la que, seis meses después del inicio de las goteras de mi apartamento, todavía siguen creyendo que es mejor pintar la escalera que arreglar el tejado.
Igual mi dolor de estómago proviene como fruto de la indignación de la reunión y no del curry rojo.
Mi dedo ha vuelto a ser el que era, tres semanas después del corte. Dos semanas después de la fecha de grabación de la maqueta. Una semana después de que el guitarrista se haya marchado a tierras irlandesas. Por lo menos ahora puedo tocar la guitarra, abrir puertas con llave, llevarme la mano al bolsillo para sacar monedas, acariciar con la mano derecha...
domingo, mayo 09, 2004
Lin, uno de mis compañeros de trabajo, se marchó las vacaciones pasadas a Shangai. Allí viven sus padres. Allí ha dejado a su hijo.
La mentalidad de los orientales es muy distinta a la nuestra o a la de los inmigrantes latinos. No llevan su familia donde van, sino que prefieren ahorrar en menos años para estar de vuelta lo antes posible. Otro compañero de trabajo chino acaba de tener un hijo y ya lo ha enviado a China. Como él dice : "Mejor hijo con mis padres. Si mi hijo aquí, mi mujer no trabajo, sólo cuida hijo".
Lin esperaba con impaciencia el regreso a su ciudad para poder ver de nuevo a su hijo, tras dos años de arduo trabajo en Madrid. Para ahorrar un dinero para darle a su hijo una educación, para comprar una nueva casa más bonita, para establecer su futuro negocio.
Cruzó la puerta buscando al pequeño. Pero el niño no le reconoció al verle. Lin se acercó a él, con un regalo en la mano: "Hola, soy papá". Su hijo, aterrorizado ante un hombre desconocido, se agarró a la pierna del abuelo y sólo atinó a decir: "Tú no papá".
La mentalidad de los orientales es muy distinta a la nuestra o a la de los inmigrantes latinos. No llevan su familia donde van, sino que prefieren ahorrar en menos años para estar de vuelta lo antes posible. Otro compañero de trabajo chino acaba de tener un hijo y ya lo ha enviado a China. Como él dice : "Mejor hijo con mis padres. Si mi hijo aquí, mi mujer no trabajo, sólo cuida hijo".
Lin esperaba con impaciencia el regreso a su ciudad para poder ver de nuevo a su hijo, tras dos años de arduo trabajo en Madrid. Para ahorrar un dinero para darle a su hijo una educación, para comprar una nueva casa más bonita, para establecer su futuro negocio.
Cruzó la puerta buscando al pequeño. Pero el niño no le reconoció al verle. Lin se acercó a él, con un regalo en la mano: "Hola, soy papá". Su hijo, aterrorizado ante un hombre desconocido, se agarró a la pierna del abuelo y sólo atinó a decir: "Tú no papá".
sábado, mayo 08, 2004
Ante las fotos, las famosas fotos, de los soldaditos en Irak.
Por acciones como estas no nos deberían extrañar respuestas como las de Al Qaeda, que, a fin de cuentas, no dejan de ser el cumplimiento de objetivos militares con muchas bajas civiles.
¿Qué imagen tienen de nosotros en Irak?
Un tipo con bigote que le ríe la gracia al gran vaquero del mundo: un hombre que ha matado a unas cuantas decenas de miles de personas de manera gratutita, con la frialdad de defender una gran mentira con una pose democrática.
A fin de cuentas sólo nos han devuelto la moneda.
Aquí corremos el riesgo de anunciar que en toda guerra siempre suceden injusticias, que son daños colaterales, que en todo ejército siempre hay alguien que se propasa. Que la bondad no es una de las virtudes que vienen de serie en el ser humano.
Claro.
El famoso ojo por ojo, diente por diente. Muerto por muerto. Por derecho.
Y entonces también la víctima se hace verdugo. Cambian los familiares que guardan el duelo, que mantienen el odio latente, perpetuo. Como en todas las guerras. Como en la nuestra. Todos tienen algo que lamentar. Todos guardan una pizca de razón.
La razón que concede la tortura. Y justifica ante la sociedad la existencia de ETA en el País Vasco, de Al Qaeda en los países musulmanes, de la guerra de Irak en los USA.
El odio se retroalimenta en forma de miedo, en forma de excusas para matar por unos motivos frescos, con cara, ccompuestos de historias interrumpidas, de vidas que sólo se guardan en el recuerdo.
Dicen los soldados estadounidenses que seguian instrucciones. Y probablemente no mentían. Las órdenes del miedo. Porque las peores acciones del hombre se cometen en grupo, cuando nadie se atreve a decir que algo no marcha bien. Cuando la voz discrepante puede acompañar a los torturados.
Quisieron hacer creer al "mundo civilizado" que esta guerra serviría para instaurar la democracia en Irak. Como si todos los países estuvieran preparados para ser democráticos. Como si la democracia fuese la gran solución para nadie.
y se les olvidó explicar que la guerra no es nada democrática. Que su fin consiste en poner de rodillas al adversario. Que ningún país tiene derecho a manejar la política de ningún otro. Que la ONU la inventó ese mundo "civilizado" para regular que nadie incumplía las normas después de la segunda guerra mundial.
De nuevo volvemos al mismo punto. Cambia la bandera. Cambia el idioma. Cambian los símbolos. Pero la foto es la misma: un hombre arrodillado, con ojos suplicando el derecho a continuar con vida.
Por acciones como estas no nos deberían extrañar respuestas como las de Al Qaeda, que, a fin de cuentas, no dejan de ser el cumplimiento de objetivos militares con muchas bajas civiles.
¿Qué imagen tienen de nosotros en Irak?
Un tipo con bigote que le ríe la gracia al gran vaquero del mundo: un hombre que ha matado a unas cuantas decenas de miles de personas de manera gratutita, con la frialdad de defender una gran mentira con una pose democrática.
A fin de cuentas sólo nos han devuelto la moneda.
Aquí corremos el riesgo de anunciar que en toda guerra siempre suceden injusticias, que son daños colaterales, que en todo ejército siempre hay alguien que se propasa. Que la bondad no es una de las virtudes que vienen de serie en el ser humano.
Claro.
El famoso ojo por ojo, diente por diente. Muerto por muerto. Por derecho.
Y entonces también la víctima se hace verdugo. Cambian los familiares que guardan el duelo, que mantienen el odio latente, perpetuo. Como en todas las guerras. Como en la nuestra. Todos tienen algo que lamentar. Todos guardan una pizca de razón.
La razón que concede la tortura. Y justifica ante la sociedad la existencia de ETA en el País Vasco, de Al Qaeda en los países musulmanes, de la guerra de Irak en los USA.
El odio se retroalimenta en forma de miedo, en forma de excusas para matar por unos motivos frescos, con cara, ccompuestos de historias interrumpidas, de vidas que sólo se guardan en el recuerdo.
Dicen los soldados estadounidenses que seguian instrucciones. Y probablemente no mentían. Las órdenes del miedo. Porque las peores acciones del hombre se cometen en grupo, cuando nadie se atreve a decir que algo no marcha bien. Cuando la voz discrepante puede acompañar a los torturados.
Quisieron hacer creer al "mundo civilizado" que esta guerra serviría para instaurar la democracia en Irak. Como si todos los países estuvieran preparados para ser democráticos. Como si la democracia fuese la gran solución para nadie.
y se les olvidó explicar que la guerra no es nada democrática. Que su fin consiste en poner de rodillas al adversario. Que ningún país tiene derecho a manejar la política de ningún otro. Que la ONU la inventó ese mundo "civilizado" para regular que nadie incumplía las normas después de la segunda guerra mundial.
De nuevo volvemos al mismo punto. Cambia la bandera. Cambia el idioma. Cambian los símbolos. Pero la foto es la misma: un hombre arrodillado, con ojos suplicando el derecho a continuar con vida.
jueves, mayo 06, 2004
Voy a dejar de lamentarme , de darme de cabezazos contra las paredes.
Ayer, pese a la resaca del fracaso (una extraña sensación de ahogo oprimiéndome el pecho) fue un buen día.
Me reencontré con una compañera de facultad a la que hacía demasiados años que no veía. Una de estas personas que sonríen con la mirada. Y vaya abrazo. Ella no paraba de repetir que la vida es maravillosa por las sorpresas que te brinda mientras yo pensaba en el efecto ansiolítico-antidepresivo que me producían sus palabras. Nunca la vida le irá mal. Porque siempre lleva la cabeza alta, porque mira sus obras con orgullo, porque trata de encontrarle la salida a las encerronas.
Fue un buen día porque la vida sí es maravillosa. Hace tiempo que quería haber hablado con ella y precisamente trabaja a dos calles de mi empresa. Podríamos habernos cruzado eternamente, como en "Los amantes del Círculo Polar", pero precisamente nos encontramos en el momento preciso en el que yo más necesitaba sentir su calidez cercana.
Fue un buen día porque recibí muestras de apoyo de gente que no esperaba.
Fue un buen día porque ELLA me abrazó, me consoló y me mostró que los hechos son tan horribles como uno quiera verlos.
Fue un buen día porque lo importante sigue en su sitio, aunque el techo de nuestra casa tenga goteras.
("que la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando..." ) . Cambié de canción de Los Piratas. Qué pena que se hayan separado.
Ayer, pese a la resaca del fracaso (una extraña sensación de ahogo oprimiéndome el pecho) fue un buen día.
Me reencontré con una compañera de facultad a la que hacía demasiados años que no veía. Una de estas personas que sonríen con la mirada. Y vaya abrazo. Ella no paraba de repetir que la vida es maravillosa por las sorpresas que te brinda mientras yo pensaba en el efecto ansiolítico-antidepresivo que me producían sus palabras. Nunca la vida le irá mal. Porque siempre lleva la cabeza alta, porque mira sus obras con orgullo, porque trata de encontrarle la salida a las encerronas.
Fue un buen día porque la vida sí es maravillosa. Hace tiempo que quería haber hablado con ella y precisamente trabaja a dos calles de mi empresa. Podríamos habernos cruzado eternamente, como en "Los amantes del Círculo Polar", pero precisamente nos encontramos en el momento preciso en el que yo más necesitaba sentir su calidez cercana.
Fue un buen día porque recibí muestras de apoyo de gente que no esperaba.
Fue un buen día porque ELLA me abrazó, me consoló y me mostró que los hechos son tan horribles como uno quiera verlos.
Fue un buen día porque lo importante sigue en su sitio, aunque el techo de nuestra casa tenga goteras.
("que la pena dura tanto como quieras tú seguir llorando..." ) . Cambié de canción de Los Piratas. Qué pena que se hayan separado.
lunes, mayo 03, 2004
Obviamente, y como era de esperar, la he cagado. Tenía un as en la manga pero no sé jugar al póker. Nadie me enseñó. Tampoco creo que las duras reglas cupiesen en mi cabeza para ser ejercidas en el momento preciso.
¿A quién se le escapan las lágrimas en una entrevista de trabajo? En una entrevista a tiro hecho, con iberdrola apostada en la puerta. A alguien cansado, hundido, derrotado. A quien lleva diez horas corriendo de un lado para otro para ultimar los detalles de la entrevista. A quien simula ser un experto jugador de póker y no sirve ni para las canicas.
Pese a todo me van a dar una oportunidad. Léete una cosa. Léete esta otra. Me veo tu película y te llamo. ELLA dice que en cuanto vea lo que he hecho con dos mil euros me va a llamar.
Yo no lo tengo tan claro.
De todos modos no me ha cerrado ninguna puerta, sino que ha mantenido todas las opciones abiertas. Pero se ha dado cuenta de que me agarraría a un clavo ardiendo para no asfixiarme dentro de un traje.
Prometo no mentirme más a mi misma. ("Promesas que no valen nada, nada, nada...")
Quizá sea un aviso para que pare aquí. O la primera de las pruebas.
Tengo que ser realista. Aquí, donde estoy ahora, no llego a ningún lugar conocido, ningún espacio habitable. Tampoco puedo, también yo, coger el primer avión hacia Dublín (como el guitarrista). No pasa nada por formarse en el mundo empresarial, no determina tu vida.
Pero sonaba tan bien la otra propuesta....
Escucho (a todo volumen): "Promesas", de los Piratas, mientras me juro empezar a tomarme la vida con un poco más de calma.
¿A quién se le escapan las lágrimas en una entrevista de trabajo? En una entrevista a tiro hecho, con iberdrola apostada en la puerta. A alguien cansado, hundido, derrotado. A quien lleva diez horas corriendo de un lado para otro para ultimar los detalles de la entrevista. A quien simula ser un experto jugador de póker y no sirve ni para las canicas.
Pese a todo me van a dar una oportunidad. Léete una cosa. Léete esta otra. Me veo tu película y te llamo. ELLA dice que en cuanto vea lo que he hecho con dos mil euros me va a llamar.
Yo no lo tengo tan claro.
De todos modos no me ha cerrado ninguna puerta, sino que ha mantenido todas las opciones abiertas. Pero se ha dado cuenta de que me agarraría a un clavo ardiendo para no asfixiarme dentro de un traje.
Prometo no mentirme más a mi misma. ("Promesas que no valen nada, nada, nada...")
Quizá sea un aviso para que pare aquí. O la primera de las pruebas.
Tengo que ser realista. Aquí, donde estoy ahora, no llego a ningún lugar conocido, ningún espacio habitable. Tampoco puedo, también yo, coger el primer avión hacia Dublín (como el guitarrista). No pasa nada por formarse en el mundo empresarial, no determina tu vida.
Pero sonaba tan bien la otra propuesta....
Escucho (a todo volumen): "Promesas", de los Piratas, mientras me juro empezar a tomarme la vida con un poco más de calma.
domingo, mayo 02, 2004
Nunca he soportado a las personas que acusan a los demás o a la dureza de la vida de sus problemas. Personas que, sin intentarlo siquiera, dan por perdida la próxima batalla, se rinden ante el fantasma de aquello que no ha sucedido.
En cambio me duele ver cómo el que lo ha intentado, el que se ha peleado, el que ha estudiado, trabajado hasta la extenuación, se queda a las puertas de su objetivo.
No sólo hay que tener suerte, sino estar preparado para el momento. De poco sirve que te ofrezcan una oportunidad cuando no puedes dar lo que se te pide.
Por eso me desespero ante las afirmaciones del tipo "es q tampoco voy a tener las oportunidades".
"Pues nada , guapa, ´córtate las venas y así no pierdas más tiempo. Como la vida es una mierda..."
Uno tiene la vida que se negocia, no la que se merece. Uno puede vivir momentos injustos, pero no en una continua injusticia.
Sobre todo cuando se tiene comida, ropa y alojamiento. Cuando tu país no está en guerra. Cuando te queda vida por delante, una salud de hierro y muchos años aún en blanco. Cuando sabes leer, cuando tienes formación (mejorable), cuando tus manos pueden trabajar...
Pero el mundo se confabula en su contra. Porque no les ha dado una serie de cosas que ellos creían que alguien les debía. Cuando, en realidad, nadie les debe nada, sino que ellos no se preocupan por intentar mejorar su situación.
Y siempre consiguen dar lástima a alguien que les cree.
En cambio me duele ver cómo el que lo ha intentado, el que se ha peleado, el que ha estudiado, trabajado hasta la extenuación, se queda a las puertas de su objetivo.
No sólo hay que tener suerte, sino estar preparado para el momento. De poco sirve que te ofrezcan una oportunidad cuando no puedes dar lo que se te pide.
Por eso me desespero ante las afirmaciones del tipo "es q tampoco voy a tener las oportunidades".
"Pues nada , guapa, ´córtate las venas y así no pierdas más tiempo. Como la vida es una mierda..."
Uno tiene la vida que se negocia, no la que se merece. Uno puede vivir momentos injustos, pero no en una continua injusticia.
Sobre todo cuando se tiene comida, ropa y alojamiento. Cuando tu país no está en guerra. Cuando te queda vida por delante, una salud de hierro y muchos años aún en blanco. Cuando sabes leer, cuando tienes formación (mejorable), cuando tus manos pueden trabajar...
Pero el mundo se confabula en su contra. Porque no les ha dado una serie de cosas que ellos creían que alguien les debía. Cuando, en realidad, nadie les debe nada, sino que ellos no se preocupan por intentar mejorar su situación.
Y siempre consiguen dar lástima a alguien que les cree.
Nunca he soportado a las personas que acusan a los demás o a la dureza de la vida de sus problemas. Personas que, sin intentarlo siquiera, dan por perdida la próxima batalla, se rinden ante el fantasma de aquello que no ha sucedido.
En cambio me duele ver cómo el que lo ha intentado, el que se ha peleado, el que ha estudiado, trabajado hasta la extenuación, se queda a las puertas de su objetivo.
No sólo hay que tener suerte, sino estar preparado para el momento. De poco sirve que te ofrezcan una oportunidad cuando no puedes dar lo que se te pide.
Por eso me desespero ante las afirmaciones del tipo "es q tampoco voy a tener las oportunidades".
"Pues nada , guapa, ´córtate las venas y así no pierdas más tiempo. Como la vida es una mierda..."
Uno tiene la vida que se negocia, no la que se merece. Uno puede vivir momentos injustos, pero no en una continua injusticia.
Sobre todo cuando se tiene comida, ropa y alojamiento. Cuando tu país no está en guerra. Cuando te queda vida por delante, una salud de hierro y muchos años aún en blanco. Cuando sabes leer, cuando tienes formación (mejorable), cuando tus manos pueden trabajar...
Pero el mundo se confabula en su contra. Porque no les ha dado una serie de cosas que ellos creían que alguien les debía. Cuando, en realidad, nadie les debe nada, sino que ellos no se preocupan por intentar mejorar su situación.
Y siempre consiguen dar lástima a alguien que les cree.
En cambio me duele ver cómo el que lo ha intentado, el que se ha peleado, el que ha estudiado, trabajado hasta la extenuación, se queda a las puertas de su objetivo.
No sólo hay que tener suerte, sino estar preparado para el momento. De poco sirve que te ofrezcan una oportunidad cuando no puedes dar lo que se te pide.
Por eso me desespero ante las afirmaciones del tipo "es q tampoco voy a tener las oportunidades".
"Pues nada , guapa, ´córtate las venas y así no pierdas más tiempo. Como la vida es una mierda..."
Uno tiene la vida que se negocia, no la que se merece. Uno puede vivir momentos injustos, pero no en una continua injusticia.
Sobre todo cuando se tiene comida, ropa y alojamiento. Cuando tu país no está en guerra. Cuando te queda vida por delante, una salud de hierro y muchos años aún en blanco. Cuando sabes leer, cuando tienes formación (mejorable), cuando tus manos pueden trabajar...
Pero el mundo se confabula en su contra. Porque no les ha dado una serie de cosas que ellos creían que alguien les debía. Cuando, en realidad, nadie les debe nada, sino que ellos no se preocupan por intentar mejorar su situación.
Y siempre consiguen dar lástima a alguien que les cree.
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