Si pudiera pedir un deseo, desearía un año más de buena salud para todos vosotros: para los amores, los desamores, conciertos, cariño, viajes, nuevos libros por conocer, personas interesantes con las que hablar, nuevas aventuras y hazañas para recordar.
Os deseo salud, puesto que el dinero lo ganaréis con vuestras manos. Os deseo tiempo, puesto que el amor lo reencontraréis de nuevo (si lo habéis perdido).
Lo que queráis hacer con ese año que os deseo, bueno, eso ya es cosa vuestra.
Feliz 2006!
sábado, diciembre 31, 2005
viernes, diciembre 23, 2005
Sin nochevieja 2005. Así, por la cara, doble turno de atención al cliente en la madrugada del 31 de diciembre mientras el resto de la gente en la ciudad se iba a divertir sin su compañía.
Pero no estaba dispuesta a renunciar a ello, por lo que ayer se celebró oficialmente la nochevieja 2005 en su casa. Bebieron, cenaron, comieron 12 conguitos al ritmo que marcaron las campanadas que se bajaron por internet y se marcharon a una discoteca.
Menuda es la Cris.
Pero no estaba dispuesta a renunciar a ello, por lo que ayer se celebró oficialmente la nochevieja 2005 en su casa. Bebieron, cenaron, comieron 12 conguitos al ritmo que marcaron las campanadas que se bajaron por internet y se marcharon a una discoteca.
Menuda es la Cris.
jueves, diciembre 22, 2005
Me he peleado con media ciudad en la FNAc, para lograr arrancarle un DVD de la mano a una señora. He susurrado maldiciones en la multitud, justo antes de encontrarme, girando la esquina a la izquierda, con todos los niños saliendo de Cortilandia.
Me he cabreado con el alcalde, que tiene media ciudad levantada sin Madrid 2012, con los comercios, con la gente, con los anuncios de colonia, con los pantalones en los que no quepo, con los guiris perdidos, con los conductores de metro que van despacio...
Y de repente me he dado cuenta de que estoy a sólo tres días de ver a mi mamá y a mis hermanos (así de ñoña es una). Así que me he dejado llevar por la multitud lentamente hacia mi casa.
Me he cabreado con el alcalde, que tiene media ciudad levantada sin Madrid 2012, con los comercios, con la gente, con los anuncios de colonia, con los pantalones en los que no quepo, con los guiris perdidos, con los conductores de metro que van despacio...
Y de repente me he dado cuenta de que estoy a sólo tres días de ver a mi mamá y a mis hermanos (así de ñoña es una). Así que me he dejado llevar por la multitud lentamente hacia mi casa.
lunes, diciembre 19, 2005
Desde hace cinco años me levanto siempre con el pie izquierdo. Me hice un esguince en el tobillo derecho, cuando tropecé en las escaleras del metro, mientras escribía en el móvil un mensaje a una de mis últimas conquistas. Desde entonces, mi pie izquierdo protege al derecho y mi tobillo duele cuando va a llover.
Nada reseñable sobre la conquista que causó la caída en el metro: un esguince, una tremenda borrachera con resaca y muchas promesas (sin sexo).
Nada reseñable sobre la conquista que causó la caída en el metro: un esguince, una tremenda borrachera con resaca y muchas promesas (sin sexo).
miércoles, diciembre 14, 2005
Nunca nos hablaron de lo que sucedía después del "comieron perdices", de cuando ya ha dicho sí. No nos contaron las averías en casa, cómo mantener el orden, qué hacer con las pequeñas manías a las que no deseas renunciar.
No nos programaron para continuar "el fuego", para batallar con el mundo, para discutir sin gritar, para enfadarse sin golpes bajos, para no sacar la libreta de los deberes mal hechos, de los ejercicios sin hacer.
Sólo nos dijeron que en las relaciones había cosas buenas. Pero, como todo en la vida, tienen su contrapartida.
No nos programaron para continuar "el fuego", para batallar con el mundo, para discutir sin gritar, para enfadarse sin golpes bajos, para no sacar la libreta de los deberes mal hechos, de los ejercicios sin hacer.
Sólo nos dijeron que en las relaciones había cosas buenas. Pero, como todo en la vida, tienen su contrapartida.
jueves, diciembre 08, 2005
Revisando las últimas visitas, a través de una aplicación que muestra en un mapa los rastros que, inevitablemente, todos dejamos en la red, me he dado cuenta de que me lee gente de todos los lugares. NY, gracias a nuestra Hester, San Francisco, Francia, España y ¿Argentina?, ¿Nueva Zelanda?
Por favor, levanten la mano los que creen que están más lejos.
Por favor, levanten la mano los que creen que están más lejos.
viernes, diciembre 02, 2005
Ayer estuve en una fiesta en Chueca. Conocía más o menos al 50% del local, así que saludé a viejos conocidos durante toda la noche.
Hablé con personas que me alegró encontrar. Con personas con las que prefería no haber hablado. Y con personas con las que hace mucho que no tengo nada de lo que hablar.
Lamentablemente me encontré con más de las últimas.
Hablé con personas que me alegró encontrar. Con personas con las que prefería no haber hablado. Y con personas con las que hace mucho que no tengo nada de lo que hablar.
Lamentablemente me encontré con más de las últimas.
miércoles, noviembre 30, 2005
Una historia real
Primero fue un coche patrulla girando en redondo en la carretera. Quizá esa señal le hubiera bastado para adivinar lo que sucedería, pero le pareció simplemente extraño y continuó la marcha. Un par de miradas por el retrovisor de su Opel le mostraron que ese coche patrulla marchaba detrás de él. "Y sin luces", pensó, "qué temeridad". La luz rojiza del atardecer iluminaba ya poco la carretera secundaria y los pocos coches con los que se cruzaba habían encendido los faros desde hacía casi una hora.
Imaginó que la policía perseguiría al comando que había hecho explotar dos bombas en la capital. Había elegido esa carretera secundaria para evitar las colas interminables de los controles policiales, un camino de mayor distancia, pero más rapido. Quería llegar pronto a casa para ver a su hijo.
Al girar en una curva, le extrañaron los colores azul y rojo brillando al fondo. Un coche policía se había cruzado en la carretera, tras él, media docena de agentes le apuntaban con la pistola. Cuando paró, el coche patrulla que le seguía hizo una violenta maniobra con un sonoro derrape.
"Rápido, tras el coche", susurró una voz grave.
No podía creerlo. Nueve pistolas vigilándole.
Quizá sería mejor salir.
"No se mueva. Salga despacio, pero quiero ver sus manos alzadas".
"Y no toque el arma". ¿El arma?
Así que salió del coche, con las manos en alto. Mientras le esposaban pudo oír las risas del policía más jovencito, que estaba registrando el coche.
"Así que esto es lo que os asustaba tanto", dijo entre carcajadas, " si es la pistola de un crío".
El policía sujetaba entre sus manos la pistola de flechas de su hijo.
Primero fue un coche patrulla girando en redondo en la carretera. Quizá esa señal le hubiera bastado para adivinar lo que sucedería, pero le pareció simplemente extraño y continuó la marcha. Un par de miradas por el retrovisor de su Opel le mostraron que ese coche patrulla marchaba detrás de él. "Y sin luces", pensó, "qué temeridad". La luz rojiza del atardecer iluminaba ya poco la carretera secundaria y los pocos coches con los que se cruzaba habían encendido los faros desde hacía casi una hora.
Imaginó que la policía perseguiría al comando que había hecho explotar dos bombas en la capital. Había elegido esa carretera secundaria para evitar las colas interminables de los controles policiales, un camino de mayor distancia, pero más rapido. Quería llegar pronto a casa para ver a su hijo.
Al girar en una curva, le extrañaron los colores azul y rojo brillando al fondo. Un coche policía se había cruzado en la carretera, tras él, media docena de agentes le apuntaban con la pistola. Cuando paró, el coche patrulla que le seguía hizo una violenta maniobra con un sonoro derrape.
"Rápido, tras el coche", susurró una voz grave.
No podía creerlo. Nueve pistolas vigilándole.
Quizá sería mejor salir.
"No se mueva. Salga despacio, pero quiero ver sus manos alzadas".
"Y no toque el arma". ¿El arma?
Así que salió del coche, con las manos en alto. Mientras le esposaban pudo oír las risas del policía más jovencito, que estaba registrando el coche.
"Así que esto es lo que os asustaba tanto", dijo entre carcajadas, " si es la pistola de un crío".
El policía sujetaba entre sus manos la pistola de flechas de su hijo.
martes, noviembre 22, 2005
Se imponía sin necesidad de gritos, pese a su metro y medio de estatura y sus apenas cuarenta kilos de peso. En aulas osculas repletas de hormonas de adolescente.
Le bastaba con sacar la temida cajita de las fichas nada más comenzar la clase, revisar con lentitud hasta dar con la apropiada y llamar al Sr. Gómez o a la señorita Armenteros para sembrar el terror en el aula. Nunca nadie hizo una broma sobre la menuda profesora.
Años más tarde me enteré de que a ella le gustaba más la literatura, pese a que nos lograra que todos declinásemos con soltura aquellos interminables latinajos. Ese día hablamos de libros y de futuro y de todos aquellos planes aún adolescentes que yo tenía rondándome por la cabeza por aquel entonces.
Me contó que ya había leído algunas cosas que yo había escrito para mis otros trabajos de clase y al finalizar la charla me confesó que le hubiera encantado ser mi profesora de literatura. El mayor halago que he recibido.
Le bastaba con sacar la temida cajita de las fichas nada más comenzar la clase, revisar con lentitud hasta dar con la apropiada y llamar al Sr. Gómez o a la señorita Armenteros para sembrar el terror en el aula. Nunca nadie hizo una broma sobre la menuda profesora.
Años más tarde me enteré de que a ella le gustaba más la literatura, pese a que nos lograra que todos declinásemos con soltura aquellos interminables latinajos. Ese día hablamos de libros y de futuro y de todos aquellos planes aún adolescentes que yo tenía rondándome por la cabeza por aquel entonces.
Me contó que ya había leído algunas cosas que yo había escrito para mis otros trabajos de clase y al finalizar la charla me confesó que le hubiera encantado ser mi profesora de literatura. El mayor halago que he recibido.
jueves, noviembre 17, 2005
Paco recibió la carta y se presentó allí como todos. Un curso del INEM, una lata para muchos, una esperanza para otros. Ninguno dio crédito a las palabras de la secretaria: "Formación para transporte pesado de mercancía peligrosa".
Fue una pérdida de tiempo para todos, puesto que nadie tenía el carnet de conducir camiones.
Fue una pérdida de tiempo para todos, puesto que nadie tenía el carnet de conducir camiones.
martes, noviembre 08, 2005
Supongo que será difícil.
Tras las palabras de acusación, la sospecha acechante por tu mano señalando sin titubear a tus compañeros. Sin aviso previo. Supongo que será difícil mirarles a los ojos. Saber que les has traicionado después de comer de su comida, llorar en su hombro, contarles cosas y reirse (lo que hacen los amigos).
Supongo que será difícil entregarles sin explicarles previamente los motivos, sin permitirles formular su defensa. Sin una verdadera necesidad acuciante para recibir las monedas.
Supongo que será difícil hacer bromas a su lado, sabiendo que les has vendido.
Al menos yo no podría. Pero tú y yo somos distintos.
Tras las palabras de acusación, la sospecha acechante por tu mano señalando sin titubear a tus compañeros. Sin aviso previo. Supongo que será difícil mirarles a los ojos. Saber que les has traicionado después de comer de su comida, llorar en su hombro, contarles cosas y reirse (lo que hacen los amigos).
Supongo que será difícil entregarles sin explicarles previamente los motivos, sin permitirles formular su defensa. Sin una verdadera necesidad acuciante para recibir las monedas.
Supongo que será difícil hacer bromas a su lado, sabiendo que les has vendido.
Al menos yo no podría. Pero tú y yo somos distintos.
domingo, noviembre 06, 2005
miércoles, octubre 19, 2005
De repente me veo protagonizando el anuncio de Coca-cola. "Despedido", "despedido", "despedido", amenaza el gran jefe tras la mesa. Cuenta muchas mentiras y finalmente, con un gesto magnánimo, inventa una oportunidad de tres meses. "Tres meses de observación", dice, "Yo os controlaré personalmente". Por supuesto, el incidente se produce a un día de la renovación, para sembrar el miedo en el último instante.
Ayer protagonicé uno de los hechos que me proporcionó mayor satisfacción en mi vida. Entré al despachó y con una sonrisa expliqué que no necesitaba de su magnimidad, ni de sus mentiras, ni de sus amenazas: "Me voy".
Ayer protagonicé uno de los hechos que me proporcionó mayor satisfacción en mi vida. Entré al despachó y con una sonrisa expliqué que no necesitaba de su magnimidad, ni de sus mentiras, ni de sus amenazas: "Me voy".
sábado, octubre 15, 2005
De repente ahora he recuperado el olfato, como un tabacoadicto recién desenganchado. Hay árboles y gente y edificios y ciudad y músicos callejeros. Llueve y siento caer las gotas en mi piel, calándome hasta los huesos. Acaricio mi jersey y de nuevo el algodón desentumece mis sentidos.
Tan sólo que soy un año más vieja. Pero por fin dejo de sentir la presión del tiempo en mi gymkana diaria.
Tan sólo que soy un año más vieja. Pero por fin dejo de sentir la presión del tiempo en mi gymkana diaria.
domingo, octubre 02, 2005
martes, septiembre 27, 2005
Ahora alquilo mi tiempo.
Tengo dinero para gastarlo, para comprar aquello que deseo en cada momento. Si me apetece teatro, no debo ahorrar para la entrada. Si quiero viajar a las aguas azules del mar Caribe, me baño en ellas en unos meses.
Es raro. No debo elegir las facturas que pago, no comparto piso, no pienso en cómo me las ingeniaré este mes para llenar la nevera. Sino cuándo podré pasar por el hiper para poder hacer la compra.
Me siento culpable por tener dinero?
("tienes miedo a tener miedo. tienes miedo del dinero" Piratas).
Tengo dinero para gastarlo, para comprar aquello que deseo en cada momento. Si me apetece teatro, no debo ahorrar para la entrada. Si quiero viajar a las aguas azules del mar Caribe, me baño en ellas en unos meses.
Es raro. No debo elegir las facturas que pago, no comparto piso, no pienso en cómo me las ingeniaré este mes para llenar la nevera. Sino cuándo podré pasar por el hiper para poder hacer la compra.
Me siento culpable por tener dinero?
("tienes miedo a tener miedo. tienes miedo del dinero" Piratas).
domingo, septiembre 25, 2005
Un abrazo para ese cielo lleno de abrazos, de música, de amigos, con un Jesús que cada día va recuperando la sonrisa.
viernes, septiembre 23, 2005
jueves, septiembre 22, 2005
Tengo una amiga que, cuando decide desenamorarse, anota el nombre del enamorado/a y una marquita por cada día que pasa en una pizarra. Al principio es duro, cuenta los minutos, los segundos y parece que nunca llega el momento de tomar el rotulador. Después el tiempo transcurre mucho más rápido, hasta que descubre que ya no apunta los días.
Cuando pasan tantas semanas en las que se le ha olvidado su marca diaria, borra el nombre de la persona olvidada de la pizarra. Así, de un plumazo.
Por mucho que me joda, el recuerdo es sólo cuestión de tiempo.
Cuando pasan tantas semanas en las que se le ha olvidado su marca diaria, borra el nombre de la persona olvidada de la pizarra. Así, de un plumazo.
Por mucho que me joda, el recuerdo es sólo cuestión de tiempo.
jueves, septiembre 15, 2005
miércoles, septiembre 14, 2005
El tiempo del café
Siempre que me levanto me hago un café que acompaño con galletas María. De hecho me encanta probar sabores diferentes, viajar por el mundo con cafés exóticos de países que aún no he conocido. Todas las mañanas me despierto oliendo mi café con leche humeante.
Salvo en verano. En cuanto comienza el calor no me apetece, me sienta mal. No disfruto de mi ritual de todos los días. Así que, de mala gana, desayuno cereales, o yogur. Y ya a media mañana cae el café de los bares, no tan exótico, sin cariño, sin posibilidad de deleite alguno.
Hoy me he levantado y me he preparado el primer café de la temporada. Ahora le siguen el frío, las hojas en los parques, los jerseis de lana, las castañas, la lluvia, las noches a media tarde, protegerse bajo el edredón de plumas…
Ya he inaugurado mi otoño vital.
Siempre que me levanto me hago un café que acompaño con galletas María. De hecho me encanta probar sabores diferentes, viajar por el mundo con cafés exóticos de países que aún no he conocido. Todas las mañanas me despierto oliendo mi café con leche humeante.
Salvo en verano. En cuanto comienza el calor no me apetece, me sienta mal. No disfruto de mi ritual de todos los días. Así que, de mala gana, desayuno cereales, o yogur. Y ya a media mañana cae el café de los bares, no tan exótico, sin cariño, sin posibilidad de deleite alguno.
Hoy me he levantado y me he preparado el primer café de la temporada. Ahora le siguen el frío, las hojas en los parques, los jerseis de lana, las castañas, la lluvia, las noches a media tarde, protegerse bajo el edredón de plumas…
Ya he inaugurado mi otoño vital.
jueves, septiembre 08, 2005
SEA TREK
(una actividad para guiris en Cancún)
Silencio. Bajar lentamente por la escalera hasta llegar a la barandilla y observar los tres metros y medio de agua sobre mi cabeza, protegida por un casco con una burbujita de oxígeno. Peces cirujano comiendo de mi pulsera deshilachada, confundiéndola con la comida que traen los buzos en sus trajes de neopreno para impresionar a los turistas.
Luego el recorrido agarrada a la barandilla metálica amarrada al fondo del mar, tratando de esquivar el vaivén de las corrientes calientes o frías.
Tomando primero una estrella, un pimiento de mar. Sentir cómo el coral besa la superficie de mi mano para adherirse a mi cuerpo hasta que el buzo decreta el fin de la diversión.
Ví la lluvia desde abajo, truenos que atemorizaban a bandadas de peces de colores. Sentí la paz desde el silencio a tres metros de la superficie.
Quiero aprender a bucear.
(una actividad para guiris en Cancún)
Silencio. Bajar lentamente por la escalera hasta llegar a la barandilla y observar los tres metros y medio de agua sobre mi cabeza, protegida por un casco con una burbujita de oxígeno. Peces cirujano comiendo de mi pulsera deshilachada, confundiéndola con la comida que traen los buzos en sus trajes de neopreno para impresionar a los turistas.
Luego el recorrido agarrada a la barandilla metálica amarrada al fondo del mar, tratando de esquivar el vaivén de las corrientes calientes o frías.
Tomando primero una estrella, un pimiento de mar. Sentir cómo el coral besa la superficie de mi mano para adherirse a mi cuerpo hasta que el buzo decreta el fin de la diversión.
Ví la lluvia desde abajo, truenos que atemorizaban a bandadas de peces de colores. Sentí la paz desde el silencio a tres metros de la superficie.
Quiero aprender a bucear.
sábado, septiembre 03, 2005
Conversación entre FIcus y mi msn mientras yo me duchaba: Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: bichooooooooooooo Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: me tienes que mandar las otras dos canciones...track 2 y 3 Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: ya tienes 2 microfans Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: houston, houston....aqui astronauta paquito..... Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: manden por cohete verbenero proximo abastecimiento.....los donuts san quedao duros Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: el astronauta pachi esta de paseo espacial......no hay manera de hacerle entrar en la nave.....se ha plantao fuera con un cartel..." euskal presoak...via lactearik"....y no para de gritar...reagrupamientooo Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: dice el comandante que a ver de quien a sido la genial idea de mandarnos a esta biologa para la mision.... Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: desde que llego no para de decir que ella a venido aqui a rodar...ana y los siete pasageros....que es muy pedorra...no para de hacer posturas y de poner caritas....por cierto...decirles a los cirujanos de estetica que, las tetas que tan bien quedan en la tierra....en el espacio miran para arriba y a la astronauta ana obregon no se le ve el cuello Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: el astronauta jordi....es tan ahorrador que ayer lo enterramos por ahorrar oxigeno Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: mandaremos mas informes....aqui nave gorrion centenario....vivaspañaaaaaa Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: p.d. pidanle a mi mujer la cassette que llevo en el taxi...si...la del torito guapou y la de soy minero....ah...y dice el cocinero de la nave que nos manden lo de la lista de la compra....que nos va ha hacer unos parasitos espaciales al pil-pil rico rico. Ficus...Vinos de Navarra....redios como estan!!! dice: fin de trasmision.....hasta el proximo informe |
miércoles, agosto 24, 2005
Hay veces que mi memoria, engañada por los fármacos, deja por el camino recuerdos simples e inmediatos. Como dónde he dejado las llaves que acabo de meterme en el bolsillo, dónde dejé mi dinero, conversaciones con ELLA. Frases completas e importantes. En mis vacaciones fui plenamente consciente de esto.
Una cabeza borradora que aniquila mi memoria a corto plazo.Asusta. Si hoy olvido esto puede que mañana no recuerde muchas otras cosas igual de importantes, como las letras de mis canciones, algunos acordes, mi número pin, su nombre...
Me resigno a envejecer a mi ritmo. Asustan los huecos.
jueves, agosto 11, 2005
sábado, julio 16, 2005
Hay una anécdota que circula entre los técnicos de televisión, no sé si será cierta o no, pero me reí mucho al conocerla.
Un ayudante de producción, agobiado por las prisas , llamó al músico de su serie de televisión:
- Necesitamos la sintonía de cabecera en versión disco, para el mes que viene. Una canción de amor, el mensajero te lleva las imágenes. Y, un favor especial para el director. .. Van a hacer algo clásico mañana, ¿nos podrías componer una sinfonía para el ensayo de mañana?
Un ayudante de producción, agobiado por las prisas , llamó al músico de su serie de televisión:
- Necesitamos la sintonía de cabecera en versión disco, para el mes que viene. Una canción de amor, el mensajero te lleva las imágenes. Y, un favor especial para el director. .. Van a hacer algo clásico mañana, ¿nos podrías componer una sinfonía para el ensayo de mañana?
viernes, julio 01, 2005
La música no es medible ni alcanzable. Se escapa entre los dedos, como las antiguas monedillas de peseta, como la arena en la playa en el cubo y la pala. Uno puede articular notas y tiempos y tempo e intensidad en el pentagrama. Atrapar el sentimiento entre cinco líneas. Que jamás logrará expresar todo lo que contiene con la claridad necesaria. Contaremos qué es piano, pero nunca daremos a entender la dulzura del blues en unos momentos, el desgarro del blues en muchos otros.
Por eso es tan difícil hablar de lo mismo cuando uno intenta explicar una canción. También por esto mismo existen tantas versiones como directores, como meses, como días de una misma composición. Mozart perpetrado por Luis Cobos (como para olvidarlo).
Pues bien. Hay dos tipos que entendieron muy bien el sentimiento escondido en algunas de mis canciones. Yo también pude entender sus letras, sus acordes y sus arreglos.
Y no paro de escuchar una y otra vez el resultado en el reproductor de mi CD.
Por eso es tan difícil hablar de lo mismo cuando uno intenta explicar una canción. También por esto mismo existen tantas versiones como directores, como meses, como días de una misma composición. Mozart perpetrado por Luis Cobos (como para olvidarlo).
Pues bien. Hay dos tipos que entendieron muy bien el sentimiento escondido en algunas de mis canciones. Yo también pude entender sus letras, sus acordes y sus arreglos.
Y no paro de escuchar una y otra vez el resultado en el reproductor de mi CD.
jueves, junio 23, 2005
pensemos ordenadamente. pen se mos ordenada mente. despacio. pero sin pausa. pausas. ¿hace cuánto que no me tomo una pausa? días. meses. casi un año. despacio. pensar. crisis existencial. ¿crisis de lor treinta? o de los veintisiete. ¿qué más me da si no voy a vivir más de esta vida y no voy a poder comparar? decidir es ordenar. puede ser un buen comienzo. o exactamente: para llegar hay que elegir un camino. y yo sólo estoy buscando el mío. reconstruyendo nuevamente. empiezo a hartarme de convertirme en el ave fénix otra vez para resurgir de mis cenizas. me cuesta más cada vez. estoy vieja o cansada o desilusionada. bueno, puede que no. no nos pongamos derrotistas. ¿dónde estábamos? para poder llegar hay que elegir un camino. el otro día me sorprendí a mí misma diciendo que no me gustaría levantarme a los treintaycinco diciendo que me he equivocado de camino. como si simplemente por pensar pudiera acertar. como si no hubiera cambiado de vida ya tantas veces como lo he hecho. pero esto llega más allá.
Pensemos ordenadamente. Primero tengo que tratar de establecer qué es más importante en mi vida. Ordenar. Clasificar. Método.
Va a ser más complicado de lo que me esperaba.
Pensemos ordenadamente. Primero tengo que tratar de establecer qué es más importante en mi vida. Ordenar. Clasificar. Método.
Va a ser más complicado de lo que me esperaba.
viernes, junio 10, 2005
Tecleó con rapidez en el móvil: "Te quiero mucho, cariño, ha sido un fin de semana inolvidable" y envió el mensaje. Oh, oh. Si, lo que ella temía. Quería mucho a Ramón, pero el mensaje no era para él. Se trataba de un conocido al que le había alquilado el piso hacía unos meses por un módico precio.
Después de unos segundos de duda, arregló la situación.
Mensaje para Ramón: "Disculpa, el anterior mensaje no era para ti. Espero que recibas uno igual muy pronto".
Después de unos segundos de duda, arregló la situación.
Mensaje para Ramón: "Disculpa, el anterior mensaje no era para ti. Espero que recibas uno igual muy pronto".
miércoles, junio 01, 2005
Yo sólo quiero contar historias.
Si alguien me pregunta qué deseo hacer con mi vida, siempre respondo la misma frase, mi credo.
Cantar, componer, escribir, filmar, editar, soñar, equivocarme. La imperfección forma parte de mi vida.
No necesito contar grandes historias. No puedo ser la mejor contando historias porque es imposible competir contra Aretha, contra Ernesto Sábato, contra Amenábar, contra Calamaro (a veces), contra Lorca, contra Unamuno, contra Hitchcock, contra tus sueños.
No puedo cumplir tus sueños. Sólo los míos.
Y los míos son sólo contar mis historias.
Si alguien me pregunta qué deseo hacer con mi vida, siempre respondo la misma frase, mi credo.
Cantar, componer, escribir, filmar, editar, soñar, equivocarme. La imperfección forma parte de mi vida.
No necesito contar grandes historias. No puedo ser la mejor contando historias porque es imposible competir contra Aretha, contra Ernesto Sábato, contra Amenábar, contra Calamaro (a veces), contra Lorca, contra Unamuno, contra Hitchcock, contra tus sueños.
No puedo cumplir tus sueños. Sólo los míos.
Y los míos son sólo contar mis historias.
martes, mayo 31, 2005
El tiempo vuela... Y mis miedos tienen nombre. El médico rectifica por carta, aunque tuviera la oportunidad de hablarme a la cara la semana pasada.
Esta experiencia me ha servido para muchas cosas. Para darme cuenta de quién está conmigo y quién hablaba en alto para que los demás escucharan (y se ha quitado de enmedio para hacerme un gran favor según su retorcida visión de la vida). Para ser consciente de que el ir tan rápido no quiere decir que llegue a ningún sitio. Para disfrutar los momentitos de vida regalada. Qué feas las orejotas del miedo.
Para preguntarme por qué yo no tengo esclerosis múltiple y otros sí. Para preguntarme y dibujar cien mil veces mi diagnóstico, posiblemente impreciso, como la medicación que recibía hace ya más de un mes. Para agradecer cada minuto sin músculos tensos, boca torcida, gesto indisimuladamente doloroso en el orgullo.
Esta experiencia me ha servido para muchas cosas. Para darme cuenta de quién está conmigo y quién hablaba en alto para que los demás escucharan (y se ha quitado de enmedio para hacerme un gran favor según su retorcida visión de la vida). Para ser consciente de que el ir tan rápido no quiere decir que llegue a ningún sitio. Para disfrutar los momentitos de vida regalada. Qué feas las orejotas del miedo.
Para preguntarme por qué yo no tengo esclerosis múltiple y otros sí. Para preguntarme y dibujar cien mil veces mi diagnóstico, posiblemente impreciso, como la medicación que recibía hace ya más de un mes. Para agradecer cada minuto sin músculos tensos, boca torcida, gesto indisimuladamente doloroso en el orgullo.
domingo, mayo 22, 2005
Mi abuelo últimamente anda de un humor de perros. Ha perdido un 95% la vista de un ojo y casi un 85% del otro. Los médicos tampoco están dando muy buenas perspectivas de futuro, después de muchos meses de tratamientos dolorosos y largos.
De vez en cuando se sonríe. Mira a mi abuela y dice: "Pero qué guapa es mi María".
Me pregunto cómo debe de sentirse uno fijando en la retina la imagen de alguien a quien no volverá a ver jamás. Tras más de cincuenta años juntos.
De vez en cuando se sonríe. Mira a mi abuela y dice: "Pero qué guapa es mi María".
Me pregunto cómo debe de sentirse uno fijando en la retina la imagen de alguien a quien no volverá a ver jamás. Tras más de cincuenta años juntos.
sábado, mayo 21, 2005
Cuando llegué a la capital me acostumbré a viajar en metro. Por la novedad. Y porque, he de reconocerlo, tengo cierta habilidad para perderme. Las estaciones no cambian de lugar, pero a lo largo de una calle existen gran número de paradas de autobús. Además en cada estación encontraba un plano de la zona, que siempre me ayudaba a situarme un poco mejor. Era por aquel entonces, recién venida de una ciudad en la que si preguntaba cómo se llegaba a una dirección concreta, la gente me miraba mal. Cuando aún no sabía que Madrid es tan grande que la mayor parte de los madrileños suele perderse fuera de su barrio, por lo que es frecuente que pidan ayuda para localizar lugares. Otra cosa es que quien les ayude lo haga con más o menos mala leche.
Por eso el metro se convirtió en uno de mis mejores aliados.
Lo asocio con olores, Plaza de España, donde se infiltran los aromas del chino del subterráneo. Con tiendas, FNAC, Callao o Leturiaga, Ríos Rosas. Con el sabor del miedo al examen en Ciudad Universitaria, cuando un músico callejero tocaba estupendamente bien la guitarra todas las mañanas. Con las caricias del domingo por la mañana recién salidita de Chueca, de Medea, en Antón Martín. Con las amargas despedidas de la estación de autobús de Méndez Álvaro, de aquel amor veraniego que duró hasta noviembre. Con los colores chillones, las poses histriónicas del orgullo gay que siempre sale de Retiro. Con la ilusión bajo el brazo, un guión en la cabeza a punto de reunirme saliendo por Arturo Soria. Con tocar en los vagones camino a Usera, mientras un segurata casi nos agarra por el cuello mientras los concurrentes nos miraban asombrados porque no pedimos monedas por brindarnos un ratito de su tiempo.
Con la sonrisa de oreja a oreja, la mirada en las nubes, después de la primera noche a su lado. Saludando al estadio del Rayo, enfrente de la estación de Portazgo.
Por eso el metro se convirtió en uno de mis mejores aliados.
Lo asocio con olores, Plaza de España, donde se infiltran los aromas del chino del subterráneo. Con tiendas, FNAC, Callao o Leturiaga, Ríos Rosas. Con el sabor del miedo al examen en Ciudad Universitaria, cuando un músico callejero tocaba estupendamente bien la guitarra todas las mañanas. Con las caricias del domingo por la mañana recién salidita de Chueca, de Medea, en Antón Martín. Con las amargas despedidas de la estación de autobús de Méndez Álvaro, de aquel amor veraniego que duró hasta noviembre. Con los colores chillones, las poses histriónicas del orgullo gay que siempre sale de Retiro. Con la ilusión bajo el brazo, un guión en la cabeza a punto de reunirme saliendo por Arturo Soria. Con tocar en los vagones camino a Usera, mientras un segurata casi nos agarra por el cuello mientras los concurrentes nos miraban asombrados porque no pedimos monedas por brindarnos un ratito de su tiempo.
Con la sonrisa de oreja a oreja, la mirada en las nubes, después de la primera noche a su lado. Saludando al estadio del Rayo, enfrente de la estación de Portazgo.
domingo, mayo 15, 2005
El hombre se escudaba tras su periódico, sentado en el asiento del vagón de metro. De vez en cuando se ajustaba las gafas con la mano derecha, que se resbalaban por el sudor que caía abundantemente por su frente. En la siguiente parada entraron dos niñas de apenas diez años, con el uniforme escolar y una pesada mochila en sus hombros. Pude sentir la excitación del hombre.
Miraba a una de las niñas mientras ésta se acercaba para ocupar un asiento cercano. El hombre observaba de arriba abajo a la chica, fijándose en los pechos incipientes, la faldita, adivinando sus braguitas de colegiala con un gesto baboso.
Carraspeé, conteniendo mis ganas de sacudirle un puñetazo al pedófilo. El hombre se agazapó tras las letras grandes de su periódico, encogiendo como si no existiese en el vagón. Lo estuve vigilando hasta que las niñas salieron en su parada, camino al colegio, al examen del que hablaban en voz en alta.
Miraba a una de las niñas mientras ésta se acercaba para ocupar un asiento cercano. El hombre observaba de arriba abajo a la chica, fijándose en los pechos incipientes, la faldita, adivinando sus braguitas de colegiala con un gesto baboso.
Carraspeé, conteniendo mis ganas de sacudirle un puñetazo al pedófilo. El hombre se agazapó tras las letras grandes de su periódico, encogiendo como si no existiese en el vagón. Lo estuve vigilando hasta que las niñas salieron en su parada, camino al colegio, al examen del que hablaban en voz en alta.
martes, mayo 03, 2005
La gente cree que grabar en un estudio es una experiencia divertida. Tampoco me extraña, con todos los extras de DVDs que nos venden la imagen de caras sonrientes tras amplis y micrófonos. Nadie sabe aquello de escuchar la misma canción cien veces seguidas, las broncas porque algo no cuadra o alguien se imaginaba la melodía de manera diferente. El malestar de muchas horas de trabajo seguidas. Y el reloj. Siempre el reloj. Minuto a minuto uno va escuchando las monedas caer desde tu bolsillo al del técnico del estudio. Al principio muy despacio, todo debe de quedar perfecto, hasta al final, en el que ya nadie está de humor para discutir. Cuando descubres que elegiste el lugar equivocado para grabar. Que la guitarra continuará sonando igual de metálica que al inicio, porque el técnico no sabe, no comprende, cómo hacerlo mejor.
Gracias a Paco y a Marko mi percepción de las grabaciones ha cambiado notablemente. Gracias a los dos.
Gracias a Paco y a Marko mi percepción de las grabaciones ha cambiado notablemente. Gracias a los dos.
jueves, abril 21, 2005
Un breve lapso de tiempo para encontrar trabajo, correr por la mañana a mi puesto, correr a comer a casa de mi abuela, tomar bus de vuelta a mi ordenador y mi teléfono, correr al master, correr a casa y correr a la cama.
Siento que corro pero que no avanzo a ningún sitio. Puede que sea la medicación, que me cansa y me atonta.
Puede que simplemente tenga que esperar a acabar el master para que mi vida deje de ser una gymkana permanente.
Puede que tenga la regla y, pese a los anuncios de compresas, me sienta cansada, dolorida y poco orgullosa de ser mujer.
Siento que corro pero que no avanzo a ningún sitio. Puede que sea la medicación, que me cansa y me atonta.
Puede que simplemente tenga que esperar a acabar el master para que mi vida deje de ser una gymkana permanente.
Puede que tenga la regla y, pese a los anuncios de compresas, me sienta cansada, dolorida y poco orgullosa de ser mujer.
viernes, abril 15, 2005
Entre bostezos vierto la leche en mi café amargo. Me siento ante las noticias de la tele con cinco galletas en la mano. Mojo la primera. Por casualidad la miro. Mierda. Tiene una forma diferente a las demás, con una carita dibujada. ¿Y si he estado a punto de comerme el comprobante de un premio maravilloso de estos de sueldo para toda la vida? Seco a toda prisa la galleta, imaginando mi piel tostándose por el sol en las playas del Caribe. Corro a la caja de galletas, tirando por el camino una lata de tomate, un brick de leche, varios sobres de sopa precocinada.
Pero no.
La caja no habla de promociones. Ni de sueldos para toda la vida, ni de coches fantásticos y la arena del Caribe pasa a ser la del borde de la piscina municipal repleta de niños y abuelas del barrio.
Observo que el dibujo de la galleta aparece varias veces repetido, pero siempre he estado demasiado dormida como para apreciarlo.
Remojo mi galleta seca en la taza y me como los sueños de premios disueltos en el café amargo de todas las mañanas.
Pero no.
La caja no habla de promociones. Ni de sueldos para toda la vida, ni de coches fantásticos y la arena del Caribe pasa a ser la del borde de la piscina municipal repleta de niños y abuelas del barrio.
Observo que el dibujo de la galleta aparece varias veces repetido, pero siempre he estado demasiado dormida como para apreciarlo.
Remojo mi galleta seca en la taza y me como los sueños de premios disueltos en el café amargo de todas las mañanas.
jueves, abril 14, 2005
Tiene tres años. Desde los dos ya consigue sacar y cruzar el campo de tenis entero, por encima de la red. Protege a los niños pequeños en la guardería. Su profesora le llama Don Miguel, porque cada vez que ella da una explicación en clase, él le dice que lo hace muy bien y le da las gracias.
Hace unas semanas le vi con un moratón en la cara.
- ¿Qué pasó Micky? ¿Te has peleado en el cole?
Él negó con la cabeza.
- Tenis.- dijo encogiendo los hombros como expresando: "gajes del oficio".
Hace unas semanas le vi con un moratón en la cara.
- ¿Qué pasó Micky? ¿Te has peleado en el cole?
Él negó con la cabeza.
- Tenis.- dijo encogiendo los hombros como expresando: "gajes del oficio".
miércoles, abril 13, 2005
domingo, abril 10, 2005
El profesor se preguntaba, con toda la razón, qué pintaba yo en su clase. Jamás me había visto en ella, salvo el año pasado, cuando le entregué la ficha. En junio del año anterior había leído mi examen y, pese a mis reiteradas ausencias, había escrito un notable en las calificaciones finales.
Allí estaba yo. Con el notable en mi expediente de una asignatura a la que jamás había asistido y un año después no me perdía una hora de su farragosa literatura.
El profesor jamás se fijó en la chica morena de ojos azules a la que yo acompañaba como un perrito faldero.
Sí, es una de las idioteces que se hacen por amor: asistir a una clase coñazo que ya has aprobado sólo por el placer de mirarla.
¿Y vosotros? ¿Qué tonterías habéis hecho por amor?
Allí estaba yo. Con el notable en mi expediente de una asignatura a la que jamás había asistido y un año después no me perdía una hora de su farragosa literatura.
El profesor jamás se fijó en la chica morena de ojos azules a la que yo acompañaba como un perrito faldero.
Sí, es una de las idioteces que se hacen por amor: asistir a una clase coñazo que ya has aprobado sólo por el placer de mirarla.
¿Y vosotros? ¿Qué tonterías habéis hecho por amor?
martes, abril 05, 2005
Éramos seis y jamás debimos de entrar legalmente en el coche. Pero lo hacíamos. De vuelta a casa de una universidad castradora mental y sexualmente en la que la Historia Universal se estudiaba como los buenos y los malos, en la que memorizábamos la designación papal de la Edad Media gracias a un cura del Opus Dei. En la época en la que escribía en mis exámenes que la homosexualidad es mala por el relativismo social cuando me deberían de estar enseñando Sociología.
Pero salíamos de clase los seis y nos subíamos al destartalado Opel Corsa de Xabi. A mí me tocaba en la parte de atrás, entre otros dos estudiantes, con la guitarra desenfundada, ejerciendo de reproductor musical. Detrás, en el espacio de maletero, se encontraba el espacio de Montañés, cuya melena nada tenía que envidiar a los Jackson Five.
Muchas veces equivocábamos el camino, simplemente por el placer de estar juntos los seis, siete con la guitarra. Casi provocamos un accidente el día en el que cantando un estribillo grité demasiado, asusté a un pobre camionero que desvió la atención a nuestra extraña estampa y estuvo a pundo de pegársela contra otro coche.
Recuerdo aquellos años con una sonrisa, aunque hace tiempo que no tengo noticias ni de Xabi, ni de Montañés, ni de María, ni de Silvia... A la otra María me la tropecé un día en la FNAC, cuando se encontraba de visita en Madrid, que me miró con sorpresa y apuntó mi teléfono en su paquete de cigarrillos. Pero no me ha llamado.
Pero salíamos de clase los seis y nos subíamos al destartalado Opel Corsa de Xabi. A mí me tocaba en la parte de atrás, entre otros dos estudiantes, con la guitarra desenfundada, ejerciendo de reproductor musical. Detrás, en el espacio de maletero, se encontraba el espacio de Montañés, cuya melena nada tenía que envidiar a los Jackson Five.
Muchas veces equivocábamos el camino, simplemente por el placer de estar juntos los seis, siete con la guitarra. Casi provocamos un accidente el día en el que cantando un estribillo grité demasiado, asusté a un pobre camionero que desvió la atención a nuestra extraña estampa y estuvo a pundo de pegársela contra otro coche.
Recuerdo aquellos años con una sonrisa, aunque hace tiempo que no tengo noticias ni de Xabi, ni de Montañés, ni de María, ni de Silvia... A la otra María me la tropecé un día en la FNAC, cuando se encontraba de visita en Madrid, que me miró con sorpresa y apuntó mi teléfono en su paquete de cigarrillos. Pero no me ha llamado.
domingo, abril 03, 2005
Claro que ha merecido la pena este año.
Comencé a escribir para forzarme a cierta rutina, para lograr expresar sentimientos de una manera más o menos obligada.
Y acabé quedando con bloggers, conociendo otras vidas que se abrían al ciberespacio como yo.
Me he sentido consolada, acompañada de voces anónimas que me leen muchos días.
Y ya vale de ñoñerías.
Comencé a escribir para forzarme a cierta rutina, para lograr expresar sentimientos de una manera más o menos obligada.
Y acabé quedando con bloggers, conociendo otras vidas que se abrían al ciberespacio como yo.
Me he sentido consolada, acompañada de voces anónimas que me leen muchos días.
Y ya vale de ñoñerías.
miércoles, marzo 30, 2005
Cumpleaños feliz!!!! Cumpleaaaños feliz!!!!
el día 28 mi blog cumplía años. no he podido celebrarlo como es debido porque la semana pasada mi hemicuerpo derecho proclamó nuevamente su independencia y ni siquiera me marché de vacaciones.
el día 28 lo pasé haciendo "las doce pruebas de Asterix" en el hospital, subiendo y bajando plantas para conseguir impresos de pruebas, impresos de citas con médicos que me remitieron unos especialistas que me remitirán a otros especialistas. una locura vaya. casi dos meses de rebelión y la ONU no actúa frente al agresor, los médicos no actúan. dudan entre dos enfermedades (ninguna la que me diagnosticaron al salir del hospital) y cuando me ingresaron hubieran tardado quince minutos en hacerme la prueba que se demora tanto.
así que hoy no estoy de humor para soplar velitas y hacer balance del año de bloggera.
el día 28 mi blog cumplía años. no he podido celebrarlo como es debido porque la semana pasada mi hemicuerpo derecho proclamó nuevamente su independencia y ni siquiera me marché de vacaciones.
el día 28 lo pasé haciendo "las doce pruebas de Asterix" en el hospital, subiendo y bajando plantas para conseguir impresos de pruebas, impresos de citas con médicos que me remitieron unos especialistas que me remitirán a otros especialistas. una locura vaya. casi dos meses de rebelión y la ONU no actúa frente al agresor, los médicos no actúan. dudan entre dos enfermedades (ninguna la que me diagnosticaron al salir del hospital) y cuando me ingresaron hubieran tardado quince minutos en hacerme la prueba que se demora tanto.
así que hoy no estoy de humor para soplar velitas y hacer balance del año de bloggera.
jueves, marzo 24, 2005
martes, marzo 22, 2005
Entre Madrid y Pamplona, en autobus, existe Soria.
Una cafetería destartalada, sucia, cara, de bastante mal servicio. Con unos baños que harían languidecer al yonki de "Trainspotting".
Desde hace años yo aprendí que cerca de las estaciones de autobuses siempre hay bares que merecen la pena. Uno de ellos era el "Tú y yo". Lo regentaba la señora María, una abuelita que cuidaba de todos sus clientes como si fuésemos sus nietos. Siempre con torreznos calentitos, tortillas recién hechas y una sonrisa para el viajero recién llegado. Con esa amable austeridad castellana. Entrar en el "Tú y yo" siempre me recordaba a abrir la puerta en casa de mis abuelas, en casa de mi madre, en un lugar familiar.
Soria paso de ser una parada obligatoria a un verdadero descanso en el viaje.
Recuerdo que le intenté sacar una foto a la señora María en uno de mis fallidos intentos por retratar la realidad en 35 mm. Ella no me dejó hacerlo. Dijo que salía más guapa en el periódico, en el recorte que me regaló. Y era cierto.
En el viaje de vuelta leí la historia de María, de su nieto muerto en un accidente de tráfico, de los años que llevaba abierto el establecimiento. Sentí traerme conmigo un trocito de María.
Pero un día regresé a Soria con mi mochila azul a cuestas y me lo encontré cerrado. el cruasán con leche de la cafetería de la estación me supo amargo.
En el siguiente viaje reabrió el "Tú y yo". Con mucha más luz, una tele enorme para ver el fútbol y gente. Todos los clientes que antes no visitaban a María.
Aún no me he atrevido a preguntar qué fue de ella.
(Me marcho a ver el "Tú y yo" y a mi familia hasta la semana que viene, pasadlo bien en mi ausencia).
Una cafetería destartalada, sucia, cara, de bastante mal servicio. Con unos baños que harían languidecer al yonki de "Trainspotting".
Desde hace años yo aprendí que cerca de las estaciones de autobuses siempre hay bares que merecen la pena. Uno de ellos era el "Tú y yo". Lo regentaba la señora María, una abuelita que cuidaba de todos sus clientes como si fuésemos sus nietos. Siempre con torreznos calentitos, tortillas recién hechas y una sonrisa para el viajero recién llegado. Con esa amable austeridad castellana. Entrar en el "Tú y yo" siempre me recordaba a abrir la puerta en casa de mis abuelas, en casa de mi madre, en un lugar familiar.
Soria paso de ser una parada obligatoria a un verdadero descanso en el viaje.
Recuerdo que le intenté sacar una foto a la señora María en uno de mis fallidos intentos por retratar la realidad en 35 mm. Ella no me dejó hacerlo. Dijo que salía más guapa en el periódico, en el recorte que me regaló. Y era cierto.
En el viaje de vuelta leí la historia de María, de su nieto muerto en un accidente de tráfico, de los años que llevaba abierto el establecimiento. Sentí traerme conmigo un trocito de María.
Pero un día regresé a Soria con mi mochila azul a cuestas y me lo encontré cerrado. el cruasán con leche de la cafetería de la estación me supo amargo.
En el siguiente viaje reabrió el "Tú y yo". Con mucha más luz, una tele enorme para ver el fútbol y gente. Todos los clientes que antes no visitaban a María.
Aún no me he atrevido a preguntar qué fue de ella.
(Me marcho a ver el "Tú y yo" y a mi familia hasta la semana que viene, pasadlo bien en mi ausencia).
lunes, marzo 21, 2005
El AX estaba repleto de gente. Mi hermana, tres de sus amigas y yo, vestidas para la ocasión, cantábamos a todo volumen. Veníamos de una fiesta de un colegio mayor de chicos. Una de estas absurdas en las que acababan las novatadas y regaban a los novatos con todos los cubatas de los veteranos mientras perpetraban una canción.
Recuerdo que no había bebido ni gota, pero me confundí en una rotonda. Había una misteriosa valla que siempre había recordado cerrada en mis trayectos con el coche y esta vez se encontraba abierta. "¿Lo intento por aquí, chicas?", "Sí, hay como una placita en la que puedes dar la vuelta".
Entramos a baja velocidad y procedemos a hacer el giro. De repente gritos. Un guardia civil corriendo por detrás y otro que se nos abalanzó por delante.
- Señorita. Carnet de conducir y documentación de todas ustedes. - Como en las pelis, el tipo tenía una linterna.
- Disculpe, ¿Qué he hecho mal?
- ¿No sabe donde está? .- suspiró profundamente.- En la Moncloa.
Recuerdo que no había bebido ni gota, pero me confundí en una rotonda. Había una misteriosa valla que siempre había recordado cerrada en mis trayectos con el coche y esta vez se encontraba abierta. "¿Lo intento por aquí, chicas?", "Sí, hay como una placita en la que puedes dar la vuelta".
Entramos a baja velocidad y procedemos a hacer el giro. De repente gritos. Un guardia civil corriendo por detrás y otro que se nos abalanzó por delante.
- Señorita. Carnet de conducir y documentación de todas ustedes. - Como en las pelis, el tipo tenía una linterna.
- Disculpe, ¿Qué he hecho mal?
- ¿No sabe donde está? .- suspiró profundamente.- En la Moncloa.
viernes, marzo 18, 2005
Escucho a todo volumen el "Marica tú" de los Morancos.
Si uno se para a entender la letra habla de mucho más que de fiesta y pluma gay.
Me pregunto a cuántas personas puede haberles cambiado la vida esa canción.
Aunque teniendo en cuenta que el mundo no es como era cuando yo tuve que asumir mi homosexualidad puede que se quede en una simple anécdota.
Si uno se para a entender la letra habla de mucho más que de fiesta y pluma gay.
Me pregunto a cuántas personas puede haberles cambiado la vida esa canción.
Aunque teniendo en cuenta que el mundo no es como era cuando yo tuve que asumir mi homosexualidad puede que se quede en una simple anécdota.
domingo, marzo 13, 2005
Al principio son sólo unas horas. Entonces es relativamente sencillo arreglarlo, basta con tomar la agenda telefónica y marcar el número una vez que se ha recuperado la calma.
Cuando transcurre el primer día tampoco urge todavía. Incluso si el inicio se ha producido en un fin de semana, la sensación de paz perdura hasta el lunes, martes, no más.
Cuando los días se convierten en una semana, el vacío comienza a apoderarse de la memoria. Se hace más incómodo preguntar "cómo estás", "sé que estás jodida". Sobre todo cuando tras las semanas las noticias muestran que ha habido recaídas, dolor, miedo.
Al mes la situación es insostenible. Ya no se puede caminar hacia delante y marcar el tan olvidado número para mostrar interés. Puesto que es evidente que no es real. Las manidas excusas de la falta de tiempo cotidiana, de los pequeños problemas domésticos, del estrés en el trabajo no sirven en un plazo tan largo. En realidad se ha elegido caminar hacia atrás, sin girarse del todo, sin una disculpa. En realidad uno se ha convertido en un cobarde.
Y eso sí que es difícil arreglarlo.
Cuando transcurre el primer día tampoco urge todavía. Incluso si el inicio se ha producido en un fin de semana, la sensación de paz perdura hasta el lunes, martes, no más.
Cuando los días se convierten en una semana, el vacío comienza a apoderarse de la memoria. Se hace más incómodo preguntar "cómo estás", "sé que estás jodida". Sobre todo cuando tras las semanas las noticias muestran que ha habido recaídas, dolor, miedo.
Al mes la situación es insostenible. Ya no se puede caminar hacia delante y marcar el tan olvidado número para mostrar interés. Puesto que es evidente que no es real. Las manidas excusas de la falta de tiempo cotidiana, de los pequeños problemas domésticos, del estrés en el trabajo no sirven en un plazo tan largo. En realidad se ha elegido caminar hacia atrás, sin girarse del todo, sin una disculpa. En realidad uno se ha convertido en un cobarde.
Y eso sí que es difícil arreglarlo.
viernes, marzo 11, 2005
Hoy es un día triste en Madrid.
A estas horas nos despertábamos con las mismas imágenes que seguro ahora se emiten en todas las cadenas.
Hace un año nos dimos cuenta de que no éramos inmunes.
Ha pasado un año, pero aún persiste el desconcierto, la inquietud y la indignación en los ciudadanos.
A estas horas Aznar proclamaba que era ETA. Supongo que si él pudiera echar hacia atrás ahora mismo se estaría comiendo sus propias palabras.
A estas horas muchas personas estaban buscando a familiares y amigos sin resultado. Comenzaban a cobrar consciencia de que ya habían pronunciado sus palabras de despedida, de que quizá esa pequeña bronca en casa iba a ser la última, de que las promesas de futuro serían recuerdos.
Ha pasado un año de múltiples errores de Estado y aquí nadie ha explicado nada. Los políticos persisten cobrando su sueldo, simplemente se señalan los unos a los otros, cuando todos han sacado tajada del 11M.
La asociación de familiares no va a participar en la fantochada rememorativa.
Hace meses que quitaron las velas, los cuadros, los dibujos, las pancartas de Atocha que muchos ciudadanos depositamos en memoria de las víctimas. Eso sí era un acto de recuerdo.
...
Hoy es un día triste en Madrid.
A estas horas nos despertábamos con las mismas imágenes que seguro ahora se emiten en todas las cadenas.
Hace un año nos dimos cuenta de que no éramos inmunes.
Ha pasado un año, pero aún persiste el desconcierto, la inquietud y la indignación en los ciudadanos.
A estas horas Aznar proclamaba que era ETA. Supongo que si él pudiera echar hacia atrás ahora mismo se estaría comiendo sus propias palabras.
A estas horas muchas personas estaban buscando a familiares y amigos sin resultado. Comenzaban a cobrar consciencia de que ya habían pronunciado sus palabras de despedida, de que quizá esa pequeña bronca en casa iba a ser la última, de que las promesas de futuro serían recuerdos.
Ha pasado un año de múltiples errores de Estado y aquí nadie ha explicado nada. Los políticos persisten cobrando su sueldo, simplemente se señalan los unos a los otros, cuando todos han sacado tajada del 11M.
La asociación de familiares no va a participar en la fantochada rememorativa.
Hace meses que quitaron las velas, los cuadros, los dibujos, las pancartas de Atocha que muchos ciudadanos depositamos en memoria de las víctimas. Eso sí era un acto de recuerdo.
...
Hoy es un día triste en Madrid.
martes, marzo 08, 2005
Sonrío. Con la fuerza de mi debilidad. Vivo. Con la consciencia de mi mortalidad. Absorbo aire a bocanadas profundas, contaminadas, pero repletas de oxígeno. Ya no agradezco los segundos, los vivo. Ya no recuerdo, sino que trato de conservar el presente y hacer de mi futuro un pasado mejor.
Muchas gracias a todos los que habéis estado ahí. Conseguísteis la sonrisa. Unos vestidos de payaso, otros escuchando las penas, otros simplemente pasando a saludar. Muchas gracias.
Muchas gracias a todos los que habéis estado ahí. Conseguísteis la sonrisa. Unos vestidos de payaso, otros escuchando las penas, otros simplemente pasando a saludar. Muchas gracias.
lunes, marzo 07, 2005
Nos conocimos en la asociación. Mirada al frente, decidida, se presentó sin tapujos, aunque era la primera vez que ella pisaba el despacho. Sonreía con los ojos. Su nerviosismo se transmitía a través de sus modos de conversar. Borde pero cercana. Simpatía pretendidamente enfadada.
Aquella noche salimos todas las recién llegadas por chueca y la envenené con un chupito de TNT (absenta y whisky) en el Gris. Desde aquel día ese grupo sufrió múltiples mutaciones, desavenencias, amores, desamores, como en todo grupo de amigas que se precie.
He pasado meses sin saber de ella, ni ella de mí. Pero a ratos echo de menos esa bordería amable que tanto la caracteriza. Que me acaricia la cabeza con cariño cuando nadie mira para que no se sepa que me quiere. Que me cuida en la distancia.
Esa jodida cabezota que ha pasado mucho miedo estos días y cuenta su historia como si hablase del tiempo.
A veces me dan ganas de llamarla para darle las gracias y decirle todo lo que la quiero (como amiga, ya se entiende). Pero sé que si lo hago me llamaría ñoña. Porque ya lo sabe.
Aquella noche salimos todas las recién llegadas por chueca y la envenené con un chupito de TNT (absenta y whisky) en el Gris. Desde aquel día ese grupo sufrió múltiples mutaciones, desavenencias, amores, desamores, como en todo grupo de amigas que se precie.
He pasado meses sin saber de ella, ni ella de mí. Pero a ratos echo de menos esa bordería amable que tanto la caracteriza. Que me acaricia la cabeza con cariño cuando nadie mira para que no se sepa que me quiere. Que me cuida en la distancia.
Esa jodida cabezota que ha pasado mucho miedo estos días y cuenta su historia como si hablase del tiempo.
A veces me dan ganas de llamarla para darle las gracias y decirle todo lo que la quiero (como amiga, ya se entiende). Pero sé que si lo hago me llamaría ñoña. Porque ya lo sabe.
sábado, marzo 05, 2005
viernes, marzo 04, 2005
Mi agenda telefónica es una visión desordenada de mi vida. Desordenada porque ordena alfabéticamente aquellos números que introduje de manera secuencial.
En ella encuentro números de personas a las que no recuerdo "Carlos batería", "Ana Burgos"... Por mi imprecisión a la hora de etiquetar nombres, de etiquetar momentos, que llevan a reflexiones del tipo "¿Quién será Lucía?". A veces me he equivocado y he llamado a nombres similares que correspondían a personas que yo no reconocía, que no me reconocían. Existen números que marcaba con frecuencia. Números que olvidé e intento recordar. Números que quiero olvidar pero mi subconsciente recuerda claramente.
Nada más significativo que retirar a alguien de la agenda del móvil con un movimiento brusco con el pulgar derecho, suspiro de enfado. Como expulsar a alguien del messenger.
Y ahora paso adelante y atrás toda mi agenda telefónica. Encuentro gente a la que echo de menos, gente a la que hablo frecuentemente y gente con la que es incómodo hablar.
Como cuando te tropiezas con amigos que hace tiempo que no frecuentas, que se convierten en una agradable sorpresa y logras hacer de esos quince minutos un resumen rápido de los acontecimientos más importantes de lo que se perdieron en tu vida. O sueltas un "va todo muy bien"con una sonrisa fingida pensando en lo incómodo de la situación.
En ella encuentro números de personas a las que no recuerdo "Carlos batería", "Ana Burgos"... Por mi imprecisión a la hora de etiquetar nombres, de etiquetar momentos, que llevan a reflexiones del tipo "¿Quién será Lucía?". A veces me he equivocado y he llamado a nombres similares que correspondían a personas que yo no reconocía, que no me reconocían. Existen números que marcaba con frecuencia. Números que olvidé e intento recordar. Números que quiero olvidar pero mi subconsciente recuerda claramente.
Nada más significativo que retirar a alguien de la agenda del móvil con un movimiento brusco con el pulgar derecho, suspiro de enfado. Como expulsar a alguien del messenger.
Y ahora paso adelante y atrás toda mi agenda telefónica. Encuentro gente a la que echo de menos, gente a la que hablo frecuentemente y gente con la que es incómodo hablar.
Como cuando te tropiezas con amigos que hace tiempo que no frecuentas, que se convierten en una agradable sorpresa y logras hacer de esos quince minutos un resumen rápido de los acontecimientos más importantes de lo que se perdieron en tu vida. O sueltas un "va todo muy bien"con una sonrisa fingida pensando en lo incómodo de la situación.
jueves, marzo 03, 2005
Como decía mi tía Tere "hagamos planes para destrozarlos".
sOÑEMOS
Sin miedo al fracaso.
Sin limitaciones en esta lluvia de ideas de futuro.
Aunque luego la realidad nos imponga sus fronteras.
Aunque no los cumplamos.
Porque somos aquello que quisimos ser.
Pese a que muchos planes se destrozaran.
Pese a que lo que quisimos ser no se parezca mucho a lo que imaginamos.
Pese a que llegar no es tan importante como el camino andado.
Elige con cuidado, porque tu tiempo es finito.
Porque puedes desarrollar todas las habilidades, pero no todas son necesarias.
Porque no todo el mundo es como parece. Las relaciones, como las personas cambian, están vivas. Y eso no siempre es necesariamente bueno.
Elige con cuidado, pero puedes retornar al comienzo cuantas veces lo necesites. Siempre alguien volverá contigo para acunarte, empujarte.
No tengas miedo a soñar.
Pero define exactamente qué es lo que te lleva a buscar ese objetivo. Porque quizá estés buscando aquello que ya tienes.
sOÑEMOS
Sin miedo al fracaso.
Sin limitaciones en esta lluvia de ideas de futuro.
Aunque luego la realidad nos imponga sus fronteras.
Aunque no los cumplamos.
Porque somos aquello que quisimos ser.
Pese a que muchos planes se destrozaran.
Pese a que lo que quisimos ser no se parezca mucho a lo que imaginamos.
Pese a que llegar no es tan importante como el camino andado.
Elige con cuidado, porque tu tiempo es finito.
Porque puedes desarrollar todas las habilidades, pero no todas son necesarias.
Porque no todo el mundo es como parece. Las relaciones, como las personas cambian, están vivas. Y eso no siempre es necesariamente bueno.
Elige con cuidado, pero puedes retornar al comienzo cuantas veces lo necesites. Siempre alguien volverá contigo para acunarte, empujarte.
No tengas miedo a soñar.
Pero define exactamente qué es lo que te lleva a buscar ese objetivo. Porque quizá estés buscando aquello que ya tienes.
miércoles, marzo 02, 2005
Me han regaldao un cristal ball. el olor me recuerda a cuando era niña, hinchando pompas de plástico verde, azul y rojo. Las formas indefinidas. Siempre con una clara intencionalidad de hacer un corazón, una pelota, pero dependiendo de la suerte y de la fuerza al expulsar el aire, la forma se convertía en algo indeterminado que podía ser más o menos manipuladamente aquello que soñábamos al soplar. Consistía en soplar, remendar, tapar los agujeros por los que se escapaba el aire.
como con la vida. como con las ilusiones. imaginar, soplar, descubrir que no era como uno creía, remendar, tapar agujeros para que no se deshinchen.
como con la vida. como con las ilusiones. imaginar, soplar, descubrir que no era como uno creía, remendar, tapar agujeros para que no se deshinchen.
domingo, febrero 27, 2005
Ayer por la noche mi mano derecha decidió agarrarse al móvil. Decidió por su cuenta perder fuerza. Mi hombro derecho se agarrotó como en el hospital, recordándome que no estoy tan a salvo como me creía.
He decidido comenzar a aprender a usar la mano izquierda para más cosas de las que la empleo.
Sólo espero que mi rebelión se ciña a mi hemicuerpo derecho.
He decidido comenzar a aprender a usar la mano izquierda para más cosas de las que la empleo.
Sólo espero que mi rebelión se ciña a mi hemicuerpo derecho.
viernes, febrero 25, 2005
El tipo se quedó con un palmo de narices. Estaba acostumbrado a que lo dejaran en noches de invierno como esas, en bares llenos de humo, con baños donde prolongaba la relación más duradera que había mantenido a lo largo de sus treinta y cuatro años. Pero no de esa manera.
- No quiero volverte a ver jamás. Eres un niñato.- dijo ella antes de marcharse.
Él hizo amago de no sentir, pero algunos del bar sonrieron ante la noticia. La chica de diecisiete años se largó con la cabeza bien alta del local. Menudo carácter.
- No quiero volverte a ver jamás. Eres un niñato.- dijo ella antes de marcharse.
Él hizo amago de no sentir, pero algunos del bar sonrieron ante la noticia. La chica de diecisiete años se largó con la cabeza bien alta del local. Menudo carácter.
martes, febrero 22, 2005
¿Qué sería de las obras públicas sin los jubilados, que vigilan la evolución diaria y cuantifican en pesetas el coste de cada movimiento de los obreros?
¿Qué sería de mí sin un poquito de miedo, de pena negra para lanzarme a escribir canciones, incoherentes, jamás escuchadas en la radio, pero al fin y al cabo mías?
¿Qué sería de mí sin un poquito de miedo, de pena negra para lanzarme a escribir canciones, incoherentes, jamás escuchadas en la radio, pero al fin y al cabo mías?
domingo, febrero 20, 2005
Me comentan diversas fuentes médicas familiares que el 80% de los casos que llegan a los neurólogos acaban apellidados "sin causa conocida" y que lo más probable por mis síntomas y la duración de la afección es que fuese un virus. Uno de esos bichitos cabrones que no aparecen en las analíticas y que se instauran a veces en los lugares más inapropiados.
Ahora agradezco haber esquivado a cámara lenta, como Matrix, enfermedades mortales, enfermedades degenerativas, enfermedades que no tengo.
Recuerdo cuando se me paralizó la mitad del cuerpo (salvo la cara y los deditos del pie derecho) durante un cuarto de hora. Mantuve la calma y al finalizar el episodio me levanté a observar la plaza de Cristo Rey desde mi ventana. Luces amarillas, rojas ajenas a mis miedos.
Ahora agradezco cada movimiento de mis dedos, la fuerza de mi mano derecha, la posibilidad de caminar a mi antojo, cada día menos somnolienta.
Sí, ELLA y yo hemos pasado mucho miedo. Pero ayer nos abrazamos admitiendo por fin, que lo peor ya había sucedido, que las desgracias cotidianas que nos quedan no rompen abruptamente ninguna vida.
Esta noche hace una semana en la que logro controlar todos mis músculos sin problemas.
Pero estos quince días me han enseñado mucho sobre la paciencia, la impotencia, la gente que realmente ayuda cuando se la necesita (los que no arman barullo pero saben sujetar a tiempo) y sobre todo, aquellos que sufren con dolencias que ignoraba. Con afecciones ignoradas por el resto de seres humanos y permanentes.
Ahora agradezco haber esquivado a cámara lenta, como Matrix, enfermedades mortales, enfermedades degenerativas, enfermedades que no tengo.
Recuerdo cuando se me paralizó la mitad del cuerpo (salvo la cara y los deditos del pie derecho) durante un cuarto de hora. Mantuve la calma y al finalizar el episodio me levanté a observar la plaza de Cristo Rey desde mi ventana. Luces amarillas, rojas ajenas a mis miedos.
Ahora agradezco cada movimiento de mis dedos, la fuerza de mi mano derecha, la posibilidad de caminar a mi antojo, cada día menos somnolienta.
Sí, ELLA y yo hemos pasado mucho miedo. Pero ayer nos abrazamos admitiendo por fin, que lo peor ya había sucedido, que las desgracias cotidianas que nos quedan no rompen abruptamente ninguna vida.
Esta noche hace una semana en la que logro controlar todos mis músculos sin problemas.
Pero estos quince días me han enseñado mucho sobre la paciencia, la impotencia, la gente que realmente ayuda cuando se la necesita (los que no arman barullo pero saben sujetar a tiempo) y sobre todo, aquellos que sufren con dolencias que ignoraba. Con afecciones ignoradas por el resto de seres humanos y permanentes.
sábado, febrero 19, 2005
jueves, febrero 17, 2005
A veces necesito releer los sucesos del blog para reconocer aquello que sucedió.
TAC normal. Resonancia magnética normal. Electroencefalograma normal. El fantasma acecha, pero no atenaza, asusta a ratos sin dejar huella dolora. SAlvo episodios paroxísticos de etiología desconocida. Que supone no poder mover la mano derecha a ratos. Que supone una contracción de mandíbula que descarga lágrimas por lo imposible del movimiento, como una mano que empuja más allá de lo posible en el músculo.
Miedo.
Miedo a dejar de caminar cuando se me paraliza medio cuerpo y la enfermera asustada me consulta si llamar al médico de madrugada. Miedo ante un neurólogo estúpido, rodeado de un aura divina que diagnostica una enfermedad psicosomática, que me remite a otro especialista, que me remitirá a otro especialista.
Nadie tiene en cuenta el miedo.
El miedo de mi familia. El miedo a no poder tocar la guitarra de nuevo.
Entonces surgen enfermedades en quienes nadie pensó, enfermedades que esquivo involuntariamente a cámara lenta, como las balas de Matrix: cáncer, esclerosis múltiple, esclerosis infecciosa, hemorragia cerebral...
Debo parecer una necia por no agradecer a la divinidad existente multitudinariamente adorada por no padecer estas y otras múltimples desgracias. Cuando sí cada día agradezco abrir los ojos con unas horas para disfrutar de mi tiempo, aunque sea taladrado por las limitaciones de una medicación que me tambalea cuando me levanto, que me impide pensar con claridad a ratos, que me mece arriba y abajo en un estado de ánimo que roza la esperanza y la desesperación.
Sé que poco a poco voy a ir mejorando. Me retiran la medicación en diez días.
Pero nadie promete que esto no vuelva a suceder. Supongo que es parte del proceso vital, ser consciente de que una deja de ser indestructible para formar parte de un entramado de células, órganos vitales y múltiples afecciones, bien o mal tratadas
Sólo me hubiera gustado un poquito más de humanidad Sr García Ruiz, neurólogo de la Fundación Jiménez Díaz. No tengo esclerosis múltiple y moriré de otra cosa, pero sus palabras han contribuido a gran parte de mi desazón. Las formas duelen a veces tanto como el fondo.
TAC normal. Resonancia magnética normal. Electroencefalograma normal. El fantasma acecha, pero no atenaza, asusta a ratos sin dejar huella dolora. SAlvo episodios paroxísticos de etiología desconocida. Que supone no poder mover la mano derecha a ratos. Que supone una contracción de mandíbula que descarga lágrimas por lo imposible del movimiento, como una mano que empuja más allá de lo posible en el músculo.
Miedo.
Miedo a dejar de caminar cuando se me paraliza medio cuerpo y la enfermera asustada me consulta si llamar al médico de madrugada. Miedo ante un neurólogo estúpido, rodeado de un aura divina que diagnostica una enfermedad psicosomática, que me remite a otro especialista, que me remitirá a otro especialista.
Nadie tiene en cuenta el miedo.
El miedo de mi familia. El miedo a no poder tocar la guitarra de nuevo.
Entonces surgen enfermedades en quienes nadie pensó, enfermedades que esquivo involuntariamente a cámara lenta, como las balas de Matrix: cáncer, esclerosis múltiple, esclerosis infecciosa, hemorragia cerebral...
Debo parecer una necia por no agradecer a la divinidad existente multitudinariamente adorada por no padecer estas y otras múltimples desgracias. Cuando sí cada día agradezco abrir los ojos con unas horas para disfrutar de mi tiempo, aunque sea taladrado por las limitaciones de una medicación que me tambalea cuando me levanto, que me impide pensar con claridad a ratos, que me mece arriba y abajo en un estado de ánimo que roza la esperanza y la desesperación.
Sé que poco a poco voy a ir mejorando. Me retiran la medicación en diez días.
Pero nadie promete que esto no vuelva a suceder. Supongo que es parte del proceso vital, ser consciente de que una deja de ser indestructible para formar parte de un entramado de células, órganos vitales y múltiples afecciones, bien o mal tratadas
Sólo me hubiera gustado un poquito más de humanidad Sr García Ruiz, neurólogo de la Fundación Jiménez Díaz. No tengo esclerosis múltiple y moriré de otra cosa, pero sus palabras han contribuido a gran parte de mi desazón. Las formas duelen a veces tanto como el fondo.
lunes, febrero 14, 2005
jueves, febrero 03, 2005
Ayer en clase de finanzas sentí un loop de batería acompañado de bajo y teclado. En mis apuntes escribí:
Un dolor de cabeza
me despierta
ayer terminó
la fase de autodestrucción
Camino al baño
entre botellas vacías
de la fiesta
Piso un cuaderno con ideas
que alguien olvidó
La resaca atenaza la razón
Ya fui y volví y no recuerdo
cómo escaparme de aquí
ya fui, volví y no te encuentro
tan sólo tu hueco.
Escapar de aquí.
Las piernas no responden
como deberían
los recuerdos se entremezclan
recuerdo una voz extraña
que me decía suave y clara
"ven a dormir conmigo"
"iré a dormir contigo"
y fui y volví
el alcohol atenaza el temor.
Murmurando notas en mi cabeza cuando nunca aprendí a escribir solfeo (y en momentos como este sería muy útil poder escribir la música de mi cabeza).
Me he dejado el Mp3 en casa, no tengo grabadora. Idea.
Llamo a mi número fijo y me dejo un mensaje de silbidos indescifrables en el contestador.
Es la segunda canción en una semana. No sé cómo se ha disparado el instinto creativo, pero parece que la escenita del campo de batalla de hace unos días ha acojonado a la musa, que me visita con mayor frecuencia ahora.
Un dolor de cabeza
me despierta
ayer terminó
la fase de autodestrucción
Camino al baño
entre botellas vacías
de la fiesta
Piso un cuaderno con ideas
que alguien olvidó
La resaca atenaza la razón
Ya fui y volví y no recuerdo
cómo escaparme de aquí
ya fui, volví y no te encuentro
tan sólo tu hueco.
Escapar de aquí.
Las piernas no responden
como deberían
los recuerdos se entremezclan
recuerdo una voz extraña
que me decía suave y clara
"ven a dormir conmigo"
"iré a dormir contigo"
y fui y volví
el alcohol atenaza el temor.
Murmurando notas en mi cabeza cuando nunca aprendí a escribir solfeo (y en momentos como este sería muy útil poder escribir la música de mi cabeza).
Me he dejado el Mp3 en casa, no tengo grabadora. Idea.
Llamo a mi número fijo y me dejo un mensaje de silbidos indescifrables en el contestador.
Es la segunda canción en una semana. No sé cómo se ha disparado el instinto creativo, pero parece que la escenita del campo de batalla de hace unos días ha acojonado a la musa, que me visita con mayor frecuencia ahora.
sábado, enero 29, 2005
viernes, enero 28, 2005
Me siento alivida. Ayer, a la vuelta de una reunión, comenzaron a juntarse palabras de manera espontánea. Se dibujaron frases en mi mente. Todo cobraba sentido, puesto que por fin descubrí el tema de lo que canto en la segunda de las canciones sin letra.
Fue tan sencillo como abrir la puerta de casa, abalanzarme sobre un boli y escribir de corrido la nueva letra.
Ansiedad 4- E 2.
Fue tan sencillo como abrir la puerta de casa, abalanzarme sobre un boli y escribir de corrido la nueva letra.
Ansiedad 4- E 2.
miércoles, enero 26, 2005
Cómo no escribir una letra
La presión me atenaza. El productor a la escucha y exige cinco temas, cinco singles para una grabación de presupuesto elevado, que no ilimitado. Esta mañana intento dar letra a tres temas sin letra que se rebelan en el fondo del armario. Saco la guitarra. La aporreo. Por favor, sinónimos de miedo, de silencio, de deseo, decir follar con elegancia aunque salgan obscenidades que rimen en a. La presión me atenaza y escribo palabras encadenadas sin sentido. Trato de echar mano de recuerdos desdibujadois en cuadernos viejos. Guardo la guitarra. Escucho versiones sin letra. Trato de concretar sílabas que cuadren con los golpes de voz de las grabaciones, esta vocal no me permite subir el tono.
La presión me atenaza. Leo los cuadernos y río y lloro con recuerdos de personas con las que ya no me hablo. Me despierto a ratos en un febril intento de organizar ideas en diez documentos de word sin sentido basados en lo más brillante que escribí hace años, en los cuadernos.
Saco la guitarra. La guardo. Junto letras, palabras. Emborrono hojas por el suelo. Busco un café en la cocina. Escucho otros grupos, intento recordar qué dicen las letras de los demás. para qué sirven las letras.
Canto al amor, a personas admiradas, al desamor, a los muertos, a los sueños al desengaño. Está en tono mayor pero es triste, amarguemos el final en la última estrofa.
Y de repente brilla algo en mi cabeza. Lo veo claro. Tan sólo encontrar el modo de expresarlo. Persigo a la musa por la habitación, a lo largo de la calle, el barrio, la ciudad entera. Pero la muy puta siempre se me escapa.
Me marcho enfadada de mis veinte metros cuadrados para que me de el sol en la cabeza.
Regreso al cabo de un rato. El campo de batalla plagado de cuadernos abiertos, hojas rotas, bolígrafos. La guitarra me mira asustada, incrédula, desde el sofá.
Pero la búsqueda de la musa ha dejado unos rastros emborronados en una hoja y se parece levemente a aquello que vi tan claro hace una hora. No es perfecto, la perfección no existe en este mundo, pero sí es aquello que sentí en ese momento.
La presión me atenaza un poco menos.
La presión me atenaza. El productor a la escucha y exige cinco temas, cinco singles para una grabación de presupuesto elevado, que no ilimitado. Esta mañana intento dar letra a tres temas sin letra que se rebelan en el fondo del armario. Saco la guitarra. La aporreo. Por favor, sinónimos de miedo, de silencio, de deseo, decir follar con elegancia aunque salgan obscenidades que rimen en a. La presión me atenaza y escribo palabras encadenadas sin sentido. Trato de echar mano de recuerdos desdibujadois en cuadernos viejos. Guardo la guitarra. Escucho versiones sin letra. Trato de concretar sílabas que cuadren con los golpes de voz de las grabaciones, esta vocal no me permite subir el tono.
La presión me atenaza. Leo los cuadernos y río y lloro con recuerdos de personas con las que ya no me hablo. Me despierto a ratos en un febril intento de organizar ideas en diez documentos de word sin sentido basados en lo más brillante que escribí hace años, en los cuadernos.
Saco la guitarra. La guardo. Junto letras, palabras. Emborrono hojas por el suelo. Busco un café en la cocina. Escucho otros grupos, intento recordar qué dicen las letras de los demás. para qué sirven las letras.
Canto al amor, a personas admiradas, al desamor, a los muertos, a los sueños al desengaño. Está en tono mayor pero es triste, amarguemos el final en la última estrofa.
Y de repente brilla algo en mi cabeza. Lo veo claro. Tan sólo encontrar el modo de expresarlo. Persigo a la musa por la habitación, a lo largo de la calle, el barrio, la ciudad entera. Pero la muy puta siempre se me escapa.
Me marcho enfadada de mis veinte metros cuadrados para que me de el sol en la cabeza.
Regreso al cabo de un rato. El campo de batalla plagado de cuadernos abiertos, hojas rotas, bolígrafos. La guitarra me mira asustada, incrédula, desde el sofá.
Pero la búsqueda de la musa ha dejado unos rastros emborronados en una hoja y se parece levemente a aquello que vi tan claro hace una hora. No es perfecto, la perfección no existe en este mundo, pero sí es aquello que sentí en ese momento.
La presión me atenaza un poco menos.
lunes, enero 24, 2005
El mundo se rige por las normas del miedo. Miedo a estar sola. Miedo a morir. Miedo a no llegar a fin de mes. Miedo a tener demasiado dinero. Miedo a olvidar las cosas importantes. Miedo a caerse (después miedo a levantarse). Miedo al vacío. Miedo a aprender demasiado despacio, a aprender demasiado deprisa, a no aprender, a perder la espontaneidad. Miedo a ser joven, viejo. Miedo a la inexperiencia. Miedo a la experiencia. Miedo a tener, a perderlo, a ganarlo, a no ser suficientemente bueno para merecerlo. Miedo a las oportunidades. Miedo al silencio. Miedo a hablar en exceso. Miedo a ser comprendido. Miedo a ser demasiado claro. Miedo a los plazos del banco. Miedo a que el cielo caiga sobre la cabeza.
Todo se relaciona con la culpa (sutil instrumento de control que nos inculcan en sociedades de orientación cristiana). Todo se relaciona con sentirnos torpes, estúpidos.
Y acabamos culpables de ser cobardes por no preguntar a tiempo con tal de no parecer tontos.
Todo se relaciona con la culpa (sutil instrumento de control que nos inculcan en sociedades de orientación cristiana). Todo se relaciona con sentirnos torpes, estúpidos.
Y acabamos culpables de ser cobardes por no preguntar a tiempo con tal de no parecer tontos.
sábado, enero 22, 2005
Esto es de lo mejor que he leído últimamente. Besazo a Onthe (ahora NumberNine) que está pasando una mala y fría época al otro lado del charco. Aunque la muy perra va a conocer en unas horas a las nenas de The L Word.
jueves, enero 20, 2005
Ayer me sorprendió leer una nota en un coche aparcado justo delante de la salida de un aparcamiento de un chalet. La acera frente al aparcamiento estaba rebajada y pintada de rojo y blanco. "Cuando pague por la placa municipal yo dejaré de aparcar aquí", decía la nota.
Hay que tener muy mala leche para hacer eso.
Esto me recuerda a una anécdota en Pamplona. En una de las calles del centro sólo cabía una línea de coches aparcados que, por una extraña regulación, se situaba cada semana a un lado de la calle. Las semanas impares al lado izquierdo, las pares al derecho. Un vecino tuvo una trifulca con una aparcacoches por una multa que consideraba injusta y, el domingo a las doce y un minutos de madrugada, ya en lunes, cambió su coche de lado. Según regulaba la legislación de tráfico en la calle. No podían multarle, porque seguía la ley. Fue muy divertido ver a la grúa cambiando de lado a todos los coches a lo largo de la calle.
Hay que tener muy mala leche para hacer eso.
Esto me recuerda a una anécdota en Pamplona. En una de las calles del centro sólo cabía una línea de coches aparcados que, por una extraña regulación, se situaba cada semana a un lado de la calle. Las semanas impares al lado izquierdo, las pares al derecho. Un vecino tuvo una trifulca con una aparcacoches por una multa que consideraba injusta y, el domingo a las doce y un minutos de madrugada, ya en lunes, cambió su coche de lado. Según regulaba la legislación de tráfico en la calle. No podían multarle, porque seguía la ley. Fue muy divertido ver a la grúa cambiando de lado a todos los coches a lo largo de la calle.
domingo, enero 16, 2005
- De veras que no es igual la música que se escucha para planchar que la música para limpiar.
La chica asintió tomando mentalmente nota del asunto. Al día siguiente se presentó con dos cintas, tituladas "música para planchar" y "música para limpiar".
Estoy elaborando un recopilatorio para levantarme por las mañanas sin lágrimas. "Música alegre para días triste". ¿Sugerencias para mis grabaciones?
La chica asintió tomando mentalmente nota del asunto. Al día siguiente se presentó con dos cintas, tituladas "música para planchar" y "música para limpiar".
Estoy elaborando un recopilatorio para levantarme por las mañanas sin lágrimas. "Música alegre para días triste". ¿Sugerencias para mis grabaciones?
viernes, enero 14, 2005
Por amor al comercio voy a cruzar ese puente
por amor al comercio voy a cuidar de este dolor...
(esclarecidos)
Hoy el mundo parece menos gris a ratos, depende de la música que acompaña en el metro, del sol que acaricia mi piel por la calle. De la montaña rusa que me alza y me estrella contra el suelo. Del sabor del chocolate con capuccino. De las charlas amables.
Ahora tengo tiempo para pararme a admirar aquello que sucede a mi alrededor. Tengo tiempo de ver las estrellas sin angustia sobre edificios majestuosos que apenas observo en mis trayectos cotidianos. Puedo disfrutar de mi momento de hipersensibilidad sintiendo la subida al estribillo de "She has no time" de Keane.
Voy a cuidar de este dolor con mucho cariño, pidiendo los abrazos que necesito, aislándome de los discursos tristes, dejando que el sol y las sonrisas sanen la herida.
por amor al comercio voy a cuidar de este dolor...
(esclarecidos)
Hoy el mundo parece menos gris a ratos, depende de la música que acompaña en el metro, del sol que acaricia mi piel por la calle. De la montaña rusa que me alza y me estrella contra el suelo. Del sabor del chocolate con capuccino. De las charlas amables.
Ahora tengo tiempo para pararme a admirar aquello que sucede a mi alrededor. Tengo tiempo de ver las estrellas sin angustia sobre edificios majestuosos que apenas observo en mis trayectos cotidianos. Puedo disfrutar de mi momento de hipersensibilidad sintiendo la subida al estribillo de "She has no time" de Keane.
Voy a cuidar de este dolor con mucho cariño, pidiendo los abrazos que necesito, aislándome de los discursos tristes, dejando que el sol y las sonrisas sanen la herida.
jueves, enero 13, 2005
Se ha ido. Cabalgo entre el alivio y la desesperación. Porque las paredes hablan de ella, los libros me cuentan anécdotas, su olor aún no se ha ido de la casa. Sigo caminando en el abismo de preguntas sin respuestas (a punto de naufragar este sábado en islas exóticas), entre miedos, recovecos que parecían cuevas.
Duele. Pero ya obtuve en otras ocasiones el mapa de este dolor, sé navegar por él. Sólo cuestión de tiempo. Algún día me levantaré con las cuestiones resueltas. Y, como siempre, será demasiado tarde.
Duele. Pero ya obtuve en otras ocasiones el mapa de este dolor, sé navegar por él. Sólo cuestión de tiempo. Algún día me levantaré con las cuestiones resueltas. Y, como siempre, será demasiado tarde.
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